Un Orgullo más comercial y menos reivindicativo. Un Orgullo, incluso, sin bandera. Un Orgullo descolorido. Un Orgullo, en definitiva, del que no se enorgullece el PP.

Todavía colea el rechazo de la alcaldesa de València a colgar la bandera LGTBI+ en el balcón de la casa consistorial. María José Catalá, quien gobierna gracias al apoyo de Vox, argumentó que el Ajuntament tampoco cuelga banderas durante el día de la ELA, del alzhéimer o contra el cáncer.

Las críticas llegaron desde todos los partidos de la oposición, pero también desde otras ciudades. El portavoz adjunto de Más Madrid, Eduardo Rubiño, le recordó que el Ajuntament de València sí que ha puesto pancartas en su fachada tanto el día del alzhéimer como el día contra el cáncer. Y para muestra, estas dos fotos.

Compromís ha intentado este jueves colgar una bandera LGTBI+ en el balcón municipal, aunque un agente de la Policía Local no tardó en retirarla por orden de la alcaldesa. La portavoz de Compromís, Papi Robles, dejó claro que hay que defender los derechos del colectivo cada día, pues "retroceder es posible con este gobierno y con Catalá".

Lo mismo ha sucedido en Toledo, donde Carlos Velázquez, también del Partido Popular, rechazó que la bandera LGTBI+ ondease en el balcón del Ayuntamiento y luego ordenó a la Policía Local que retirase la arcoíris del pleno municipal.

No extraña que no saliese adelante la moción de apoyo al colectivo, presentada por el PSOE e Izquierda Unida-Podemos, máxime si tenemos en cuenta que el alcalde apuntala su gobierno con los ediles de Vox.

La mentira tiene las patas muy cortas y, al igual que ocurrió en València, Carlos Velázquez se escudó en que nunca se habían exhibido banderas en el salón de plenos, cuando su partido sí lo hizo durante la pasada legislatura, como denunció el PSOE.

De Sevilla a Zaragoza

El Partido Popular también ha vaciado de contenido el Orgullo de Sevilla, donde gobierna José Luis Sanz, como han denunciado varios colectivos, sindicatos y partidos de la oposición. "Los ataques a la diversidad y a la igualdad son una constante del PP desde que llegó a la Alcaldía", ha advertido Susana Hornillo, de Podemos-IU.

"El año pasado no se atrevieron a tocar la planificación de las actividades del Orgullo que dejó el gobierno anterior, pero este año es clamorosa la falta de implicación del Ayuntamiento de Sevilla, algo llamativo teniendo en cuenta que hace unos días engalanó edificios municipales para conmemorar los diez primeros años de reinado de Felipe de Borbón", añadió la concejala progresista.

"Todo chirría", escribe en este artículo crítico Raúl Bocanegra: "Las palabras suenan vacías, sin contenido, los mensajes son de cartón-piedra. Una conmemoración cosmética, sin apenas contenido político, sin una carga de reivindicación, acorde con la problemática y con la efeméride".

Natalia Chueca tampoco cede, aunque solo necesite el apoyo de un concejal de Vox —de los cuatro elegidos en las pasadas elecciones— para llevar las riendas de Zaragoza en solitario. Así, el Partido Popular acaba de tumbar, junto a los ultraderechistas, una moción presentada por el grupo socialista para instar al gobierno municipal a que impulse campañas de concienciación para evitar las actitudes discriminatorias y a que condene rotundamente los discursos de odio.

El caso del Madrid de Almeida

Podríamos continuar con otras localidades, pero basta con reseñar el caso de Madrid para entender cómo la derecha pisotea los símbolos LGTBI+ en pleno Orgullo. Primero, José Luis Martínez-Almeida escenificó un año más el borrado de los iconos del colectivo. Organizaciones y partidos han manifestado su cabreo con el cartel de la Manifestación Estatal del Orgullo (MADO), que a su juicio incide en los estigmas y los estereotipos, informa Candela Barro.

El desconcierto y la indignación también se han reflejado en las redes sociales, donde los usuarios han criticado que en el cartel no figure la bandera arcoíris, pero sí ilustraciones de tacones, copas y condones. O sea, "personas con pluma, borrachos y promiscuos", ha escrito un ciudadano cabreado con la línea del Ayuntamiento de Madrid.

Su fachada tampoco lucirá la bandera LGTBI+, como cabría suponer en un momento en el que el PP depende en muchas plazas del apoyo de Vox o se escora todavía más a la derecha para pescar votos en el caladero ultra.

Sorprende la poca sintonía de Almeida con el colectivo, como relata Samuel Martínez en este artículo sobre una ciudad que, pese a sus gobernantes, se ha convertido en una referencia del Orgullo a nivel mundial.