La gran broma final del machismo deportivo: la contraportada del AS como síntoma de un problema

Publicado el 15 de septiembre del 2016

 

Esta es la contraportada del diario AS. Como es habitual, encontramos una foto de una mujer atractiva usada como reclamo para sus lectores. Nada nuevo. En este caso lo más irónico y sorprendente es el titular que podemos encontrar a su lado. Un alegato feminista que ha indignado a unos cuantos usuarios en las redes sociales teniendo en cuenta reiterado tufo machista que desprenden las páginas del diario de Prisa.

Ya que el AS ha conseguido llamar nuestra atención hoy a través de algunos usuarios indignados, nos ha dado por ojear las páginas interiores para ver qué se cuece y ¡oh!, sorpresa, no hemos encontrado apenas mujeres protagonistas de informaciones deportivas.

Una entrevista a Conchita Martínez y un par de contenidos menores es el único espacio que según el diario ocupan las mujeres en la actualidad deportiva española. Eso sí, en la página de la crónica del partido de ayer del Real Madrid les ha sobrado un pequeño espacio para insertar la foto de dos seguidoras del conjunto merengue. Sin venir a cuento.

detalle

 

Una de las escasas informaciones protagonizada por una mujer que podemos encontrar en el diario versa sobre la gimnasta estadounidense Simone Biles, pero su titular no está relacionado con ninguna novedad deportiva: "Soy hiperactiva y con déficit de atención".

Asunto menor si lo comparamos con los desgradables titulares que hemos visto circular por la red a propósito de los Juegos Olímpicos, momento en el que hemos contemplado mejor que nunca lo interiorizado que está el machismo en la sociedad, especialmente, en la prensa deportiva.

Y no solo ocurre en la prensa deportiva…

Unas de las dirigentes más damnificadas en este aspecto han sido y siguen siendo Tania Sánchez y Rita Maestre. La semana pasada se plantaron ante el tratamiento injusto que a menudo reciben de parte de la prensa, especialmente desde la prensa ultraconservadora, que sobrepasa cualquier frontera deontológica o moral. Para ellos, de hecho, dicha línea es tan solo un puntito en el horizonte