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El eterno retraso de la ampliación de la L1 del metro exaspera a los vecinos de Badalona

Las federaciones vecinales del entorno del Besòs se sienten despreciadas por la falta de inversión en infraestructuras y planean nuevas movilizaciones.

Viajeros suben a un tren en Barcelona. Imagen de Archivo.
Viajeros suben a un tren en Barcelona. Imagen de Archivo. Lorena Sopêna / Europa Press

La última estación de metro que se inauguró en Badalona fue la de Pompeu Fabra, de la L2, en julio del 2010. Debía convertirse en el gran intercambiador de la ciudad, no solo para enlazar con la red urbana de autobús, sino también para conectar el resto de barrios de Badalona. Esto solo ocurrirá cuando se complete la ampliación de la L1 del metro, que actualmente llega a la estación de Fondo, en Santa Coloma de Gramenet, y que debe llegar hasta la estación de Rodalies de Badalona. El Govern prevé empezar las obras en 2025 y poner en marcha las dos primeras estaciones -de un total de cinco- en 2028. Un nuevo retraso de tres años, cuando ya llevaba diez acumulados.

Era un compromiso de la Generalitat, incluido en el Plan Director de Infraestructuras (PDI) 2011-2020. El 15 de junio de 2010, el entonces secretario de Movilidad de la Generalitat, Manel Nadal, presentaba el anteproyecto de la prolongación de la L1, un tramo de 1,5 km. Las obras debían empezar en 2012.

"Estamos hartos y cansados ​​que no se nos tenga en cuenta", lamenta el presidente de la Federación de Asociaciones Vecinales de Badalona (FAVB), Julio Molina. Denuncia el "desprecio" de la Generalitat hacia el área del Besòs en lo que respecta a las inversiones, en comparación con el Llobregat. "Siempre nos toca sufrir a los mismos, no podemos ceder más", añade.

La FAVB cuenta con el apoyo de la federación vecinal de Santa Coloma -la FAVGRAM- y la de Barcelona, ​​la nueva coordinadora del Baix Besòs y la CONFAVC, la Confederació d'Associacions Veïnals de Catalunya. El proyecto, que acumula diez años de retraso -y que, si se cumplen los nuevos plazos, acabará acumulando 13-, debe servir para enlazar Santa Coloma con Badalona a través de barrios que, actualmente, solo disponen de autobuses urbanos . "Nos sentimos como los vecinos pobres de Catalunya", asegura Tomás Fernández, presidente de la FAVGRAM, "ya hace años que dábamos por hecho que el proyecto se ejecutaría".

En 2017, el entonces conseller de Territori, Josep Rull, volvía a comprometerse con Badalona anunciando que en 2025 estaría completada la prolongación de la L1 con las cinco estaciones previstas. La Generalitat se comprometió a ejecutar en una primera fase las estaciones de Montigalà y la de Lloreda-Sant Crist. De éstas, de momento, solo se ha dado la redacción del proyecto. "Con esta forma de actuar, más que acercar a las personas a la política, lo que hacen es alejarlas", dice Julio Molina de la FAVB, "no cederemos; es un problema de la ciudad y de la comarca".

"Están haciendo política de vehículo privado", afirma Jordi Giró, presidente de la Confavc. Y apela directamente al president de la Generalitat, Pere Aragonès: "President, arremánguese, no puede ser que dejemos las cosas abandonadas". Las entidades vecinales han mostrado unión para reclamar lo que debe beneficiar a miles de ciudadanos del área metropolitana de Badalona. Y no descartan poner en marcha movilizaciones para presionar a la Administración catalana.

Y, en Can Ruti, ¿cuándo?

Las asociaciones vecinales denuncian el retraso del compromiso del Govern con la L1 pero van un paso más allá: reivindican la llegada del metro al Hospital Germans Trias i Pujol, Can Ruti. "Es un problema social importante, debemos llevar el meto a Can Ruti", reclama Molina.

La llegada del metro a Can Ruti cayó del PDI en 2011. La previsión era prolongar la L2 desde Pompeu Fabra, en el centro de Badalona, ​​pasando por los barrios de Casagemes, Canyadó y Morera. Desde allí, se planeó construir una segunda línea, la L13. Sería un metro ligero que uniera el barrio de Morera con el hospital de Can Ruti. Pero nunca más se supo nada de él.

El problema de movilidad en torno a Germans Trias se agrava con el paso de los años. El aparcamiento es gratuito, pero el 80% se ocupa con los propios trabajadores. "Hace mucho tiempo que reclamamos que el metro llegue a Can Ruti, es una necesidad del territorio", reivindica Tomás Fernández, "La comunicación entre Santa Coloma y Can Ruti seguirá siendo nefasta, en autobús tardamos 50 minutos", añade el presidente de la FAVGRAM.

Apoyo institucional, otra vez

El Ajuntament de Badalona se ha quejado públicamente en reiteradas ocasiones de la carencia de inversiones en la ciudad por parte de la Generalitat. En cuanto a las infraestructuras, no solo esperan la prolongación de la L1, también siguen pendientes de la transformación de la C-31 en una vía urbana para que deje de ser una barrera que divide a la ciudad en dos.

Tras la última queja de las federaciones vecinales por el retraso de la ampliación del metro, todos los grupos municipales se han unido en el último pleno para leer una declaración institucional: "Reclamamos que se movilicen todos los recursos técnicos y económicos que hagan posible el cumplimiento de los plazos acordados en referencia a la ampliación de la línea 1 de metro", leía la concejala de movilidad, Anna Maria Lara, a petición de los vecinos. "Solicitamos al Govern de la Generalitat que valore la posibilidad de una bifurcación de la L1 del metro que permita la llegada del metro al Hospital Germans Trias i Pujol y al entorno sanitario y de investigación biomédica de Can Ruti", reclama la declaración unitaria.

Pero no es la primera declaración institucional que el ayuntamiento hace al respecto. También lo hicieron en octubre de 2020, con Xavier Garcia Albiol como alcalde. "La ciudad de Badalona viene reclamando desde hace años dos grandes inversiones: por un lado, la transformación definitiva de la C-31 y, por otro, la mejora de la red pública de metro en la ciudad y, en especial, su llegada a Can Ruti", decía el texto de hace dos años.

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