La extrema sequía provoca estragos en la fauna salvaje y los bosques de Catalunya
La carencia de agua la sufren todas las especies en general, pero especialmente los anfibios y los peces, más dependientes del agua y su calidad. Los Agents Rurals han tenido que tomar medidas en algunos ríos para salvar a la fauna piscícola y otras especies también se han visto afectadas. La tendencia nos llevará a ecosistemas más propios de ámbitos desérticos
Aleix Camprubí i Pont / ACN
Berga-Actualizado a
La extrema sequía que sufre Catalunya está afectando al día a día de muchas personas, desde el punto de vista personal y/o laboral. Pero también lo está haciendo de forma drástica sobre la fauna salvaje catalana, así como en los bosques, flora y ecosistemas en general. Lo sufren todos los animales, especialmente anfibios y peces, más dependientes de la cantidad de agua y de su calidad, lo que ha obligado a actuar a los Agents Rurals para salvar a la fauna piscícola, por ejemplo.
El director general de Polítiques Ambientals i Medi Natural de la Generalitat, Marc Vilahür, explica que, con la carencia de agua corriente en los rios, las aguas son de menor calidad y con menos oxígeno. Detalla que la sequía está afectando a mamíferos, reptiles y aves debido a la falta de puntos de agua, la dificultad de abrevamiento y haciendo más difícil su supervivencia en general. En anfibios y peces la afectación es directamente la pérdida de su hábitat y, por tanto, la muerte de los animales. "Esto genera extinción genética de poblaciones y debilitamiento de las poblaciones en Catalunya", a causa de la pérdida de campos de arroz, pérdida de arroyos, balsas, charcos y otros pequeños puntos de agua.
¿Cómo lo notará todo esto a la fauna y la flora en general? El responsable admite que cada vez nos costará ver más a algunos animales y plantas, mientras que otros se irán haciendo más habituales. A modo de ejemplo, apunta que los insectos que se estrellan en el cristal del coche son cada vez menos.
Por otra parte, la directora general de Ecosistemes Forestals i Gestió del Medi de la Generalitat, Anna Sanitjas, apunta que los bosques de Catalunya también "están sufriendo y mucho" la sequía de este verano. En muchas zonas existen árboles y bosques "fuera de estación", en una "situación crítica" porque no son capaces de "adaptarse o resistir" a la sequía. Pone como ejemplo la zona de Osona (Barcelona) o el paraje natural de Poblet (Tarragona), donde mueren plantaciones de pinos por la sequía acumulada de los últimos dos años.
En los bosques la sequía afecta a través de dos formas, en función de sus características, según explica Vilahür. Por un lado, en Catalunya tenemos los bosques de ribera que están acostumbrados al agua y necesitan contacto constante con ella. Con la sequía estos bosques mueren mucho más fácilmente por estrés hídrico, detalla el experto, poniendo de ejemplo el olmo, el aliso y el sauce.
Por otro lado, si bien los bosques mediterráneos están acostumbrados a las sequías, no están habituados a períodos de falta de agua tan prolongada ni con tanta temperatura. Por eso, en este estadio algunos pierden la hoja y otros se van secando hasta morir: "Las manchas marrones en los bosques mediterráneos de este año son un claro ejemplo de la consecuencia de la sequía", apunta el responsable.
De cara al futuro, Vilahür destaca que el régimen pluviométrico de estos años ha sido casi la mitad que años anteriores, y las temperaturas "más altas que nunca", lo que nos acerca "a un régimen climático similar a algunas partes de Marruecos, por ejemplo". Si la tendencia sigue, el responsable ve "evidente" que nuestros ecosistemas "en muchos casos decaerán" para dar lugar a unos ecosistemas más propios de ámbitos más desérticos: "Es el fenómeno que sufrimos de desertificación". "Solo cambiando la tendencia actual mediante una reducción de CO₂ podemos revertirla claramente", añade.
Por su parte, Sanitjas añade que "muchos paisajes cambiarán": en algunos dejaremos de tener pino silvestre y tendremos encina, por ejemplo. El cambio de los ecosistemas que no pueden vivir con este cambio climático lo podemos ver de dos formas, apunta: "De forma dramática y presentando un riesgo importante para las personas, como es a través de un incendio forestal, o podemos tener un cambio de paisaje acompañante, y generando riqueza en el territorio, mediante la gestión forestal", defiende. El Departamento de Acció Climàtica del Govern ha puesto en marcha una batería de acciones para la "reactivación del sector forestal", añade.
En cuanto a las medidas para la fauna, Vilahür apunta que estamos ante "un problema global de interrelación de la especie humana frente al resto de especies del planeta". La cuestión no tiene "una solución rápida y sencilla", sino que apuesta por "replantear esta interrelación para mantenerse dentro de los límites de seguridad".
Preocupación por los ecosistemas dependientes de agua
Evidentemente, los habitantes de los ríos están notando muy especialmente la acusada carencia de agua. En Catalunya se ha observado una "disminución generalizada" de las poblaciones de fauna este año, seguramente debido a la sequía, según Vilahür. "Es difícil poder subsistir si no tienes acceso a un elemento tan esencial como el agua para la vida", lo que "preocupa especialmente". "Los ecosistemas más ricos biológicamente son las zonas húmedas o los espacios fluviales, y con la falta de agua, muchos de los principales reservorios de biodiversidad, pero también sumideros de carbono, pierden su función", advierte.
Un ejemplo es el hecho de que el caudal ecológico del río Segre en la cabecera incumpla de forma "bastante generalizada" los mínimos establecidos para esta época en el Plan Hidrológico del Ebro, según han constatado últimamente los Agents Rurals. Ante la afectación a la fauna y flora de estos ecosistemas, una de las medidas que se plantea es organizar rescates de peces para trasladarlos a otros puntos donde se puedan garantizar sus condiciones de vida.
De hecho, esta semana se ha realizado un rescate de fauna piscícola, que ha comportado el traslado de más de 300 peces a zonas del mismo río con un caudal más estable. Durante la campaña de inspecciones de esta primavera y verano se han realizado más de una veintena de actuaciones de control, que han consistido en medir el caudal ecológico y la cantidad de agua que iba a parar a varias comunidades de regantes y centrales hidroeléctricas.
Daniel Guinart, biólogo del Parque Natural del Montseny -en la província de Barcelona-, cree que, si la falta de agua se convierte en crónica, puede haber una "transformación" de los bosques del Montseny en las próximas décadas. Un escenario donde la encina, que aguanta mucho mejor la sequía, sustituya a las hayas y los pinos exóticos, que necesitan hábitats mucho más húmedos como los que hasta ahora encontraban en el Montseny. Especies como el tritón del Montseny, endémico del parque, están sufriendo la falta de agua y, a pesar de los esfuerzos que se están realizando en el marco del proyecto Life Tritó Montseny, su población se mantiene en la "UCI" .
Peces muertos por falta de oxígeno
La sequía extrema también ha provocado la muerte de decenas de peces en el lago de Castelló dels Aiguamolls de l'Empordà (Girona). En concreto, han provocado una situación de anoxia, falta de oxígeno en el agua, que ha comportado que los peces no pudieran sobrevivir, generando la imagen de decenas de ejemplares flotando muertos en el estanque.
Vilahür da por hecho que se volverán a producir situaciones de este tipo y apuesta por "soluciones de raíz" en vez de "pequeños parches" como retirar a los peces muertos. Lo que hace falta es implementar una política medioambiental basada en la reducción del CO₂, grabando las emisiones más contaminantes, a su juicio.
La anoxia es la falta de oxígeno en el agua por falta de caudal, pero también por las altas temperaturas y afecta a todas las especies que viven en el agua, aunque algunas lo resisten mejor que otras. Una situación similar se produjo el pasado julio en el río Fluvià, a su paso por Olot (Girona), donde decenas de patos murieron, en este caso por botulismo, pero todo viene a raíz de la falta de oxígeno, según los expertos.
Afectaciones en la media veda de caza
Por otra parte, los cazadores de Lleida inauguraron el pasado fin de semana la temporada de caza con la media veda en un año atípico marcado por la sequía, constatando un bajón de especies para cazar. El presidente de la Federació de Caça de Lleida, Jaume Teixidó, lamenta que la perdiz "está desapareciendo" y que la sequía también "ha frenado" la proliferación de conejos. Un aspecto positivo para la agricultura en un momento de emergencia cinegética por sobrepoblación de este animal en las distintos puntos del territorio.
La Generalitat prevé cerrar septiembre con más de 300.000 conejos abatidos a lo largo del año. De rebote, la declaración de emergencia cinegética limita la caza de zorros, una de las características de este período, ya que ayudan a controlar la densidad de estos animales al ser un depredador natural.
Riesgo por los incendios forestales
La situación "compleja" donde los bosques sufren "mucho" los efectos de la sequía provoca mortalidades nunca vistas. Según Sanitjas, este escenario nos llevará a la retirada de los árboles fallecidos, para evitar futuras plagas o incendios forestales. Asimismo, "nos hace trabajar de forma más intensa con la gestión forestal del país".
"Tenemos una gran superficie de bosques, más de la mitad del país. Necesitan nuestra ayuda, que los cuidemos, que los preparemos para los episodios de sequía y los cambios en el clima y la meteorología", argumenta la responsable. Sanitjas apuesta por hacerlo a través de la gestión forestal, "mediante los aprovechamientos y cuidarlos". Insiste en que "sacar una parte de estos árboles, no significa sacarlos todos", para que haya menos árboles, pero más resistentes y con el agua que necesitan.
Ahora bien, además de la "emergencia forestal", la responsable señala también el "abandono de los bosques". "Llevamos más de 40 años que hemos ido dando la espalda al bosque, les hemos dejado de cuidar, y eso ha hecho que cada vez haya más sotobosque y más árboles, que compiten constantemente por el agua. Es como una guerra por el agua, sólo los más fuertes resisten", advierte.
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