Este artículo se publicó hace 4 años.
Emergencia por el coronavirusEl estudiantado universitario gallego exige el fin del curso con una huelga indefinida
El sindicato Anega defiende que las medidas de las universidades ante el parón por la covid-19 aumentan las desigualdades debido a las circunstancias socioeconómicas de cada estudiante. Señalan la brecha digital y el impacto humano de la crisis sanitaria: "Es ofensivo que se pretenda seguir como si nada".
Pontevedra-
El ambiente para el estudiantado gallego desde que se inició el estado de alarma es tenso. El pasado jueves 16 de abril las integrantes de la Asamblea Nacional das Estudantes Galegas (Anega) convocaron una huelga indefinida exigiendo la liquidación del cuatrimestre y la superación automática de las materias por los problemas económicos, de salud física o mental que sufra el alumnado, así como por la brecha digital que les impida estudiar desde casa. Han dejado de asistir a las clases virtuales, no realizarán los exámenes ni entregarán trabajos, defendiendo la igualdad para todo el alumnado y la "condición humana" por encima del trabajo académico.
La superación de las materias, según propone Anega, no ponderaría para la media, y para aquellas asignaturas que no se impartan exigen la creación de comisiones para garantizar que los contenidos que no sean dados se trasladen a los alumnos de la "manera más adecuada y menos perjudicial posible". De no poder cumplirse, proponen cursos complementarios con el contenido esencial y que lo restante sea compartido a través de medios gratuitos destinados al alumnado.
"Es hasta ofensivo que se pretenda seguir como si nada", compartía Anega en redes sociales. Como consecuencia de las medidas para continuar de manera telemática aplazando el calendario académico hasta julio, el sindicato señala un "incremento de las diferencias socioeconómicas". La Universidade de Santiago de Compostela, la Universidade da Coruña y la Universidade de Vigo informaron al alumnado de sus propuestas, pero, como cada grado es distinto, las medidas afectan más a unos grupos que a otros.
"El Ministerio y las Universidades viven en otro mundo" sostuvo Anega, después de la reunión del Ministerio de Educación y Consejerías de todas las comunidades autónomas, donde decidieron que el curso universitario terminará en los plazos establecidos, incluyendo docencia y evaluación. "Los procesos de evaluación no empezarán nunca antes del mes de junio y acabarán en el mes de julio", informaba el Rector de la Universidade de Santiago de Compostela, Antonio López, en un correo electrónico informativo.
Han dejado de asistir a las clases virtuales, no realizarán los exámenes ni entregarán trabajos, defendiendo la igualdad para todo el alumnado
De momento, las instituciones emplean la teledocencia a través de las aulas virtuales. Han modificado las guías docentes, cambios que "aumentaron" la carga de trabajo en el alumnado según Anega. Los exámenes y pruebas de evaluación se mantienen aplazando el calendario académico. De manera habitual las pruebas se realizarían en mayo y las recuperaciones en julio y de esta forma muchos estudiantes tendrán que continuar en las ciudades alquilando pisos o pagar un desplazamiento, con dificultades de conexión entre algunos territorios.
Asimismo, el sindicato recuerda la situación económica de aquellos universitarios que tienen que trabajar en verano para poder asumir los costes de las matrículas en septiembre. Aunque algunas instituciones hayan proporcionado una vía de ayudas para estos alumnos, como la Universidade da Coruña que repartirá hasta 40 euros a cada estudiante para el acceso a servicios de Internet, son consideradas "insuficientes" por participantes de la protesta. Sostienen que no se está teniendo en cuenta que hay alumnado mayor a cargo de hijos y a cargo de ancianos que no pueden trabajar en casa, así como estudiantes con enfermedades mentales.
"Creemos que el Rector se va adaptando y se va dando cuenta de que la realidad es tozuda, confiamos en que tome decisiones audaces", cuenta un participante de la huelga de la Facultad de Comunicación, que lidera el movimiento. De momento, es difícil conocer el resultado porque no se ve una imagen de las aulas vacías, pero lo consideran "positivo" donde "siempre es mayor el número de personas que hacen huelga que las que no". En los próximos días, el Rectorado se reunirá con Anega para hablar de la protesta.
Aunque existan disidentes, los participantes insisten en que la huelga es legal y que están amparados por el derecho a manifestarse, así como que "las actividades que se realicen durante la reivindicación no van a tener repercusión como recoge el Estatuto del Alumnado". También dicen que nace el "miedo" porque muchos estudiantes no saben lo que va a pasar y hay falta de información.
En cuanto al Gobierno gallego, la Consellería de Educación explica a Público que respetan la autonomía universitaria y que son las universidades las que "deben tomar la última decisión sobre el método de evaluación del alumnado". También cuentan que enviaron a las tres instituciones "instrucciones comunes para asegurar la calidad de la enseñanza virtual". A finales de este mes volverán a reunirse con los rectores para estudiar "cómo se puede desenvolver el calendario y el modelo de evaluación, en función de la alerta sanitaria".
"El sistema perjudica al buen docente"
A la hora de realizar los trabajos hay carreras que prestan material como puede ser Comunicación Audiovisual o Xornalismo, cámaras y material que precisan las alumnas y materiales con los que no cuentan en casa, mismo un ordenador que soporte determinados programas. También bibliografía y documentos específicos a los que no pueden acceder para informarse. "La calidad educativa es mucho menor, los alumnos notamos que no damos para más", declara uno de la Universidade de Santiago.
Un estudiante: "La calidad educativa es mucho menor, los alumnos notamos que no damos para más"
Para los participantes de la protesta los próximos exámenes telemáticos serán impracticables por la brecha tecnológica y por la falta de infraestructuras necesarias para soportar las pruebas online, así como por la inestable conexión a la red del rural gallego. Igualmente insisten en que no solos los alumnos salen perjudicados de este sistema, sino que también los docentes, muchos sin conexiones óptimas para impartir las clases telemáticamente.
Según informan fuentes de las universidades, integrantes del profesorado ya se han puesto en contacto con algunos alumnos de manera informal y les han hecho saber que apoyan sus peticiones y que creen que en un estado de alarma "ni siquiera habría que hacer una evaluación". Un alumno de comunicación piensa que lo correcto sería que se sentasen en las reuniones profesores y alumnos para "no tomar decisiones unilaterales".
De esta forma, los participantes postulan que este sistema perjudica a la imagen del "buen docente" ya que se da a entender que "es un busto parlante delante de un ordenador" cuando "es una persona que propicia debates, que estimula intelectualmente a los alumnos y que se sale a veces de lo estrictamente marcado para propiciar el conocimiento". Por el momento, Galicia es la primera y única comunidad en iniciar una huelga estudiantil durante el estado de alarma, que abandera "la vida por encima de la competitividad".
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