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Los visitantes de la exposición de Brickman comienzan su viaje atravesando las emblemáticas puertas de Jurassic World. Foto: Anna Kucera, cedida por Proactiv Entertainment
Los visitantes de la exposición de Brickman comienzan su viaje atravesando las emblemáticas puertas de Jurassic World. Foto: Anna Kucera, cedida por Proactiv Entertainment
Un niño toca las esculturas de dos velociraptores construidas con piezas Lego: Foto: Anna Kucera, cedida por Proactiv Entertainment
Un niño toca las esculturas de dos velociraptores construidas con piezas Lego: Foto: Anna Kucera, cedida por Proactiv Entertainment

Jurassic World se fragmenta

Más de seis millones de piezas Lego, 50 réplicas de dinosaurios gigantes, 13.000 horas de construcción y más de 70.000 visitantes en tan solo tres meses. Esas son algunas de las cifras que avalan la exposición de Ryan ‘The Brickman’ McNaught que pueden visitar en Madrid los apasionados de la saga jurásica hasta el 26 de mayo.

Aurora Muñoz

Todos los niños sueñan con que sus construcciones cobren vida, pero los hijos de Ryan McNaught (Australia, 1973) fantaseaban con que fueran las de su padre las que se hicieran de carne y hueso. «Cuando era pequeño, me encantaba Jurassic Park y todas las películas que había sobre dinosaurios. Mis hijos han crecido viéndolas conmigo y fueron ellos los que me dijeron que tenía que construirlos con Lego«, relata este australiano que se convirtió en oficialmente en The Brickman en 2011. Hasta entonces, había sido director del área de comunicación de una empresa de informática en su Melbourne natal, pero ambicionaba un futuro más colorista. Aquel año se tituló como profesional certificado de la franquicia de piezas de juguete y desde entonces, ha dedicado su vida a convertirse en el escultor oficial de la compañía.

 

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A sus 50 años, tiene una empresa compuesta por un equipo de 35 artesanos que ha creado proyectos mastodónticos como el Coliseo romano o la Acrópolis de Atenas con estas diminutas piezas. «Algunas veces utilizo programas de ordenador para hacer el diseño, pero la mayor parte de las veces me basta con un poco de imaginación», presume. Para McNaught este universo desmontable no tiene secretos. En 2019, asumió el papel de juez en el galardonado programa de televisión LEGO Masters Australia, que acaba de completar su 5ª temporada y cuenta con una exposición itinerante bautizada como LEGO Fun Fest que ha girado por todo el mundo. Su visita requiere una media de cuatro horas para contemplar el arte de este arquitecto distribuido en dos millones de ladrillos que ocupan 8.000 metros cuadrados. En ese espacio se reproducen unas 20 estaciones temáticas, muchas de ellas dedicadas a películas súper taquilleras y entre ellas se encuentra la mítica franquicia Jurassic World, ambientada 22 años después de los acontecimientos que se recogen en el libro de ficción de Michael Crichton.

 

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Este universo, que cuenta con millones de fanáticos en todo el mundo, llegó a Madrid el 30 de septiembre. El Pabellón 5.1 del Recinto Ferial de Ifema (avenida del Partenón, 5) recibió entonces unas enormes cajas de madera con arañazos de garras de dinosaurios, exactamente iguales que las que aparecen en la presentación de la trilogía original dirigida por Steven Spielberg. Dentro viajaban más de 50 figuras jurásicas desde Suecia que llegaban por fin a España después de tres años rodando por todo el mundo para celebrar el 30 aniversario de la saga, estrenada en 1993.

«¿Estáis preparados para conocer la Isla Nublar?», pregunta el encargado de validar las entradas de dos pequeños entusiastas de 2 y 3 años. Ambos comienzan su viaje por el atolón ficticio localizado cerca de Costa Rica al atravesar las emblemáticas puertas de 4 metros de altura, fabricadas con miles de piezas en tonos ocre y tierra. A partir de ese punto se internarán en una aventura inmersiva que les dejará con la boca abierta. «A todos los niños del mundo les gustan los dinosaurios. Es difícil explicar a qué se debe esa fascinación, pero estos seres estaban en el planeta mucho antes que nosotros y es un placer poder caminar entre ellos», dice Luciana Forte,  directora de marketing de Proactiv Entertainment.

Los pequeños exploradores se encontrarán a lo largo de la visita con una incubadora de huevos, pequeñas crías y un Brachiosaurus de tamaño real fabricado con casi dos toneladas de piezas LEGO. A continuación, aprenderán a rastrear huellas de dinosaurios por la isla antes de encontrarse con los velociraptores fugados. «Tuve que construir a Blue tres veces para estar satisfecho con su forma corporal y la combinación de colores», confesaba McNaught sobre el proceso de creación a tamaño real del conocido como «sujeto B-420», un ejemplar femenino del denominado Proyecto Ibris que aparece en la saga por primera vez en 2015. Esto es solo un ejemplo del nivel de perfección que requieren estas esculturas de Lego.

Sin embargo, el mayor reto de esta exposición fue recrear el Baryonyx. Con un peso de 400 kg, el nuevo dinosaurio de Jurassic World fue creado en 790 horas con 102.317 cubos. Mide 4,8 metros de largo, más de 1,5 de ancho y 2,5 de alto. «Algunos de estos modelos son los más complejos y difíciles que hemos hecho hasta la fecha. Hemos creado y utilizado nuevas técnicas, invertimos miles de horas en la construcción de estas maquetas y me siento increíblemente orgulloso», dijo sin falsa modestia el creador a su paso por España.

Pero si hay un dinosaurio que no puede faltar en una muestra sobre la franquicia, ese el gigantesco T-rex, del que familias al completo tratarán de escapar en un Jeep Wrangler YJ Sahara. Esa huida, con el animal acechante al fondo, es la instantánea más perseguida por los asistentes a la muestra. «Los padres vienen porque recuerdan las películas sobre el parque temático de John Hammond como un icono de su infancia, pero los pequeños vienen con una mezcla de adoración y miedo», admite entre risas Forte. «No dejan de mirar sus fauces abiertas», complementa una de las azafatas de la sala donde se encuentra el enorme tiranosaurio. Es el modelo que tiene más piezas, algo más de 278.000, y un peso de 1,6 toneladas.

Esa combinación entre pequeñas piezas y niños corriendo de un lado a otro podrían anticipar la catástrofe, pero la directora de marketing de Proactiv Entertainment anticipa que no hay nada que temer. «Tiene truco. Todas las construcciones vienen con los bloques unidos con pegamento», aclara. De esa forma, los menores pueden acariciar a sus favoritos sin miedo a la destrucción masiva. «Esta exposición nació con la vocación de que los niños la disfrutaran al máximo y eso pasa por poder tocarlo todo», añade Forte. Es por eso que, además de las impresionantes esculturas, Brickman planificó un sinfín de actividades que van desde la construcción de islas a la paleontología Lego a través de mosaicos misteriosos, así como la creación de dinosaurios híbridos. «Cada sala incluye contenedores de piezas para jugar. Tenemos unas 2,5 millones de piezas y se van reponiendo constantemente», relata una azafata mientras ayuda a uno de los visitantes a buscar un bloque verde entre un montón de ladrillos Duplo.

Desde su inauguración, la muestra ha sido el destino de peregrinación de muchos colegios. «Es la exposición de Lego más grande hasta la fecha y la única que junta a los dinosaurios y Lego», puntualizó Nicolás Renna, CEO de Proactiv Entertainment en un encuentro con la prensa. «Es una experiencia para desconectar del día a día y compartir una actividad con la familia», añadió como reclamo. Hasta la fecha, más de 100.000 personas han pasado por el pabellón que la acoge en Ifema y se mantendrá abierta hasta el 26 de mayo. «Fue un reto logístico traerla hasta aquí, necesitamos muchos containers; pero está siendo un gusto ver a los visitantes disfrutar. Tiene una vertiente educativa. Hay padres que aprovechan el paso por el laboratoriodonde se manipulan genéticamente los dinosaurios, para explicarles cómo se estudian realmente los restos que se encuentran. Otros rememoran las películas y eso determina su estancia favorita de la muestra. Hay que venir para averiguar cuál es la tuya», concluye Forte.