/ Cultura

Chica Sobresalto
Chica Sobresalto lanza su tercer álbum de estudio, 'Oráculo'. (Fuente: Instagram / @chicasobresalto)
Chica Sobresalto
Chica Sobresalto lanza su tercer álbum de estudio, 'Oráculo'. (Fuente: Instagram / @chicasobresalto)

Chica Sobresalto: “Se puede vivir de la música, aunque a mí me gustaría vivir un poco mejor”

Maialen Gurbindo, exconcursante de ‘Operación Triunfo 2020’, lanza su tercer álbum de estudio. ‘Oráculo’ es un proyecto que nace de la conexión con su pasado, cuando le lanzaron unas cartas del tarot y apareció una torre que dejaba entrever un mal presagio. Sin embargo, las cosas no le han ido nada mal a la artista. 

Helena Celma

Un personaje es un ser ficticio que se crea para que interprete un papel. Puede ser externo, como el de un autor que inventa una obra literaria, o bien interno, como el que alguien se autoimpone para fingir que es otra persona. A Maialen Gurbindo (1994) le sucedió lo mismo. Para afrontar el miedo que puede dar subirse a un escenario a cantar tus propias letras, Maialen creó a Chica Sobresalto, su personaje con el que lanzó su primer álbum, Sobresalto, en 2017. 

Sin embargo, no fue hasta que entró en Operación Triunfo 2020 que su carrera se lanzó hacia arriba. Como buena parte de los triunfitos, pasó prácticamente de la nada al todo, de tener un proyecto incipiente a colarse en las televisiones de millones de espectadores cada semana.

Actuaciones como la de Dinamita, donde apareció la artista con su capa de superheroína, Sargento de Hierro o Con Altura, a dueto con Anaju, le sirvieron para quedar sexta en el certamen, quedándose tan solo a un pasito de la gran final. 

Tras su paso por la academia lanzó su segundo álbum, Sinapsis, donde incluyó Fusión del Núcleo, el tema que compuso en la academia. Sorprendió que una persona tan dulce optara por una canción tan rockera y disruptiva, y de esta forma dejaba claro que Maialen, o Chica Sobresalto, era mucho más de lo que la gente podía ver en un primer momento. 

Tras dos años de espera, Chica Sobresalto vuelve a la escena musical por todo lo alto. Su tercer álbum, Oráculo, llega con colaboraciones de la mano de Veintiuno, Celio Becks y Rafa Val de Viva Suecia. En total, un proyecto de 11 canciones en los que enfrentarse a sus miedos y dejar a un lado las opiniones de los demás.

¿En qué momento decides que el que late motiv del CD será el Oráculo?

No lo decidí activamente. En Operación Triunfo vi que estaba el edificio del Hospital del Torax de Terrassa delante y de repente nos dijeron que había Covid. Sentí que tenía conexión con una vez que me echaron las cartas y me salió la torre, pero luego me olvidé un poco. Me dijeron que era bueno hacer gimnasia compositiva y ponerse retos y temáticas. Entonces decidí que iba a hacerlo con las cartas del tarot, de forma que componía algo sobre aquello que me inspiraba la carta que sacaba y me flipó. Me empezaron a salir cosas que me gustaron muchísimo. Me pasé del tarot al oráculo porque me daba más libertad y así fue cómo surgió. 

¿Qué feedback has notado por parte de tus seguidores?

Desde el principio desvelé la temática porque no me apetecía hacer mucho hype y creo que les ha gustado. Quizá no es tan original o tan rebuscado como en Sinapsis, pero me daba igual. Hubo un momento en el que casi abandono el concepto porque empecé a ver muchísimas cosas de tarot, pero pensé que si me apetecía hacerlo, daba igual si estaba de moda. Creo que no hay que dejar de hacer algo ni porque no esté de moda ni porque lo esté mucho.

¿Eres muy creyente del mundo del tarot y la astrología?

Me gusta para jugar, aunque la verdad es que creo menos de lo que me apetecería. Quisiera pensar que hay un mundo más mágico, pero luego es verdad que tengo otra parte racional. Creo que no es peligroso siempre que no se utilice como sustituto a la ciencia. Es decir, no te van a echar en las cartas en lugar de ir al médico, pero como complemento, a mí me encanta. 

¿Eres del tipo de personas que opta por saber el futuro leyendo las cartas o prefieres que te sorprenda?

Prefiero que me sorprenda. Cuando utilizo estas cosas, las uso para saber qué tengo que hacer en el presente, así que saco una carta y la interpreto como me sale de las narices. El futuro me da más miedo, no me apetece saber cosas feas. Prefiero no estar condicionada por eso porque entonces no haría lo que me diera la gana y tampoco sería feliz así. 

Relacionada: Horóscopo en 2022, ¿tiene sentido seguir creyendo?

Oráculo es tu tercer álbum. ¿Qué evolución ves en los tres álbumes?

Oráculo creo que es el verdadero salto porque entre Sobresalto y Sinapsis no había tanto tiempo de diferencia, sobretodo en la composición. Creo que esta vez le he podido dedicar más tiempo solo al proyecto y he podido pulir todos los detalles mucho más y hacerlo de forma muchísimo más consciente. Estoy contenta porque creo que se ha notado el trabajo y el feedback es positivo. 

Sinapsis era un álbum que se entregaba mucho más a la ciencia, mientras que Oráculo va mucho más por la vía de la astrología y de aquello que no se puede explicar. ¿Esta contraposición también habla de la evolución de Maialen como persona?

No, de hecho sería al revés. Yo siempre he estado mucho más peleada con la ciencia que con lo mágico y lo esotérico. Siempre me ha parecido más bonito creer en cosas mágicas que en cosas científicas, hasta que me puse a estudiar Psicología. El mundo de la psicobiología me parece flipante. Ahí me di cuenta de que llevaba toda la vida haciendo un poco el imbécil. Creo que quiero convivir con las dos y tengo sitio para ellas.

El mundo de la música puede ser muy complicado porque parece que si no estás en la cresta de la ola y lo rompes con todos tus temas has fracasado, aún más saliendo de un programa como Operación Triunfo. ¿Tienes esa sensación?

Sí que es verdad que creo que la gente relaciona muchísimo el éxito con eso y creo que se puede vivir muy bien de la música sin llegar a ese punto. Muy poca gente llega y me da un poco de pena cuando de repente alguien me dice que debería estar llenando el WiZink Center. Yo lo entiendo porque a mí también me pasa con la banda Veintiuno o con Yarea, por ejemplo. Me encantaría que lo llenaran porque se lo merecen, pero sé que realmente no funciona así. Creo que es mucho más importante estar a gusto con lo que estás haciendo. 

Se puede vivir de la música, aunque a mí me gustaría vivir un poco mejor. Me gustaría tener una estabilidad y pagar mejor a la gente que trabaja conmigo, por ejemplo, poder llevar más equipo para que mi banda no tuviera que cargar y descargar. Eso me fliparía, pero creo que esto es un trabajo de fondo. Hay gente a la que le salen las cosas súper bien y dan el pelotazo, pero creo que no soy esa persona. 

Musicalmente, ¿cuál es tu sueño? ¿Alguna sala de conciertos que te haga especial ilusión llenar?

Llevar una crew grande y pasárnoslo muy bien. Que nos escuche y nos vea la gente suficiente como para poder mantener una cosa de calidad. Es decir, sin viajar de forma precaria. Me duele muchísimo cuando veo a mi equipo cansado. 

Sobre las salas, me gustaría muchísimo tocar en el festival de Galván, porque es un sitio muy importante para mí. Me apetecería hacer una Riviera porque solo pude con la pandemia y me fliparía llenarlo. También me encantaría tocar en el Teatro de Mérida, que es precioso. 

En ‘La Torre’ dices la frase de “tengo la fuerza de todos los vientos”. ¿Cuál es para ti esa fuerza que te impulsa cada día?

Me gusta muchísimo escribir y cuando lo hago siento adrenalina. Creo que es esa sensación la que me engancha, porque luego no me gusta ni salir de fiesta, ni hacer cosas locas. Esa adrenalina o la que siento en los bolos es la que me compensa con el resto de mi vida, que quizá es más aburrida. 

En la canción ‘El Hogar’ haces una reflexión profunda sobre ser capaz de ser tu propio hogar en vez de construirlo fuera. ¿Ya te consideras a ti misma tu hogar?

Mal que bien, sí. Lo que pasa es que a veces me gusto y a veces no. Depende de como me pille puedo ser un hogar chungo o uno guay. 

En ‘La Muerte (en Twitter)’ te despojas un poco de la presión del qué dirán y lo que pueda pensar sobre ti. ¿Has conseguido llegar al punto de que te den igual las habladurías de la gente anónima?

Ha mejorado bastante. También es verdad que no tengo el foco que tuve cuando salí de OT y esto es en parte negativo porque tienes menos atención a la hora de mostrar tu trabajo, pero por otro lado también es positivo, ya que no hay tanta gente criticándote. El otro día vi a Samantha Villar en Estirando el Chicle y decía que cuando menos la han criticado es cuando no ha tenido éxito. Por lo tanto, son las dos caras de la moneda. Yo ahora tengo menos foco y se meten menos conmigo, y por eso creo que lo llevo mejor. 

¿Cómo viviste Operación Triunfo? Os tocó una edición complicada con la pandemia por medio. 

Fusión del núcleo define lo que estaba sintiendo y no tuve otra manera de de gestionarlo. Para mí fue una experiencia que se tradujo en una explosión de hacer mil cosas mientras yo solo intentaba colocarme en mi lugar. De repente lo que yo sentía no era válido y lo criticaban, pero al mismo tiempo estaba pasando algo tochísimo en el mundo. Pasé mucha angustia, fue durísimo. Yo solo quería volver a entrar en la Academia, sinceramente. Era muy egoísta. 

¿Miraste las redes sociales para ver qué pensaban de ti o preferías no saberlo?

Lo miré absolutamente todo desde el primer minuto para ver todo lo malo, que me diera la crisis de ansiedad que me tuviera que dar y ya tiraba para adelante. Sin embargo, es verdad que como estaba pasando algo tan tocho en el mundo, eso ayudaba a ver las cosas con perspectiva. Algo “positivo” que tuvo la pandemia, si es que puede decirse así, fue darme cuenta de que no soy tan importante y que hay que mirar a la vida con otros ojos, porque tengo la suerte de que estoy bien, mi familia está bien y no voy a estar aquí montando un drama porque en Twitter dicen algo malo. 

Hace poco salió la noticia de que volvía Operación Triunfo. ¿Te dio nostalgia cuando te enteraste? 

Por una parte me hace muchísima ilusión porque soy fan del formato desde hace muchos años y quiero verlo. Por otra, creo que voy a tener envidia, celos y otros sentimientos tóxicos que luego se me pasarán. Voy a verlo todo y voy a estar implicadísima porque me gusta mucho.

Relacionada: Vuelve la magia, vuelve Operación Triunfo

Al haber pasado por la Academia, ya sabes todo lo bueno y lo malo que implica entrar a un programa de esta magnitud. ¿Volverías a presentarte?

No tengo ni idea, pero creo que sí. La valoración ha sido positiva, pero tengo muy asociada la pandemia a haber cogido ese tren, aunque no tenga nada que ver. Me ha costado mucho separarlo. La última vez que vi el mundo normal fue antes de entrar a la Academia. 

Para acabar, ¿qué consejo les darías a los nuevos concursantes de Operación Triunfo?

Ninguno, que no acepten consejos de nadie, porque los consejos son muy genéricos. Está guay que la gente diga que no se te suba la fama a la cabeza o que tengas los pies en el suelo, pero quizá si eres una persona insegura no te va bien que te digan eso. No eres ni más ni menos que nadie del casting. Te están dando una oportunidad muy guay, pero tampoco les debes la vida. Nada es tan grave y hay que hacer menos caso a la gente.