El joven acusado de asesinar con alevosía a una mujer en Masquefa (Barcelona) en octubre de 2016, que fue hallada con los dedos amputados, ha sido condenado a 18 años de cárcel, a lo que se añade el pago de una indemnización de 320.000 euros por el crimen, que cometió en el transcurso de una relación erótica.

El caso debía juzgarlo un Jurado Popular de la Audiencia de Barcelona, pero finalmente la defensa del acusado ha alcanzado un acuerdo de conformidad con la Fiscalía por el que ha admitido el crimen y ha aceptado casi dos décadas de prisión.

También se ha acordado la pena de alejamiento de la familia de la víctima durante un tiempo de 10 años superior a la pena de cárcel y una década de libertad vigilada, así como el pago de 130.000 euros para cada progenitor de la fallecida, 50.000 euros para la hermana y 10.000 euros para la expareja en concepto de responsabilidad civil.

Intento de salir impune

Los hechos sucedieron en 2016 en el municipio de Masquefa, cuando el acusado, en prisión provisional, conoció a la víctima, de 37 años, en un bar, donde se intercambiaron los teléfonos.

Al cerrar el establecimiento, mantuvieron comunicación continua al punto que quedaron al día siguiente para ir a casa de ella.

Una vez allí y en un momento indeterminado del día, el acusado golpeó a su amante por todo el cuerpo, la agarró del cuello y la intentó asfixiar, tras lo cual, valiéndose de un instrumento cortante, se lo clavó en el pecho causándole la muerte.

Acto seguido, con el objetivo de favorecer su impunidad, le cortó las falanges y trató de lavar el cadáver para borrar cualquier posible rastro biológico.