Este artículo se publicó hace 3 años.
La lava del volcán de La Palma avanza imparable ante los sueños rotos de muchas familias
Más de 5.500 vecinos han sido desalojados ante la erupción del volcán en La Palma, pero no hay ninguna víctima. Se estima que se ha destruido cerca de un centenar de viviendas, aunque la cifra no será definitiva hasta que los ríos de lava cesen y pueda hacerse un estudio de los daños materiales ocasionados.
Andrea Domínguez Torres
La Palma-Actualizado a
Al aterrizar en La Palma durante la mañana de este lunes todos los pasajeros trataban de buscar la panorámica de la erupción. En el aeropuerto, cintas de equipaje vacías, puestos de alquiler de vehículos cancelando o registrando reservas, mientras los trabajadores del lugar continúan con su rutina. "Aquí estamos bien, pero no nos podemos imaginar la desesperación que deben sentir las personas de unos municipios más arriba", apunta uno de los responsables de mantener a punto los vehículos.
A tan solo media hora en coche, el magma avanza desde el interior de Cumbre Vieja hacia el mar. El sonido de la erupción emula al del océano al chocar con la orilla y los vecinos prefieren permanecer en silencio para escucharlo. Al pasar por dos controles de carreteras, el primero solo marcado por señales de tráfico y el segundo por dos agentes de Protección Civil, algunos curiosos se acercan al lugar.
El tercer control en el municipio de El Paso está controlado por la Guardia Civil y es infranqueable. En ese punto, las cenizas caen y cubren el suelo de la carretera, las plantas, los árboles y todo lo que se interponga a su paso. Todos los especialistas que trabajan en la zona van con mascarillas porque se aconseja mantener protegidas las vías respiratorias ante la presencia de esta ceniza.
El Paso, Tazacorte y Los Llanos de Aridane son los tres municipios afectados por los ríos de lava. El miedo, la incertidumbre y la emoción, las sensaciones más repetidas entre los vecinos. Desde el balcón o la calle se agrupan para mirar las cenizas que caen desde el volcán, también coladas de lava que salen despegadas desde el cráter.
Más de 5.500 personas de las zonas más cercanas a la erupción han sido desalojadas por el Gobierno de Canarias, quien mantiene el poder de la gestión hasta el momento. El Ejecutivo canario ofreció el Acuartelamiento Militar de El Fuerte como recurso de acogida para los vecinos desalojados, pero solo 300 de ellos se hospedan en el lugar. Otros muchos han acudido a casas de familiares o a segundas viviendas.
Muchos son los palmeros que observan este acto de la naturaleza desde la distancia. Perplejos durante horas, la mayoría de los residentes en la isla bonita han pasado la noche en vela, pero quienes han perdido sus fincas o sus casas están demasiado afectados para hablar siquiera. A José Manuel Concepción, un vecino palmero de 67 años, la erupción del volcán le pilló por sorpresa. Él percibió los dos terremotos que antecedieron al estallido del volcán, pero no pensó que fuese a llegar "tan rápido" a la superficie.
José Manuel se enteró de la explosión por una llamada de una amiga de Tenerife. A pesar de que el epicentro del volcán se veía desde su casa, la televisión local le avisó antes de que pudiera verlo con sus propios ojos. Luego, cuando subió a la azotea a comprobarlo por sí mismo, no pudo gestionar la emoción: "Tengo que confesar que cuando vi la lava no pude contener las lágrimas".
Al menos 100 viviendas afectadas
Fuentes del área de Seguridad y Emergencias del Gobierno de Canarias han afirmado a Público que hasta el momento no se conoce el número exacto de viviendas afectadas. "Los ríos de lava siguen corriendo y es difícil determinar por el momento el número total de viviendas a las que ha perjudicado", añaden fuentes del servicio del 112. Sin embargo, las primeras estimaciones cifra en un centenar las viviendas afectadas por ahora. El volcán sigue activo, por rachas, acompañado por una gran columna vertical de lava, ceniza y gases tóxicos.
A pesar del coste material, ninguna persona ha perdido la vida
El puesto de mando avanzado se sitúa en el centro de visitantes de la Caldera de Taburiente. Desde allí actúa la Unidad Militar de Emergencias (UME). La gestión en el avance de la lava es un trabajo conjunto entre el Ejército y otros grupos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
Hasta el lugar se han trasladado cerca de un centenar de efectivos de la Policía Nacional, sumados a los casi 50 agentes de la Comisaría de Santa Cruz de La Palma. A ellos se añaden también 45 profesionales de la décima unidad de las Unidades de Intervención Policial (UIP). Además, la Guardia Civil cuenta con 200 efectivos de hasta diez áreas diferentes. En la tarde del lunes, el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, ha acudido al lugar para comenzar la ronda de visitas por los municipios afectados, junto al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, con el Ejecutivo canario, Ángel Víctor Torres.
A pesar del coste material, ninguna persona ha perdido la vida. A esto invita a reflexionar la vecina de El Paso Dévora López quien espera que "las instituciones públicas ayuden a todos los afectados a salir adelante". Esta canaria aguarda un apoyo institucional más allá de lo económico, un apoyo psicológico. "Sin duda esta erupción ha dejado una huella para toda la vida", reflexiona.
Entre las sirenas de la Policía, los coches de bomberos, el vaivén de los vehículos oficiales y las miradas de muchas personas que viven esta erupción como la primera que ven en su vida, la lava avanza y con ella se destruyen las viviendas y los sueños de muchas familias.
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