La equidistancia de Jorge Sanz: "Somos un país en el que puede haber extrema derecha y extrema izquierda"

Publicado el 22 de junio del 2020

La crispación, el ruido y la furia de la que hace gala la derecha española durante la emergencia sanitaria provocada por la pandemia del coronavirus nos empuja a hacernos una pregunta: "¿Son todos los políticos iguales?". Claro, la respuesta dependerá de la afinidad ideológica de cada uno, pero es imposible ignorar que las descalificaciones y los insultos han llegado mayormente de Vox y PP. Tampoco se puede negar que el Gobierno y los partidos que lo sostienen hayan entrado en la pelea. Pero en Tremending creemos que tiene importancia quien es el que empieza, porque siendo cierto eso de que dos no se pelean si uno no quiere, no lo es menos que si te dan una vez y otra vez y otra vez al final es casi imposible no responder.

Por eso sorprende el discurso equidistante que defendió el actor Jorge Sanz en el programa Liarla Pardo de La Sexta. Sanz hablaba de cómo ha cambiado la sociedad española y eso que empezó bien (a pesar de algún topicazo): "A los españoles nos gusta que nos cuenten un chiste y que nos lo cuenten bien. Pero ahora todo gira en torno a la política, y eso es un error. La política es muy vulgar. Yo no creo en la discordia, creo en la concordia. No es tu enemigo el que está enfrente, es tu adversario y tú tienes que conocer a tu adversario. El discurso de tu adversario te enriquece. Ahora tu adversario político es tu enemigo. Tu enemigo no es una coleta ni un señor con barba que dice 'España una, grande y libre'. ¡No! Nuestro enemigo es un virus y a eso tenemos que estar todos a una".

Hasta ahí podemos suscribir con sangre lo afimado por Jorge Sanz, pero luego la cosa ya se tuerce un poco. Vean lo que dijo Sanz a continuación: "Esto es como la teoría de la herradura, que los polos opuestos se tocan. Entonces tiene que haber de todo y cuanto más haya, mejor. Somos un país en el que puede haber extrema izquierda y extrema derecha, pero conviviviendo juntos".

Ahí, lo sentimos, no podemos estar tan de acuerdo con Jorge Sanz. Por lo visto, no: la ultraderecha de Vox no puede convivir con nadie, apenas con el PP (y no con todo). Las palabras de Jorge Sanz son cuanto menos ingenuas.

Conviene recordar otra cosa: la equidistancia no ayuda; la equidistancia es lo que impide que más de cuarenta años después de recuperar la democracia y sus libertades España no haya sido incapaz de solventar una cuestión que en otros países se zanjó hace ya mucho tiempo: estamos hablando de la memoria histórica, un asunto que aún genera división y polémica, incluso entre las generaciones más jóvenes. Por no hablar del negacionismo de la ultraderecha respecto a la violencia machista: ahí sobran las palabras y falta dignidad.

Y por último, decirles a aquellos que se empeñan en decir que Vox y Podemos son lo mismo que no, no son lo mismo: las propuestas de Podemos pueden no gustarte nada, pero no es un partido empeñado en recortar derechos a las mujeres, a los homosexules, a las lesbianas, a los transexuales y a los inmigrantes; no es un partido que pretenda liquidar el Estado de la autonomías; no es un partido, en definitiva, que quiera limitar derechos y libertades. Vox sí lo es. Conviene que los equidistantes no lo olviden.

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