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Japón empieza a verter en el Pacífico el agua contaminada por el accidente nuclear de Fukushima

La medida ha generado críticas dentro y fuera de sus fronteras; China la ha calificado de "egoísta" e "irresponsable".

Protestas contra el vertido de agua contaminada en el Pacífico
Protestas en Japón contra el vertido de agua contaminada en el Pacífico, a 24 de agosto de 2023. Kim Kyung-Hoon / Reuters

Japón ha empezado a verter al océano Pacífico más de un millón de toneladas de agua contaminada procedente de la planta nuclear de Fukushima. 

El proceso, que tarará décadas en completarse, está generando protestas dentro y fuera del país. La medida ha generado críticas de China, que la ha considerado como "egoísta" e "irresponsable".

En 2021, las autoridades japonesas decidieron que recurrirían a este tipo de descarga controlada al mar para deshacerse del agua contaminada que se acumulaba en las instalaciones nucleares. El vertido forma parte del plan del Gobierno japonés para desmantelar Fukushima. 

Esta primera descarga durará 17 días. Se prevé que se verterán alrededor de unas 7.800 toneladas de agua contaminada. Al no poderse detener la generación de estos residuos durante el proceso de desmantelamiento de la central, el vertido se prolongará durante 30 años. 

El vertido obtuvo el visto bueno de OIEA (dependiente de la ONU) el mes pasado. Tokyo Electric Power (TEPCO), la operadora de la planta, ha decidido proceder al vertido tras asegurarse de que la concentración de residuos radioactivos se encontraba dentro de lo estipulado.

Sin embargo, China ha reiterado su firme oposición al plan y ha afirmado que el Gobierno japonés no había demostrado la legitimidad del vertido de agua.

"La parte japonesa no debe causar un daño secundario a la población local e incluso a la población mundial por sus propios intereses egoístas", dijo el Ministerio de Asuntos Exteriores chino en un comunicado.

China ha dicho que también tomará medidas para proteger el medio ambiente marino y la salud pública. Asimismo, intensificará la vigilancia de los niveles de radiación en sus aguas después del vertido. 

Por su parte, Tokio ha criticado a China por difundir "afirmaciones científicamente infundadas". Mantiene que el vertido de agua es seguro y ha señalado que el OIEA ha concluido que el impacto que tendrá sobre las personas y el medio ambiente era "insignificante", según ha informado Reuters. 

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