Este artículo se publicó hace 2 años.
Tenerife apuesta por convertirse en una pista de carreras: 30 años y 50 millones de euros
La isla canaria contará con un Circuito del Motor gestado hace más de tres décadas.
Andrea Domínguez Torres
Santa Cruz De Tenerife-
Un circuito del motor se teje en Tenerife ante las críticas de la ciudadanía y el apoyo de casi todos los partidos políticos con representación, a excepción de Sí Podemos Canarias. El proyecto se venía gestando desde hace más de 30 años pero, enredado entre entresijos legales, no llegó a salir adelante. Sin embargo, ahora está más cerca que nunca. La inversión cuenta con más de 5 millones de euros de presupuesto inicial, pero espera alcanzar los 50 millones. Todo el coste será asumido con dinero público.
La zona en la que se proyecta el Circuito del Motor se encuentra en el municipio de Granadilla, conocido por acoger también un polémico macropuerto, ahora sin uso, hace 13 años. Para este nuevo bombazo urbanístico el Cabildo de Tenerife estima utilizar un millón de metros cuadrados de suelo, de los cuales 350.000 se destinarán a la pista de asfalto del circuito. Este espacio tiene un trazado irregular por la geografía de la zona, colinda con el barranco de Orchilla, clasificado como Lugar de Interés Comunitario (LIC) y se formó con la obtención de fincas menores expropiadas a particulares por el Cabildo de Tenerife. En él habitan murciélagos, lagartos y una amplia variedad de aves.
A pesar de que aún no está en pie y lleva anunciándose desde 1995, el Cabildo de Tenerife (PSOE-Ciudadanos) destina 600.000 euros a la promoción del Circuito. El pasado 19 de julio invitó, con cargo a las arcas públicas, al conocido piloto de Fórmula 1 Carlos Sainz, al piloto de motociclismo Carlos Checa, a la corredora de rali Christine Giampaoli, así como el presentador Antonio Lobato a un evento en el auditorio Adán Martín, localizado en la capital tinerfeña. El acto costó 30.500 euros.
La presentación del Circuito del Motor estuvo plagada de polémica con una manifestación en contra convocada bajo el marco de la ley y otra sin autorización que ocupó el lugar de la legal. También Coalición Canaria, principal partido de la oposición en Tenerife, criticó el acto pero no por el fondo, sino por la forma. "Esto ha sido un evento electoralista porque no hay nada construido", reprochó la consejera del Cabildo de Tenerife por Coalición Canaria, Verónica Meseguer, días después. Ella había propuesto desde mayo la creación de una mesa de seguimiento con representación de todos los partidos para conocer todos los detalles del Circuito del Motor. Por su parte, el Partido Popular (PP) ha pedido al Cabildo que se garantice una inversión plurianual de 50 millones de euros.
Un proyecto de 30 años
El presidente del Cabildo de Tenerife, Pedro Martín (PSOE), y el vicepresidente, Enrique Arriaga (Ciudadanos) le dieron un empujón mediático al proyecto. Sin embargo, el epicentro de la iniciativa nació antes de la llegada del partido socialista al poder isleño. El primer partido político en apostar por el Circuito del Motor fue la Agrupación Tinerfeña de Independientes (ATI), el germen de lo que es ahora Coalición Canaria (CC). La andadura para establecer un circuito automovilístico en Tenerife nació en 1995 durante un pleno ordinario del Cabildo de Tenerife, dirigido entonces por ATI, en el que se aprobó la base para sustentar el plan. Todo con el apoyo de la Federación Tinerfeña y Española de Automovilismo, que fueron contactadas por la institución pública.
En ese tiempo eligieron el espacio, el tamaño de la superficie y trazaron los planes para crear las carreteras que conectarán el circuito. El cometido se dividió en dos grandes líneas: el circuito permanente, a las que se sumaban las instalaciones deportivas destinadas al motocrós y autocrós; y las carreteras de acceso. La burocracia y los problemas entre el Cabildo tinerfeño y la empresa adjudicataria de la obra dejó el Circuito del Motor en el olvido. Ahora reaparece como un reclamo, a un año de las elecciones regionales.
La apuesta por este centro del motor se escudó en la afición al automovilismo que existe en Tenerife. Las carencias de infraestructuras públicas y sociales en la isla hacen que la inversión del dinero público en un circuito suponga "un despilfarro" a ojos de la oposición. "A estas alturas de la película, y habiendo una declaración de emergencia climática en Canarias, trasladar vehículos y promover la producción de más CO2 en el archipiélago no es un movimiento que vaya acorde con la protección", insiste el portavoz de Sí Se Puede Tenerife, Alexander Velázquez.
En esta línea se posiciona también el coordinador general de Más Canarias, Javier Navarro Lasso, sin representación parlamentaria, quien ofrece al Cabildo de Tenerife repensar dónde invertir el dinero. Desde las mejoras en centros de salud, la falta de infraestructuras en el Hospital del Sur o en placas solares para las familias que viven en situación de pobreza energética, aconseja.
Una declaración de impacto ambiental, presuntamente caducada
Después de 20 años de los primeros pasos del proyecto, se iniciaron las obras. Sin embargo, fueron paralizadas en 2015 por no contar con el permiso de la autoridad competente. Los trabajos arrancaron sin alertar a "la autoridad laboral de la apertura del centro de trabajo", reza el nuevo documento publicado por el Cabildo de Tenerife. Entonces la falta de un plan de gestión de residuos de construcción y demolición, así como del protocolo de seguridad y salud se sumaron para dar lugar a esa paralización.
En agosto de 2016 se acabó con la suspensión del inicio de las obras. A partir de entonces, la empresa adjudicataria encargada de las obras, Onda Rossa SL, tuvo 21 meses para realizar los trabajos, pero no los comenzó, según el organismo regional. Así, el Cabildo de Tenerife retiró a Onda Rossa SL la adjudicación de las obras y la acusó de incumplimiento de contrato. En 2018, la empresa Gestur Tenerife SA asumió el relevo. Entonces se modificó el proyecto de la pista de velocidad -dicha modificación se hizo pública este año- con un plazo de ejecución de 30 meses.
La Declaración de Impacto Ambiental (DIA) para el Circuito del Motor se aprobó el 30 de septiembre de 2011. Tener este documento en vigencia es obligatorio. De acuerdo con la ley canaria de Evaluación Ambiental, "a los cuatro años de su aprobación, si no se han comenzado las obras el promotor deberá iniciar de nuevo el trámite". La empresa entonces contratada comenzó los trabajos sin las autorizaciones pertinentes en 2015, dentro del plazo de la DIA.
De esta manera, queda en duda si esa Declaración de Impacto Ambiental puede ser válida ante el inicio de unas obras sin autorización. Por su parte, el Proyecto Modificado de la Pista de Velocidad recoge que "por causa imputable al contratista, la obra ha tenido que interrumpirse, por lo que se pretende con el expediente dar continuidad a Proyecto Constructivo ya autorizado, considerando que las obras proyectadas estaban ya completadas". Por su parte, la Asociación Tinerfeña de Amigos de la Naturaleza (ATAN) denunció hace una semana la caducidad de esa declaración ambiental.
Este nuevo documento está firmado ya por Gestur y no por el grupo GPO, como el anterior, y bajo el sello del ingeniero de caminos Manuel Galván. El texto de más de 1.400 páginas recoge todos los avances para traer al archipiélago la pista de carreras. En total, se prevé un gasto inicial de 36.862.000 euros entre material y licitaciones, solo en la parte del proyecto que atañe a la pista.
Este Circuito del Motor pretende obtener la homologación para acoger campeonatos nacionales e internacionales. Sin embargo, el Cabildo de Tenerife no especifica cuál es el beneficio económico que repercutirá en la ciudadanía. Los requisitos para una pista homologada para grandes competiciones son mucho mayores que cuando solo se utiliza para entrenamientos, cursillos o pruebas locales. "No precisan de toda esta infraestructura", recoge el citado informe del grupo GPO para el Circuito del Motor de Tenerife.
El impacto medioambiental
La zona del Circuito del Motor, conocida como Los Duques, está influenciada por los vientos alisios y caracterizada por la vegetación de nitrófilos. Según el primer Proyecto Constructivo del Circuito del Motor, los terrenos de cultivo habían desplazado a las especies propias por altitud y orientación: el cardonal y el tabaibal dulce. ATAN contradice esta versión y denuncia las afecciones que el proyecto pueden generar a flora de interés comunitario como es el cardonal-tabaibal que aún permanece en la zona.
Además, en la zona se localizan especies clasificadas como vulnerables como el alcaraván, o en peligro de extinción como el halcón tagarote. Además, "se carga una de las mejores zonas del cultivo del sur de Tenerife; la zona de medianías es muy importante para la agricultura de la isla, si se recuperasen parte de esos terrenos para la agricultura y la ganadería sería ideal", aconseja Iván, voluntario de ATAN.
El Cabildo no ha dado respuesta a si la creación del Circuito del Motor haría que se desplazaran otras actividades como los ralis en zonas protegidas y si se van a concentrar en este espacio. Ya en la memoria del proyecto se recoge las declaraciones del entonces consejero insular del Área de Medioambiente del Cabildo de Tenerife, quien estimó que "no deberían seguirse realizando competiciones, concentraciones y otras actividades del mundo del motor en el ámbito de Espacios Naturales Protegidos porque no tiene sentido asumir el coste ambiental de este proyecto, si se siguen celebrando multitud de actividades, cada una de ellas con su propio coste ambiental, fuera de dicho centro y en lugares donde los impactos de dichas actividades son significativos".
Yacimientos arqueológicos
La empresa encargada de hacer el estudio histórico-arqueológico fue Solitec en 2004. Ese mismo año el Área de Patrimonio Histórico del Cabildo de Tenerife informó sobre las medidas a tener en cuenta para proteger los posibles yacimientos. Durante los estudios en la zona se localizaron 11 posibles áreas de relevancia patrimonial, así como estaciones de grabados rupestres y elementos etnográficos. El proyecto denominó parte de los recursos arqueológicos como "áreas residuales del pasado". Además, los movimientos de tierra deberán hacerse con la supervisión de un arqueólogo y/o paleontólogo. De hallar vestigios arqueológicos se podría paralizar de forma inmediata los trabajos, como ya ha ocurrido en otros proyectos de la isla.
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