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Osos Los ganaderos del Pirineo estallan contra los osos

Medio centenar de organizaciones agrarias organizan una concentración de protesta en Aínsa (Huesca) para pedir la deportación de los 40 ejemplares de origen esloveno que pueblan la cordillera tras el programa de reintroducción iniciado hace un cuarto de siglo por Francia y Catalunya.

Los ataques atribuidos al oso Goiat han soliviantado a los ganaderos de las tres comunidades pirenaicas. Generalitat de Catalunya

EDUARDO BAYONA

"¿Cuántos osos tiene que haber en el Pirineo? Nadie nos lo dice", se queja Joaquín Solanilla, secretario oscense de la organización agraria Uaga, integrada en COAG y que encabeza hoy, junto con Asaja, Araga, UPA y la Federación de Cooperativas, la concentración de protesta convocada en Aínsa (Huesca) contra la reintroducción del oso en la cordillera, a la que se han adherido medio centenar de entidades del mundo agrario de Aragón, Catalunya y Navarra, las tres comunidades de la cara sur de las montañas, y varias del norte, de Francia.

El lema oficial reivindica "la defensa de nuestros pueblos y la ganadería extensiva" y la convocatoria habla de "exigir a la Administración que apueste por un sector imprescindible para la supervivencia de los pueblos, para la conservación del medio ambiente, para la producción de alimentos de calidad y en definitiva para la contribución positiva a la cohesión económica y social", aunque el objetivo de fondo es presionar a las instituciones para la deportación de los osos de origen esloveno que hace más de dos décadas comenzaron a repoblar el Pirineo desde Francia y cuyos ataques a ganado y colmenas (más de 30 hace unos días en Gistaín, con frecuencia en Castejón de Sos) han hecho estallar a los ganaderos.

La reintroducción del oso fue polémica desde que el Gobierno francés y la Generalitat catalana la pusieron en marcha en 1996

La reintroducción del oso fue polémica desde que el Gobierno francés y la Generalitat catalana la pusieron en marcha en 1996 mediante un programa LIfe financiado por la UE. La caza, con más de 35 muertes en los años anteriores, y que se había cebado especialmente con las hembras, había reducido la población a solo cinco ejemplares en un territorio que llevaba siglos poblando.

Apenas dos décadas después, explicaron fuentes de la Consejería de Territorio y Sostenibilidad catalana, hay oficialmente 40, tres menos de los que había en la primavera de 2018 y a la espera de localizar las crías que hayan podido nacer este año. El pasado fueron seis, aunque uno de los cachorros murió, y también dan por fallecidos a dos adultos, uno de ellos Pyros, el padre de la mayoría de la población y que da nombre al programa.

Las andanzas del oso Goiat

La frenética actividad reproductiva de Pyros, que fue visto por última vez en el valle de Arán en abril de 2017, está en el origen del conflicto con los ganaderos: aunque hay otrovacass tres machos no emparentados con él (Nere, su hijo Canellito y Cautxú), la Generalitat optó, "para romper la dominancia" de aquel y "aportar variabilidad genética a la población de osos del Pirineo", por soltar en 2016 a Goiat, un oso joven también de origen esloveno cuyas correrías y afición por la carne de oveja, especialmente desde esta primavera, traen de cabeza a los criadores de ganado.

También a las administraciones, o al menos al Gobierno de Aragón, que hace unas semanas pidió por carta a la Generalitat que se hiciera "cargo" de Goiat, al que se refería como "un oso considerado reiteradamente depredador al que precede un conflictivo historial", y a que tomara "las medidas pertinentes que resuelvan el problema suscitado con la máxima urgencia posible".

Francia tiene previsto soltar en octubre otras dos osas eslovenas en la zona oeste del Pirineo

Para el consejero de Agricultura, Joaquín Olona, "los programas de reintroducción, a nuestro juicio, no acreditan ni garantizan que el beneficio neto derivado de la reintroducción de osos foráneos compense los desproporcionados costes sociales y económicos que dichos programas provocan en Aragón". Lo decía al poco de saberse que Francia tiene previsto soltar en octubre otras dos osas eslovenas en la zona oeste del Pirineo.

Uaga va un paso más allá: la organización agraria ha pedido a la Generalitat que ponga en marcha "cuantas acciones sean oportunas para la extracción y retirada del oso Goiat del territorio aragonés, cuidando que ningún otro oso reintroducido por su Gobierno acceda al territorio aragonés", así como que asuma la indemnización de los daños que pueda causar.

El Govern, sin embargo, no considera que se den, ni de lejos, las condiciones para "extraer" o deportar a Goiat. De hecho, estima que no pasa de ser un oso "problemático" al que, en todo caso, Aragón podría aplicar las "medidas aversivas" y disuasorias previas a la captura que contempla el protocolo de manejo de la especie.

"La reintroducción ha provocado un problema social"

"El programa de reintroducción no ha funcionado, porque ha provocado un problema social", sostiene Solanilla, que achaca en parte los incidentes atribuidos a Goiat al hecho de soltar en la cordillera un ejemplar (entre otros) criado en una reserva en la que son alimentados por los criadores y en la que comen con frecuencia carne, lo que le llevaría a atacar al ganado.

"Están encarnizados. No comen frambuesas", ironiza, mientras apunta que "en Catalunya y en Navarra se está dando el mismo problema". "No están reintroduciendo un oso autóctono", añade. No obstante, sí es cierto que los ejemplares eslovenos tienen una gran similitud genética con los pirenaicos.

Para el ganadero, la presencia del oso "supone otro obstáculo para mantener la ganadería extensiva, que es positiva para el medio ambiente, y es una traba para que se incorporen jóvenes al campo, además de afectar al turismo de naturaleza. Hay zonas en las que los senderistas ya preguntan si hay riesgo de encontrarse son un oso durante una ruta".

El conflicto se extiende a la presencia del lobo en Los Monegros y La Hoya, aunque, en este caso ha llegado de manera espontánea, al parecer desde el Pirineo catalán. "Es por todo", dice Solanilla. No obstante, el grueso de los ataques que se le atribuyen, como ocurre en el resto de comunidades, acaba resultando ser obra de perros asilvestrados o cimarrones.

"Presionan en busca de otro tipo de beneficios"

"Estamos totalmente a favor de la reintroducción. Se trata de una especie propia del Pirineo que estuvo allí hasta hace unas décadas", señala, por el contrario, Santiago Martín Barajas, de Ecologistas en Acción. "No entendemos la posición de las organizaciones agrarias. Pasa lo mismo con el lobo, pero cuando preguntas individualmente a los ganaderos no tienen esa inquina", añade.

"Me parece indignante que se convoque una concentración", anota, cuando, en su opinión, "se trata en realidad de presionar a la Administración para obtener otro tipo de beneficios, básicamente económicos".

Por último, el conservacionista llama la atención sobre el eventual efecto potenciador del turismo de naturaleza que puede tener en el Pirineo la presencia de una especie como el oso. "Mucha gente va a esas zonas a ver fauna, a disfrutar de ella, y todo lo que sea restringir la biodiversidad es negativo para ese tipo de turismo", apunta.

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