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Acoso a feministas en redes sociales "La violencia contra las mujeres nunca ha sido una prioridad, y en redes sociales mucho menos"

La activista feministas Irantzu Varela está siendo víctima de un virulento ataque que ha saltado de las redes sociales al mundo analógico. Tras varias denuncias en la Policía y en Twitter, está ultimando una querella para que se abra una investigación como un ataque de odio.  

Irantzu Varela en una escena de El Tornillo, su espacio feminista en Público

Marisa Kohan

"La verdad es que estos niveles de acoso que estoy viendo estas últimas semanas han sobrepasado con creces todo lo que había vivido hasta ahora". Quién habla es Irantzu Varela, activista habituada al insulto, los ataques y las amenazas en redes sociales por su defensa del feminismo y del anticapitalismo. Sin embargo, en las últimas dos semanas, este acoso se ha vuelto "insoportable" y no sólo se ha quedado en lo digital, sino que ha saltado a la analógico y ha sido "constante e intimidatorio".

Si hace un par de semanas denunciaba las pintadas que habían aparecido justo enfrente de donde tiene su espacio, hace cerca de una semana sus datos personales, como su número de teléfono, fueron distribuidos por una cuenta de Twitter y alguien se ha hecho pasar por ella en diversos chats de contenido sexual. 
"Si la primea pintada fue un salto a lo analógico que ya parecía grave, la divulgación de datos personales ha sido mucho más invasivo".

"Desde que mi número de teléfono se hiciera público, todos los días estoy recibiendo fotografías de pollas, propuestas sexuales, o gente que sabe que se está poniendo en contacto conmigo tras haber conseguido mi número de forma ilícita, y me mandan fotos de niñas haciendo felaciones o banderas de España con el aguilucho. Durante la última semana y media ya el acoso se ha vuelto insoportable. Hasta el punto de que he tenido que cambiar de teléfono y me ha obligado no sólo a tomar medidas legales, sino también de seguridad personal", relata Varela.

Las denuncias que interpuso desde entonces, no han tenido como resultado ni su protección ni la apertura de investigaciones. Tampoco sus twitts y los de diversos usuarios de la red social alertando a la Policía o a la Ertzaintza, provocaron ninguna reacción por parte de los cuerpos de seguridad.

Tal como explica la presentadora de El Tornillo, denunció en comisaría lo del chat sexual, la publicación de sus datos en Twitter y las pintadas en la fachada de Faktoría Lila, su proyecto de comunicación (lo que suponía una advertencia para que fuera consciente de que sabían dónde estaba). "La policía recoge la denuncia con más o menos diligencia (no sé si queda claro el tono irónico), pero no tienen ninguna perspectiva de que esto tenga ninguna importancia ni urgencia. Yo les intento explicar que esto forma parte de una estrategia de acoso, que tiene que ver con mi visibilidad como feminista, lesbiana, anticapitalista..., pero se limitan a recoger lo mínimo y lo que les obliga su función, pero hasta donde yo sé no han indagado mucho y en ningún lugar recogen la idea de que detrás de esto lo que hay es una violencia sistemática". 

Una semana con los datos al descubierto

Varela también denunció tres veces en Twitter a lo largo de esta semana la cuenta que había divulgado su número de teléfono, pero a pesar de estas acciones a través de la herramienta que la red social tiene para estas denuncias, sus datos permanecieron accesibles durante varios días.

Desde Twitter explican que no hacen comentarios sobre casos específicos y que su marco de actuación está recogido en las normas de uso de la plataforma, que explica todos los límites al uso de la red social. En esas normas, la divulgación de datos personales de otro usuario está totalmente prohibida.  

Cuando se identifica que hay alguien que comparte información privada, afirman desde la red social, se actúa. El procedimiento consiste en ponerse en contacto con el usuario que infringió las reglas, explicarle qué norma ha infringido y que pasos debe seguir, lo que suele pasar por borrar el contenido en cuestión. Twitter puede decidir si suspender la cuenta de forma temporal o también realizar una suspensión permanente, indicando al usuario que no podrá volver a abrir una cuenta. Lo que no explican ni tienen estipulado es cual es el plazo temporal en el que la compañía realiza estas acciones. En el caso de Varela, la activista denuncia que sus datos estuvieron accesibles durante varios días, cerca de una semana, desde que se percataron de su publicación y pusieron la primera de las denuncias.

Desprotección ante los ataques machistas en Internet

El acoso del que es víctima Irantzu Varela ejemplifica a la perfección lo que hace escasamente diez meses denunciaron un grupo de activistas y organizaciones ante el Congreso: que el Estado desprotege a las mujeres ante los ataques machistas en Internet. Que se trata de ataques masivos y en muchas ocasiones organizados, que tienen por finalidad anular la participación política de la mitad de la sociedad y que constituyen una continuación de las violencias que enfrentan mujeres y niñas fuera del entorno tecnológico.

Entre las medidas recogidas, el documento exige voluntad política para acometer cambios en políticas públicas y en leyes, para asegurar la adecuada protección a la integridad y a la libertad de expresión de las mujeres. Pero también pide medidas concretas dirigidas a las plataformas intermediarias de Internet, para que respetaran los derechos humanos, incluida la prevención de la violencia de género.

Para Varela, las diversas acciones que ha llevado a cabo hasta el momento, no sirven ni garantizan su integridad ni su protección. "Por ello voy a presentar una querella que estamos ahora mismo terminando y que se presentará en breve. La idea es que se abra una investigación que tenga en cuenta no sólo cada hecho puntual, sino el conjunto. Que esto que estoy sufriendo forma parte de una estrategia relacionada con el odio y con el acoso por ser feminista y por ser visible", explica.

"Cuando hablamos de justicia patriarcal en las manifestaciones nos referimos a esto. Tú vas con un caso de agresión sexual clarísimo y el sistema te lo pone en duda. Imagínate lo que pasa cuando aparece allí una señora diciendo que la están acosando por las redes". 

"No hay protocolos ni voluntad política para proteger a las mujeres de las violencias en las redes sociales. Si no los hay a nivel institucional, si no se ha desarrollado una ley o un protocolo, ¿cómo va el policía de la comisaría de tu barrio a recoger una denuncia de estas violaciones de derechos?. La violencia contra las mujeres nunca ha sido una prioridad, no le interesa al sistema y la violencia digital contra las mujeres feministas mucho menos.

"Es lo que tiene normalizar el discurso de odio"

Para Irantzu Varela el incremento de la violencia y el odio no tiene que ver con la irrupción de Vox en las instituciones, sino sobre todo con el giro que ha dado la sociedad hacia la extrema derecha, "que está naturalizando discursos que hace unos pocos años nos hubieran parecido abiertamente fascistas". "Pero ahora hay personas con mensajes totalmente misóginos, negacionistas de la violencia machista, de la desigualdad, lesbófobos, homófobos, tránsfobos y misóginos, que salen con toda la tranquilidad en los medios de comunicación como si fueran discursos tolerables en una democracia. Y se estén envalentonando". 

"Yo tengo clarísimo que si yo fuera un tío, lo que está pasando tendría unas consecuencias y si yo fuera una mujer que no fuera una feminista lesbiana, vasca, independentista, anticapitalista, republicana y roja, pues tampoco tendría las consecuencias tan graves que está teniendo. Pero como soy todas esas cosas, pues hay una impunidad total para ejercer la violencia contra mí.

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