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Kelly Gale en el desfile de Victoria's Secret, en 2014
El movimiento Y2K recuerda a los años de esplendor de los desfiles de Victoria's Secret, que ayudaron en los años 2000 a la construcción de la imagen ideal de la mujer. (Fuente: Paul Bayfield / Wikimedia Commons).
Desfile de Victoria's Secret en 2008
El movimiento Y2K recuerda a los años de esplendor de los desfiles de Victoria's Secret, que ayudaron en los años 2000 a la construcción de la imagen ideal de la mujer. (Fuente: Cyril Attias / Flickr).

Y2K: ¿Qué supone la vuelta a la moda de los 2000?

La generación zeta se enfrenta a un nuevo modelo de cuerpo femenino y una tendencia estética que recuerda mucho a finales de los 90 y principios de los años 2000: vuelve la delgadez extrema, el tiro bajo y los tops ajustados.

Laura Cuesta

Hace unas semanas se viralizaba la imagen del nuevo cuerpo de Kim Kardashian, donde se la veía muchísimo más delgada y con lo que algunos suponen que ha sido un explante de pechos. Ni siquiera las Kardashian, quienes llevaban años propagando la imagen de un cuerpo más curvy (la mayor de las hermanas era reconocida por su figura de reloj de arena con un aumento de pechos y glúteos), han podido resistirse a la nueva tendencia del Y2K. Se trata de una llamada a la nostalgia millenial de la que también están haciéndose eco los zeta. Y es que la moda es cíclica, todo vuelve, y con ella también se reconfiguran los cánones de belleza establecidos, los cuales afectan mayoritariamente a las mujeres. 

El movimiento Y2K, que significa Year 2000 (Año 2000), hace referencia a la estética predominante de finales de los años 90 y principios de los 2000. Pantalones de tiro bajo, minifaldas, tops ajustados y por encima del ombligo, joyería de juguete (especialmente anillos), gorras y muchos colores llamativos son algunos de los elementos estéticos que definen a esta “nueva” moda. Esta tendencia ha pasado ya por tres generaciones (X, millenial y Z) y en todas ellas ha tenido como hilo conductor la nostalgia, es decir, ese sentimiento de anhelo por un momento anterior que es recordado como mejor. Ahora los zeta solo necesitan pasarse un rato por el Instagram de las grandes influencers del momento para darse cuenta de que el Y2K está de vuelta. Entre sus máximos representantes encontramos a famosas como Dua Lipa, Olivia Rodrigo o Bella Hadid. 

 

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Un nuevo canon de belleza para las mujeres

Este movimiento referido a la moda, sin embargo, no se queda en la forma de vestir, sino que va más allá y promueve un nuevo modelo de cuerpo femenino. El movimiento Y2K va estrechamente ligado al resurgir de un canon estético que durante finales de los 90 y principios de los 2000 estuvo presente: hablamos de un cuerpo extremadamente delgado. También se relaciona con la vuelta de lo que conocemos como talla 0, es decir, prendas muy pequeñas donde apenas las modelos más delgadas pueden entrar (hablamos de pantalones con medidas inferiores a la talla 32 española, por ejemplo). Esto recuerda mucho a los años de esplendor de los desfiles de Victoria’s Secret, que ayudaron en los años 2000 a la construcción de la imagen ideal de la mujer. Al final, esta delgadez se relaciona con el éxito, la seguridad, la belleza, además de con el hecho de estar en forma y ser aceptada socialmente. Y, a su vez, va en contraposición del auge del movimiento body positive que durante los últimos años estaban experimentando las redes, con iconos como Ashley Graham, Danielle Brokes o Iskra Lawrence

El Y2K recuerda también a la tendencia heroin chic, una corriente estética que surgió en los años 90 con el auge de los grupos de rock. La principal característica de las modelos heroin chic era su aspecto extremadamente delgado y desaliñado, similar al cuerpo de personas que consumen drogas (de ahí su nombre). Chicas jóvenes como Kate Moss o Jaime King ocuparon las portadas de las mejores revistas de entonces, convirtiéndose en referentes de este movimiento, mostrando sus huesos de la cadera y sus clavículas afiladas. 

Los problemas del cuerpo ideal e inalcanzable

¿Cuál es el problema de este canon? Por supuesto, no hay nada malo en torno a los cuerpos naturalmente delgados. El peligro está en querer alcanzar este cuerpo a toda costa. La idealización de estos cuerpos aparentemente perfectos puede provocar trastornos dismórficos corporales (TDC), más conocidos como dismorfia corporal. Esta hace referencia a la percepción que una persona tiene de su propia imagen física. Las personas con dismorfia corporal se sienten acomplejadas por algún defecto físico que suelen magnificar de forma desmesurada.

Pero además, en la década de los 2000, la persecución por parte de muchas jóvenes de este cuerpo “ideal” reflejado en los medios de comunicación ayudó al desarrollo de distintos tipos de TCA (trastornos de conducta alimentaria). Un estudio publicado en la revista Icono 14, concluyó lo siguiente: Aunque el origen de estos trastornos [alimentarios] es incierto (…), estas enfermedades se ven influidas por componentes sociales (…). En ese sentido se constata la influencia de los medios de comunicación tanto para la concienciación y conocimiento de la enfermedad como para transmitir unos modelos de belleza de características insalubres que arrastran a una delgadez extrema”. Especialmente preocupante fueron estos trastornos en las modelos de la época a la que nos referimos; encontramos un estudio del Departamento de Psicología de la Universidad de Cagliari (Italia), que entrevistó a 55 jóvenes modelos de moda comparándolas con un grupo de 110 chicas de la misma edad y de entornos sociales y culturales comparables. El estudio reflejó que las modelos informaron significativamente de más síntomas relacionados con trastornos alimentarios que el resto de chicas. 

@nutricionvintu Remember who the real enemy is #y2k #mentalhealth #tca #ed #haes ♬ sonido original – LN Hilary López 💫

En las últimas semanas se han hecho virales los vídeos en TikTok con el audio “My name is Bella Hadid”. La actriz y modelo ha reconocido públicamente que durante años sufrió anorexia. Ahora, muchos están usando el audio para mostrar comportamientos que bien se pueden asociar a un TCA. “Yo después de alimentarme a base de café y chicles durante todo el día”, comparte un usuario. Este tipo de contenido ha hecho saltar las alarmas.  Debemos tener en cuenta que durante la adolescencia, los jóvenes aún no tienen la suficiente madurez biológica y psicológica, lo que implica que sean más vulnerables a los elementos de su entorno. Así, esta idea del “cuerpo perfecto” puede ser especialmente dañina para las millones de adolescentes que forman parte de la generación zeta y que hoy en día usan las redes sociales a diario durante un gran número de horas. La moda del Y2K no tiene nada de malo, el problema está en que esta estética traiga consigo un canon de belleza imposible.

@not3n0ugh_06 No devore 💋 #bellahadid #fyp #fashion #euphoria #lgtb #GameTok #mynameisbellahadid ♬ som original – Eduarda Rebouças

 

En los últimos años, miles de mujeres han estado trabajando para impulsar el body positive, un movimiento que empodera la diversidad de cuerpos y que deja un hueco también para los cuerpos con sobrepeso. Esta idea llegó hasta las altas esferas de la moda y podemos recordar, por ejemplo, la caída de Victoria’s Secret. La cancelación de los desfiles de la marca se dio, entre otras razones, por el cambio social que estaba experimentando la sociedad. En pleno siglo XXI no tenía ningún sentido seguir mostrando como “ideal” una serie de cuerpos perfectamente delgados, tonificados, sin estrías y sin celulitis (además de hipersexualizados). El movimiento body positive parecía que lo había conseguido. Ahora que vuelve el Y2K, es importante seguir contando con referentes femeninos con cuerpos menos normativos, los cuales también pueden lucir prendas chic. Por nombrar algunas, recomendamos los perfiles de la cantante Lizzo, la modelo Enam Asiama o la tiktoker Michaila Cothran. Vestir con prendas pertenecientes a una tendencia como el Y2K no debería estar restringido únicamente a un tipo de cuerpo.