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Uaga Los ganaderos estudian llevar las protestas contra el regreso del oso y el lobo a todos los territorios  

Un millar de ganaderos clama contra el regreso del oso y el lobo al Pirineo, mientras una treintena de grupos ecologistas de España y Francia pide "una actitud responsable y constructiva" porque "el oso no ha creado ninguno de los problemas actuales que dificultan la rentabilidad de la ganadería extensiva". 

Un millar de ganaderos de Aragón, Catalunya, Navarra y Francia recorrieron este jueves las calles de Aínsa (Huesca) para protestar contra la reintroducción del oso y el lobo en el Pirineo. UAGA

EDUARDO BAYONA

"Los beneficios y la biodiversidad que genera la ganadería extensiva son mucho mayores que los que causa esta reintroducción [del oso y el lobo]. Esperemos que se tomen cartas en el asunto porque la ganadería no puede aguantar más", señalaba este jueves José María Alcubierre, secretario general de Uaga, en la concentración de protesta contra el regreso de esas especies al Pirineo celebrada en Aínsa (Huesca) y convocada por medio centenar de organizaciones agrarias de Aragón, Catalunya, Navarra y Francia.

La protesta, en la que la reivindicación de la ganadería extensiva se combina con la reclamación de que los 40 osos de origen esloveno con los que Francia y Catalunya llevan más de veinte años repoblando la cordillera sean deportados, convocó a más de un millar de ganaderos de ambos lados de las montañas que hicieron sonar esquirlas y cencerros por las calles de la localidad oscense, capital del Sobrarbe, una de las comarcas con menor densidad de población del Pirineo.

La protestaconvocó a más de un millar de ganaderos de ambos lados de las montañas que hicieron sonar esquirlas y cencerros

La reintroducción del oso, que ha logrado aumentar de cinco a cuarenta (a falta de contar los cachorros de esta primavera) los ejemplares de oso de todo el Pirineo en 23 años, ha sido polémica desde su inicio, aunque el conflicto entre partidarios y detractores de se ha acentuado desde la llegada de Goiat, un macho joven al que se atribuyen más de una docena de ataques a ganado y colmenas en los últimos cinco meses.

El caso del lobo es distinto, ya que su población se concentra en la zona montañosa de Lleida y Barcelona de manera natural, sin que haya sido objeto de reintroducción, y desde allí se han desplazado algunos ejemplares a otras zonas, como Los Monegros. En cualquier caso, sus ataques a ganado son menos numerosos que los que efectúan los perros asilvestrados o cimarrones.

Aragón insiste en 'extraer' a Goiat

La frecuencia de esos ataques, que los ganaderos vinculan con la importante presencia de la carne en su dieta mientras vivió en cautividad en Eslovenia, ha intensificado el conflicto y ha llevado a las organizaciones agrarias a plantearse llevar las protestas al resto de territorios de la cordillera tras la afluencia lograda en Aínsa.

"No es un problema de ganadería intensiva, es un problema de ruralidad, de abandono de los pueblos, de falta de atención", sostenía Ángel Samper, presidente de Asaja, mientras el consejero aragonés de Agricultura, Joaquín Olona, declaraba a Aragón TV que "hay que evaluar todo lo que se ha venido haciendo, sobre todo con la situación de alarma social que hay", y abogaba de nuevo por "extraer" a Goiat, posición en la que coincide con el Gobierno de Navarra.

En cualquier caso, todo apunta a que la reintroducción, financiada por la UE a través del Programa Life, va a continuar, ya que Francia tiene previsto soltar en octubre otras dos hembras adultas en el Pirineo occidental.

"El oso no puede ser un rehén"

Mientras la manifestación discurría por las calles de Aínsa, más de treinta organizaciones ecologistas de España (10) y Francia (23) hacían público un comunicado en el que reclamaban "una actitud responsable y constructiva" ante la reintroducción, porque "el oso no ha creado ninguno de los problemas actuales que dificultan la rentabilidad de la ganadería extensiva".

Para estas organizaciones, partidarias de "trabajar con ganaderos promoviendo respuestas consensuadas no sólo al retorno del oso pardo sino también a su propio futuro", el oso pardo y la ganadería de montaña "son dos elementos indisociables del ecosistema pirenaico, patrimonio natural y cultural de sus habitantes".

En este sentido, ponen como ejemplo la cordillera Cantábrica, donde el oso se ha convertido en una fuente de "economía complementaria" al promover el turismo de naturaleza. "El oso pardo no puede servir de rehén ante las dificultades de la ganadería de montaña para adaptarse" al nuevo contexto de despoblación, exigencias de la normativa sanitaria y competencia de la carne "low cost", añaden.

Por último, los grupos conservacionistas insisten en la existencia de medidas, muchas de ellas financiadas por la UE, que ayudan a mejorar la convivencia de la ganadería extensiva con la presencia de los grandes carnívoros, como el oso y el lobo, caso de la agrupación, el uso de mastines, la mejora de las instalaciones en el monte con bebederos y cabañas y la percepción de ayudas por servicios ambientales.

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