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La sexta ola desborda las urgencias del Hospital la Paz, el mayor centro referente en España, y lleva al límite a sus sanitarios

Los profesionales del Hospital La Paz de Madrid denuncian que las salas para pacientes covid llevan días con más enfermos que camas y que faltan instalaciones cerradas y trabajadores de refuerzo. El servicio adolecía de colapsos en sus urgencias mucho antes de que estallara la pandemia.

Imagen de la sala de urgencias para pacientes de covid del Hospital La Paz de Madrid el pasado 25 de diciembre.
Imagen de la sala de urgencias para pacientes de covid del Hospital La Paz de Madrid el pasado 25 de diciembre. @urgenciaslapaz

El servicio de urgencias del Hospital Universitario La Paz de Madrid no da abasto durante la sexta ola de pandemia. Desde que los casos de covid-19 comenzaron a aumentar exponencialmente por una trasmisión descontrolada, hace ya más de una semana, la saturación de esta unidad ha acabado por desbordar a unos profesionales exhaustos que ya denunciaban desbordes mucho antes de que la pandemia irrumpiera.

Las medidas de refuerzo no están aliviando por el momento la presión, ya que siguen llegando cientos pacientes cada día con síntomas (leves, la mayoría) de covid para los que no hay espacio físico donde atenderlos. Este hospital público, puntero y de reconocido prestigio internacional y con unos 7.000 profesionales adscritos antes de la pandemia, no puede presumir de lo mismo en sus urgencias.

Sus trabajadores lo llevan denunciando, al menos, desde 2017, cuando los colapsos se convirtieron en algo habitual durante la epidemia estacional de la gripe. Con todas las dificultades, respondieron el empuje de las primeras olas de la covid, pero esta nueva acometida, insisten los sanitarios, ha llegado sin previsión, con una atención primaria deteriorada y sin servicios de urgencias en los centros de salud desde hace prácticamente dos años. El coctel ha sido demoledor, aseguran.

Guillén del Barrio, enfermero del servicio y delegado sindical del Movimiento Asambleario de Trabajadores de la Sanidad (MATS), explica a Público que actualmente hay dos consultas para casos de coronavirus en las urgencias y dos salas para tratar a los pacientes con síntomas agudos, aunque considera que se ha tardado en ampliar el servicio y que sigue siendo insuficiente. La mayoría de los casos no son graves, pero sí requieren atención, observación y, muchas veces, ingreso en planta, insiste. Y eso, junto con el triaje previo, puede demorar varias horas o más de un día en caso de hospitalización del paciente.

Más de 24 horas para ingresar en planta

G. S., por ejemplo, acudió a las urgencias del hospital el pasado domingo con su abuela, positivo en covid, con 89 años, dependiente con varias patologías previas y falta de oxígeno en sangre. Cuando llamó al teléfono de emergencia le dijeron que era preferible que la llevara ella al centro en lugar de esperar una ambulancia que "podría tardar cinco horas".

"Los profesionales estaban tan saturados que no podían salir a informara los familiares"

No tuvo que esperar apenas en el triaje, reconoce, porque la situación de la enferma era delicada, aunque recuerda que la afluencia de pacientes era elevada. Los médicos supieron desde el principio que necesitaría ingreso aunque la anciana tardó más de 24 horas en ser trasladada a planta. "Desde que entró en urgencias hasta que me llamaron del hospital para informarme de su estado pasó más de un día. Los profesionales estaban tan saturados que avisaban de que no tenían tiempo de salir a informar a los familiares. Que lo harían por teléfono", precisa. A ella le llamaron al poco tiempo para confirmarle que sería ingresada pero nadie le informó de las pruebas realizadas ni del estado de salud en toda la noche ni al día siguiente.

Aunque intentó contactar con diferentes departamentos del hospital, no logró que nadie le diera información sobre la situación de su abuela, más allá de que seguía en urgencias. Fue una profesional del centro, amiga de la familia, quien pudo visitar a la paciente e informales de su estado, apunta.

El motivo de la larga espera, según le explicaron al día siguiente, fue que no había plaza en las tres plantas para enfermos con coronavirus que hay habilitadas. Varios sindicatos aseguran que de momento no se ha preparado ninguna otra zona de ingreso para estos pacientes a pesar de que hay al menos una planta cerrada y sin actividad con capacidad para 20 pacientes.

"Luego vi en fotos que la sala de covid estaba saturada, con bastante gente en los pasillos. El agobio de los trabajadores era evidente", añade G. S. "Eso genera una sensación de intranquilidad, sobre todo por el grado de dependencia de mi abuela. No sabes si van a tener tiempo de atenderla bien con todo el trabajo que tienen ahora", precisa.

La siguiente llamada del hospital la recibió este martes, para comunicarle que su abuela iba a ser derivada al anexo Hospital Carlos III, a donde se están trasladando algunos pacientes desde este mismo martes para descongestionar La Paz, apuntan fuentes sanitarias a Público.

La dirección del centro estudia la apertura de otras dos plantas y de una unidad de cuidados respiratorios especiales para la sexta ola, aunque desde la Consejería de Sanidad no lo han confirmado a este diario. Aseguran que "la situación ha sido normal teniendo en cuenta la presión extra por el aumento del covid", pero que "la atención y asistencia a los pacientes siempre está garantizada".

Horas extra y dobles turnos

"Las medidas de refuerzo se toman tarde y mal", denuncian los sindicatos

Según Del Barrio, el día de Navidad, con una única sala covid, la ocupación era de 20 pacientes para 12 camas. Ese mismo día se habilitó una nueva zona que no tardó muchas horas en desbordarse. El martes, ya con dos salas, había 29 pacientes para 12 camas en una y 18 para 13 camas en la otra. El gimnasio del hospital, con capacidad para unos 80 enfermos, sirvió para aliviar la sobrecarga durante las olas previas del virus, pero ahora sigue cerrado por razones que desconocen. "Lo que tenemos claro es que las medidas de refuerzo se toman tarde y mal, y llegan casi siempre después de que lo denunciemos en los medios", sostiene.

Para hacer frente a la sexta ola, el departamento comenzó con una consulta para casos de covid y una sala para tratar a los pacientes, pero desde hace pocos días hay en funcionamiento otra consulta y otra sala de urgencias para pacientes agudos. "Los que llegan a las salas son una mínima parte. El resto se queda en la sala de espera. Aun así, las salas nuevas se llenaron al poco tiempo de abrirse. Hemos pasado de atender a unas 20 personas por covid al día a tener 217 la pasada noche", resume Del Barrio.

La escena también la confirma el sindicato de médicos AMYTS, que denuncia el "sinvivir sanitario" en las urgencias, con trabajadores "exhaustos" y con "pacientes y familiares cada vez más exaltados" contra los sanitarios.

"Los pacientes están hacinados y su atención es deficiente", asegura una enfermera

Una enfermera del servicio que pide anonimato resume que el colapso dura ya casi dos semanas a pesar de que hace más de 15 días que los profesionales habían advertido de la que se venía encima. "Los pacientes están hacinados, los trabajadores no podemos movernos bien y la atención que damos es deficiente", resume. Critica, además, que cada sala nueva que se pone en marcha no viene acompañada de más trabajadores, "se desviste un santo para vestir otro. La sala que se abrió el día 25 se cubrió con gente a la que llamaron pocas horas antes", ilustra.

"La realidad es que estamos dos enfermeras para 22 pacientes y que los únicos refuerzos llegan con gente que dobla turnos. Ahora mismo, trabajar 14 horas seguidas en las urgencias de La Paz es inviable, es agotador", apunta esta sanitaria, que ha trabajado a destajo durante toda la pandemia. También lamenta que, en lugar de habilitar nuevos espacios, la Consejería de Sanidad esté empezando a ordenar traslados forzosos de profesionales al polémico hospital Isabel Zendal. "Si no vas te suspenden durante un año, pero si me voy allí, mi servicio queda en mínimos", sostiene.

Desde el MATS insisten en que los médicos de las urgencias "ya hacían todas las horas extra posible antes de la pandemia", y que el personal de enfermería y auxiliares "tampoco dan más de sí". Del Barrio incide en que "no todo se soluciona con horas extra y dobles turnos", y añade que los profesionales de las urgencias de La Paz que están requiriendo atención psicológica rondan el 38%. "Hay ataques de ansiedad en cada turno", apostilla, a lo que se une el malestar de los pacientes y sus acompañantes, cada vez más volcado contra los trabajadores, "en línea con el discurso de la presidenta Ayuso en el que culpa a los sanitarios de boicotear y de no trabajar", agrega.

La situación es similar en otros centros, aunque en La Paz, el desborde es más acusado por la antigüedad de unas instalaciones de los años 60 y el reducido espacio de su zona de urgencias. En varias de las salas no es posible guardar las distancias ni cuentan con ventilación adecuada para prevenir contagios. El proyecto de reforma de estas instalaciones, que ronda en la Consejería de Sanidad desde el Gobierno de Cristina Cifuentes, se aprobó el pasado marzo tras varios años de retrasos. No se prevé que la obras comiencen hasta marzo de 2022, con un presupuesto de alrededor de 500 millones de euros.

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