Este artículo se publicó hace 3 años.
El municipio madrileño Rivas Vaciamadrid pregunta mediante una consulta popular si frenar o no el crecimiento urbanístico
El Gobierno municipal organiza una consulta para saber si los vecinos quieren plantarse ante el crecimiento urbano.
Jose Carmona
Madrid-Actualizado a
El Ayuntamiento de Rivas-Vaciamadrid arranca este lunes una consulta ciudadana que estará abierta durante toda la semana y sobre la que preguntará a todos los empadronados mayores de 16 años si está a favor o no de frenar el crecimiento urbanístico que atraviesa la región.
Esa inercia especulativa y devoradora de las ciudades, con todas las sombras que proyecta sobre los que las habitan, es la que quiere parar el Gobierno de Izquierda Unida, Equo y Más Madrid presidido por Pedro del Cura. En una década, Rivas ha crecido en 20.000 habitantes y ronda ya las 100.000 personas residentes. Eso, según advierten desde el Ayuntamiento, ha provocado desequilibrios y carencias en sus servicios educativos, sanitarios y de transportes que hacen que el Ejecutivo quiera parar la carrera de fondo y pararse a reflexionar sobre el futuro.
Para frenar esas expansiones que, con la ambición de crear espacios universales y amplios, terminan por generar ambientes distópicos más propios de Blade Runner, el Ejecutivo pregunta a sus ciudadanos si iniciar o no un proceso de democracia participativa donde todos los sectores de Rivas puedan aportar y debatir sobre el devenir de su municipio.
La pregunta es clara: "¿Debe Rivas parar su crecimiento urbanístico y poblacional para definir, entre todas y todos, un nuevo modelo de desarrollo urbano para las próximas décadas?".
"La gente no está acostumbrada a que un alcalde diga que la ciudad no puede crecer más – asegura el alcalde Pedro del Cura a Público–. Tenemos mucha demanda residencial y tenemos que tener ciudades más equilibradas, donde se garanticen derechos y para ello hay que parar, no se puede crecer sine die. La sociedad es diferente a la que entró a la pandemia y tenemos otras urgencias, como la climática y la movilidad", sostiene.
Las carencias de Rivas
Un sistema educativo incapaz de soportar el crecimiento urbanístico de la zona, una sanidad precaria donde los centros de referencia no están en su zona de influencia, un patrimonio natural bajo amenaza y conflictos sociales como el de la Cañada Real o las casas de apuestas, son algunas de las cuestiones que el Ayuntamiento pone sobre la mesa. Frenar, mirar lo que hay, trabajar con lo que se tiene y dejar de crecer por inercia.
La cuestión, formulada con otras palabras, hubiera traído polémica. ¿Consideran los empadronados en Rivas que el sistema falla? ¿Que el capitalismo se consume a sí mismo? En cambio, ese mensaje se trasladará a la ciudadanía de una forma mucho más cotidiana.
El alcalde lo tiene claro: "Nosotros somos los representantes de los vecinos en el Ayuntamiento, no representantes del Ayuntamiento. Somos una expresión de lo que nos dicen en el Mercadona, en las reuniones del colegio... deberíamos parar y repensar, así que transmitimos la pregunta con sencillez. Es una manera de implicar a los ciudadanos en la vida pública y de pedirle a las constructoras que tengan responsabilidad en las ciudades, que no vengan solo a hacer caja", arguye.
Durante la próxima semana, Rivas será dueña de su propio destino, al menos el de plantarse ante la Comunidad y la industria del ladrillo: "Hay barrios que no tienen ni nombre de lo rápido que hemos crecido. Cuanto más acerquemos el urbanismo a aquellos que están todo el día por el barrio y tiene opinión, mejor", sentencia el alcalde.
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