Este artículo se publicó hace 5 años.
ONG por tierra, mar y aire, con drones y robots
Algunas ONG recurren a fórmulas imaginativas para lograr sus objetivos. Llegan con fines no lucrativos a atender las necesidades que no alcanzan a cubrir los Gobiernos o, como los barcos de Greenpeace, a lanzar sus campañas de protesta.

Londres--Actualizado a
Un avión-hospital de oftalmología viaja por África y Asia curando cegueras prevenibles en países de precaria asistencia sanitaria; un barco-clínica encalla en puertos donde el aborto está prohibido para asistir a mujeres que quieren interrumpir el embarazo; autobuses y camiones, además de transportar material humanitario, hacen de aula escolar, banco de alimentos, sala de duchas o consultorio médico en campos de refugiados. Estos son algunos de los medios, no únicamente de transporte, de los que se sirven las ONG, grandes, medianas y pequeñas; locales, nacionales o internacionales; las hay de todas las medidas y de todo tipo de filosofía.
Orbis International surgió del encuentro de un piloto y un oftalmólogo en la década de 1970 en EEUU. La alianza bilateral se extendió al sector de la oftalmología y de la aviación para formar profesionales en países de escasos recursos y curar cegueras prevenibles. En 1982 transformaron un avión de cargo en el Flying Eye Hospital al que acceden pacientes ciegos y salen con visión convirtiendo la nave en un avión-milagro. "Ver a un niño ciego mirar a su madre por primera vez es conmovedor", asienta uno de los oftalmólogos. "Durante las cuatro décadas que llevamos funcionando el avión ha aterrizado en 97 países de Suramérica, Caribe, África y Asia; la formación de médicos y enfermeras alcanzó en 2019 los 66.006, las operaciones de cirugía y laser 58.050 y la distribución de medicamentos se cuentan en millones", informa la portavoz de Orbis cuya sección en Reino Unido supera a la de EEUU.
La pandemia ha doblado las consultas a través de la plataforma de telemedicina Cybersight de Orbis. "Desde marzo, con la covid-19, todas las organizaciones no lucrativas sufren aunque Orbis tiene financiadores comprometidos con nuestro trabajo aún así hemos tenido que retrasar proyectos en Bolivia, Zambia, Camerún o Mongolia", explica la portavoz de la organización.
Es conocido el uso de barcos que hace la organización Greenpeace para lanzar sus campañas en alta y baja mar en favor del medio ambiente. No son los únicos que se sirven de naves, la ONG Women on Waves (Mujeres en las olas) ha convertido un barco en clínica y consultorio para recalar en puertos de países en los que está prohibido el aborto. Bajo su bandera canadiense asisten a mujeres que desean interrumpir el embarazo. Leticia Zenevich, miembro de la organización, cuenta a Público que "en Marruecos la Marina cerró el puerto para que no ancláramos y en Portugal, dos años antes de que legalizaran el aborto, dos buques de guerra intentaron taparnos el paso aún así conseguimos entrar y contactar con las interesadas porque siempre trabajamos con grupos locales de mujeres con las que nos coordinamos". El objetivo de esta ONG es "proveer información y consulta médica para el aborto con pastillas, que tiene un alto grado de seguridad en el tratamiento; nuestro objetivo es finalizar con los abortos ilegales, peligrosos para las mujeres".
Women on Waves lleva siete campañas en el mar recorriendo las aguas de Irlanda (norte y sur), Polonia, países de África, México o Guatemala. "Nosotras trabajamos siempre dentro de la ley, pero a veces hemos tenido que salir de las aguas jurisdiccionales aunque llevemos la bandera canadiense en el barco y sobre todo el número de teléfono bien grande para que pueda verse y las pacientes puedan llamar porque la primera consulta es siempre telefónica". Mujeres en las olas surgió de Women on Web, la ONG fundada por la doctora holandesa Rebeca Gomperts quien trabajó de médico en África y topó con el alto índice de mortalidad en las mujeres que abortaban de forma ilegal.
La hostilidad contra el barco-clínica en algunos países –en México, un tropel de curas católicos las abordó- les ha llevado a recurrir a otros sistemas de atención a las mujeres para el aborto-ambulante: el envío de las dos pastillas abortivas a través de drones o robots. "Los drones y los robots son sistemas que no resultan fáciles, pero los hemos utilizado, por ejemplo, entre Alemania y Polonia, seguimos todos los protocolos de seguridad que se exigen para las mujeres", cuenta Leticia desde Brasil a través de la pantalla mostrando una gran determinación para vencer todos los obstáculos que le pongan en el camino que la lleva por mares y océanos del planeta.
Sobre tierra firme funcionan ONG de todo tipo, como Migranodearena, que gestionó la donación de varios autobuses de la EMT de Valencia para transporte escolar en Senegal (África) facilitando así el acceso a la educación de menores senegaleses. Autobuses o camiones son a menudo los medios de transporte para trasladar de un lugar a otro ayuda humanitaria, no obstante, en algunas ocasiones los vehículos terrestres se transforman en bancos de comida, aulas escolares, consultorios médicos o cuartos de baños ambulantes. Los autobuses típicos de Londres de dos pisos son requeridos con frecuencia para tareas benéficas. La organización Acción Norte, surgida de los bomberos de Zamora, Vitoria, León o Valladolid, convirtió la carrocería de un camión en una sala de duchas de agua caliente que ha viajado de forma itinerante a campos de refugiados de Ventimiglia (Italia), Belgrado (Serbia), Tinduf (Argelia) o a la frontera de Serbia con Hungría para facilitar la higiene, y la asistencia médica, a los refugiados en los citados enclaves.
La obra benéfica de los bomberos españoles abarca la geografía europea, sin embargo, en EEUU también utilizan los vehículos de tierra para sus proyectos no lucrativos. El programa educativo The Self Determination Project empezó en 2003 con un autobús que hacía de aula escolar de la organización Five Keys Charter School para alfabetizar a los internos de algunas cárceles de California (EEUU). Un autobús que iba de una cárcel a otra dando clases y preparando alumnos de todas las edades para exámenes. De las prisiones, el proyecto se expandió a los barrios pobres y marginados; de un autobús han pasado a 70 vehículos que funcionan a día de hoy como una escuela itinerante con 5.000 estudiantes que dependen del proyecto. El autobús está equipado con biblioteca, internet, pupitres, material escolar, matrícula gratis y profesor. De un continente a otro y de un medio de transporte a otro, los objetivos y la vocación de las ONG no conocen fronteras.
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