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Tensión por el desalojo de los edificios ocupados de Barcelona que la derecha instrumentalizó en campaña

Después de años en el barrio, los Mossos despliegan un macrodispositivo para desahuciar El Kubo i La Ruïna, cuya presencia en la Bonanova provocó tensiones en las municipales alimentadas por los partidos de derechas y Desokupa.

05/2023 - Una imatge de La Ruïna, centre social ocupat al barri de la Bonanova, a Barcelona.
Una imagen de archivo de La Ruïna, centro social ocupado en el barrio de la Bonanova, en Barcelona.  Norma Vidal / ACN

El barrio de la Bonanova, en la zona alta de Barcelona, se ha despertado este jueves en un ambiente de tensión. Desde primera hora ha arrancado el operativo previsto para tratar de desalojar El Kubo y La Ruïna, los dos edificios ocupados que la derecha instrumentalizó durante la campaña de las elecciones municipales.

Los Mossos despliegan un macrodispositivo para desalojar los dos edificios

Este miércoles el barrio respiraba normalidad, con un tráfico continuado de estudiantes, comerciantes y vecinos en la plaza en la que desemboca la calle de los dos edificios. Un movimiento que se ha visto alterado por el macrodispositivo que los Mossos d'Esquadra han desplegado para desalojar los inmuebles, ocupados desde 2016 y 2019, respectivamente.

Varios medios estaban presentes en la zona y entre los propios peatones se oían conversaciones sobre la cuestión. Los comercios no saben si podrán abrir, aunque existe cierta confianza sobre que a esa hora ya haya finalizado el desalojo.

Tras un largo periplo en los tribunales, la propiedad de los edificios, la Sareb, ha obtenido las dos órdenes judiciales que permiten realizar el desahucio. La primera llegó en marzo, pero los Mossos han esperado a tener la segunda para poder realizar el desalojo conjunto, ya que los dos edificios están conectados.

El desalojo se prevé complicado ante la fortificación de ambos inmuebles, que en los últimos días han sido protegidos con vallas y otros elementos. Los propios okupas han anunciado que se resistirán al desalojo en varios mensajes en redes.

Varios peatones explicaban este miércoles a Público que no irán a la zona, pero los que sí tendrán que hacerlo serán los alumnos de las diversas escuelas que se ubican ahí. La Salle Bonanova y también el Col·legi Jesús-Maria han enviado información a las familias sobre el hecho, especialmente en lo que se refiere a las restricciones de tráfico. La Salle también ha modificado los accesos para no tener que entrar por la calle que da a los inmuebles.

Sin problemas en el barrio

En cualquier caso, la mayoría de vecinos consultados informan de que desde que ambos edificios saltaron a los medios durante las municipales, apenas han sabido nada de los okupas. Antes prácticamente tampoco, aunque en los últimos meses han estado especialmente "callados". "Desde el verano ha sido todo muy tranquilo", explica una dependienta. "Los únicos problemas fueron durante la campaña electoral", coincide un estudiante.

Bonanova
Los Mossos cargando contra los manifestantes de la protesta a favor de las ocupaciones en la Bonanova.  Pol Solà / ACN
Vox, PP, Ciudadanos y Valents alimentaron manifestaciones contra los okupas en campaña

Los días antes de las municipales, la Bonanova ocupó todos los titulares ante las manifestaciones recurrentes contra los edificios ocupados alimentadas por Vox, PP, Ciutadans y Valents. 

Ante lo que se preveía una competición electoral muy reñida entre las cuatro derechas españolistas, todas instrumentalizaron el tema para marcar perfil. Finalmente los dos últimos partidos quedaron fuera del Ayuntamiento.

En un momento en el que el derecho a la vivienda atraviesa un momento crítico en la ciudad, con los precios de los alquileres situados en máximos históricos, la derecha fijó la okupación como una prioridad. Todo ello desembocó con el intento de la empresa de desahucios extrajudiciales Desokupa de desalojar por su cuenta a La Ruïna y al Kubo.

Esta manifestación de la organización con vínculos con la ultraderecha fue respondida con protestas contrarias. Durante varias jornadas el barrio fue epicentro de fuertes tensiones, aunque una vez pasaron las elecciones, volvió la normalidad. "Vengo todos los días y no se ve nada", concluía una señora esperando el bus.

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