Este artículo se publicó hace 3 años.
La prima de Feijóo dirige los hospitales con peores listas de espera quirúrgica de Galicia
Eloína Núñez Masid es gerente del área sanitaria de Santiago y Barbanza, donde 7.830 personas esperan a ser operadas, más de 8.600 a que les hagan una prueba radiológica y más de 17.000 a que los atienda un especialista.
A Coruña-
El área sanitaria de Santiago y Barbanza mantiene las listas de espera quirúrgica más elevadas de Galicia con miles de personas esperando a una intervención, y decenas de miles esperando a una primera prueba diagnóstica o a la consulta de un especialista. Su gerente es Eloína Núñez Masid, la prima carnal del presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo. Desde hace tres años y medio dirige los cinco hospitales de la tercera área sanitaria de Galicia, que comprende 47 municipios con una población de más de 450.000 personas.
Así se recoge en el último registro sobre listas de espera en los hospitales públicos de Galicia, de las que la Xunta informa cada seis meses y que corresponde al 30 junio del 2021. Un total de 7.830 personas aguardan a que se les realice una intervención quirúrgica en Santiago y su área de influencia, con una demora media de 72 días, de las más de 37.000 que esperan a ser operadas en toda la comunidad, con una media de setenta días. El área que dirige Núñez está al mismo nivel que las áreas de A Coruña y Vigo, con una población asistida notablemente superior -más de 550.000 personas en ambos casos-.
Eloína Núñez es lincenciada en Medicina y Cirugía por la Universidade de Santiago, fue concejala del PP en el Ayuntamiento de Ourense y según el currículo que de ella ofrece el Servizo Galego de Saúde (Sergas) tiene "más de quince años de experiencia en puestos de dirección y gestión" en la administración pública sanitaria. Fue gerente de Atención Primaria en Ourense y en el año 2009, cuando no habían pasado ni dos meses desde que su primo se hiciera con la Presidencia de la Xunta, fue nombrada gerente del Complejo Hospitalario Universitario de Ourense. En abril del 2017 se le asignó la gerencia del área sanitaria de Santiago y Barbanza.
El Clínico de Santiago ha sido uno de los peores escenarios de las purgas de médicos que ejecutó Feijóo tras llegar a la Xunta, para colocar en puestos esenciales mediante ceses ilegales y oposiciones amañadas a galenos afines al PP, que ayudaran a diseñar la estrategia de recortes y provatizaciones que desde entonces han sangrado a la sanidad pública gallega. La oposición acusa a su prima de haber participado en ellas cuando firmó la convocatoria de un concurso para proveer una plaza que incluía referencias, con nombre y apellidos, al candidato que se hizo finalmente con ella.
Núñez dirige cinco hospitales: el Clínico Universitario, el Gil Casares, el Provincial de Conxo y el Psiquiátrico de Conxo, todos en Compostela, así como el hospital do Barbanza, en la localidad de Ribeira, a setenta kilómetros al sudoeste de la capital gallega en la orilla norte de la ría de Arousa.
Entre los cinco centros acumulan además más de 17.600 pacientes esperando una consulta del médico especialista, de ellas más de 14.600 en el Clínico. En Psiquiatría y Ginecología las listas superan el millar de personas. En oftalmología rozan las 5.000, y en traumatología las superan.
La situación es peor para quienes precisan una prueba diagnósticas. Hay cerca de 1.200 personas en espera de una simple endoscopia digestiva, fundamental en la detección precoz el cáncer de colon, notablemente agresivo. En Santiago la demora media para que te la hagan es de 144 días. Más de 1.400 precisan una electromiografía, fundamental en la diagnosis de algunas fibromialgias cuyos pacientes suelen padecer grandes sufrimientos por los dolores musculares que provocan.La espera para una prueba es de más de dos meses.
La peor parte se la llevan los pacientes que precisan de una prueba radiológica. En el área de Santiago son más de 8.600 los que esperan por una primera radiografía convencional o de mama, por una resonancia magnética, por una ecografía o por una tomografía axial computarizada (TAC), que puede retrasarse hasta setenta días.
La lista de pacientes que aguardan por esas pruebas en el área sanitaria de Santiago ha crecido en 1.500 personas desde diciembre del año pasado, pero aún así la gerencia ha decidido despedir a dos de los radiólogos del Hospital Clínico Universitario, que acumula los mayores retrasos. La Asociación de Pacientes y Usuarios de ese centro alerta además de que hay miles de pacientes sin contabilizar a los que los médicos han indicado que deben hacerse una segunda o sucesivas pruebas en el servicio de Radiología del Clínico, que la Xunta no incorpora a sus listas porque considera que, como ya se les ha hecho la primera, no están en espera.
"Los despidos de personal sanitario van a suponer una demora en la elaboración de informes que son imprescindibles para emitir un diagnóstico y comenzar el correspondiente tratamiento", afirma Fernando Abraldes, portavoz de la asociación. "Van a dejar de hacerse miles de estudios radiológicos al año, lo que va a afectar al seguimiento de pacientes con dolencias graves e invalidantes que precisan de un control periódico de la evolución de su estado de salud", añade. "No resulta tolerable que mientras miles de personas, en virtud de un criterio médico, demandan la realización de pruebas diagnósticas esenciales, los responsables sanitarios mantengan cerradas salas de rayos que estarían abiertas si no se produjeran esos despidos".
Pese al aumento de las listas y tiempos de espera derivado de la crítica situación en la que la epidemia de covid-19 ha dejado al sistema sanitario gallego y al incremento de las listas de espera, la Xunta ha decidido cerrar este verano 600 camas de hospital. De ellas, alrededor de un centenar en el área de Santiago.
El pasado martes la gerencia del área hizo público un comunicado en el que asegura que "en las circunstancias tan excepcionales en la asistencia sanitaria que se dieron a lo largo de este primer semestre del año, los profesionales del área sanitaria de Santiago y Barbanza realizaron un gran esfuerzo para continuar dando una asistencia de calidad a todos los pacientes, siendo capaces de reducir considerablemente las demoras tanto en cirugías como en pruebas diagnósticas".El Sergas no ha respondido a la petición de información que le hizo Público para la realización de este artículo.
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