Este artículo se publicó hace 2 años.
La crisis impulsa la energía minieólica como alternativa asequible y limpia para reducir la factura de la luz
El sector reclama un marco regulatorio propio para impulsar el desarrollo de los pequeños aerogeneradores domésticos
A Coruña-Actualizado a
La crisis energética que ha disparado los precios de la electricidad está impulsando a la energía minieólica como alternativa asequible para que familias, comunidades y pequeñas empresas puedan reducir la factura de la luz con una fuente limpia que contribuye también a combatir el cambio climático.
Los pequeños aerogeneradores y turbinas que transforman en electricidad la fuerza del viento se venden a precios asumibles, incluso por Internet, se instalan con facilidad y si están por debajo de los 10 kilovatios hora (kwh) de potencia, las trabas legales y administrativas para conectarlos a la red no son difíciles de superar. Además, se puede negociar con las compañías eléctricas la venta del excedente de energía que no se llegue a consumi
"Hay una buena oportunidad para cualquier sistema de autoconsumo", señala Ignacio Cruz, responsable de la Unidad de Energía Eólica del Departamento de Energía del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT) del Ministerio de Ciencia y Innovación. Cruz destaca que aunque la forma más usada hasta ahora para el autoabastecimiento energético ha sido la energía solar fotovoltaica, la tecnología minieólica "ha avanzado mucho y ofrece hoy unos rendimientos muy satisfactorios".
La miniéolica está definida legalmente en España como la energía que proviene de generadores de potencia inferior a los 100 kwh, con molinos cuya área de barrido no supere los 200 metros cuadrados. Un generador mucho más pequeño de sólo 5 kwh que funcione cuatro horas al día, es decir unas 1.500horas al año, podría cubrir las necesidades de una vivienda media.
En comunidades como Galicia, Asturias, Cantabria y Euskadi, las que tienen menos horas de sol de todo el Estado, los aerogeneradores se ofrecen como alternativa al menor rendimiento de las placas solares. Aunque Ignacio Cruz advierte de que trabajan "con regímenes inferiores a la gran industria eólica". "Afectan las turbulencias, los árboles, las propias viviendas... Es muy importante analizarlo bien porque el viento tiene características mucho más locales", señala.
En las comunidades donde el bum eólico ha llenado los montes de grandes molinos se ha desarrollado una fuerte contestación social. Los megaparques con generadores de cientos de metros de altura tienen un enorme impacto sobre los ecosistemas y los recursos naturales y paisajísticos, apenas crean empleo a escala local, provocan graves molestias a quienes deben cohabitar con ellos y, además, no han servido para reducir el precio de la luz, pero sí han multiplicado los beneficios de las empresas que los explotan.
Lo cierto es que la crisis energética y la inflación, unidas al modelo español de formación de precios de la energía, están provocando un enorme trasvase de rentas desde las economías familiares y los pequeños negocios a la gran industria eléctrica. Sólo entre las tres compañías más grandes, Iberdrola, Endesa y Naturgy, obtuvieron 3.548 millones de euros de beneficios netos en los seis primeros meses de este año. Casi doscientos euros por cada hogar del país y un 25% más que en el mismo período del año anterior.
Más del 23,3% de la demanda energética de España se cubre ya con la gran energía eólica, que se vende al precio más caro pese a que su producción resulta mucho más barata que la electricidad que proviene del uso de combustibles fósiles. En esa tarta, la minieólica apenas cuenta para nada.
Según Appa, la Asociación de Empresas de Energías Renovables, el sector de la energía minieólica lleva creciendo sostenidamente en los últimos años con una aportación de 25,5 millones e euros al producto interior bruto en 2020. Sin embargo, Appa atribuye a la falta de un marco regulatorio propio del sector el riesgo de estancamiento
"La energía obtenida con estos pequeños aerogeneradores suele cubrir principalmente necesidades domésticas y reducir la factura de la luz considerablemente, aunque también puede alimentar sistemas de regadío, de
vigilancia en carreteras, para iluminación de vías urbanas, etcétera", asegura Appa, que añade que la minieólica puede ser "uno de los pilares
del autoconsumo y la generación distribuida, tanto por separado como en instalaciones híbridas con fotovoltaica".
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