Quizá por prejuicio, o por falta de información, algunos lugares nos sorprenden gratamente por su belleza cuando por fin los conocemos. Y aunque sobre gustos no hay nada escrito, lo más probable es que a la hora de planear un viaje estos destinos no ocupen el primer lugar en tu lista de preferencias. O si lo hacen es por motivos que exceden lo estético. Hoy te presentamos una selección de diez ciudades que no esperabas que fueras tan bonitas. Sería buena idea tenerlas en cuenta en próximas escapadas.
Desde grandes urbes a pequeñas poblaciones, pasando por capitales financieras y lugares que atesoran un importante patrimonio arquitectónico, histórico y cultural, todas estas ciudades tienen mucho para descubrir. Vamos ya a recorrerlas.
Zamora
Esta tranquila ciudad de 66 mil habitantes presume de contar en su patrimonio con el mejor románico urbano de la península, sin desmerecer el toque modernista de otras edificaciones. El casco antiguo está calificado como conjunto histórico-artístico desde 1973. Con una disposición alargada y circundado por murallas en buena parte de su extensión, se alza sobre una meseta rocosa -la “peña tajada” que se menciona en el Romancero Viejo- emplazada al borde del río Duero. Es ideal para recorrer a pie e ir adentrándose en sus historias y leyendas, desde el Rey Alfonso VI hasta el Cid Campeador, pasando por el Cerco de Zamora.
Teruel
Más allá de ser conocida por la historia de los amantes de Teruel, que cuenta con su debido mausoleo, la ciudad se proclama a sí misma como capital mundial de la arquitectura Mudéjar. Y no es para menos. Esa maravillosa simbiosis del románico y del gótico con los elementos decorativos más característicos de la arquitectura musulmana tiene su punto máximo en las torres y la techumbre de la Catedral, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Así que anímate a adentrarte por sus calles y ve descubriéndola poco a poco. Y de paso, deléitate con el famoso jamón de Teruel.
Vitoria
Creciendo a la sombra de otras ciudades vascas, Vitoria fue ganando poco a poco su merecido lugar. Enclavada en un cruce de caminos, fue desde siempre un relevante punto estratégico, tanto a nivel militar como comercial y cultural. Cuenta con el casco viejo mejor conservado del País Vasco, que tiene forma almendrada y está rodeado de manera parcial por un muro del siglo XI y por magníficas torres de vigilancia. Recorriendo sus calles podrás sorprendente con una maravillosa arquitectura renacentista, ya que muchas de sus edificaciones datan del siglo XV, o incluso son anteriores.
Budapest
Quizá la omnipresente Praga logra eclipsar, en parte, a la capital húngara. Pero ya es tiempo de revertir esta injusticia. Conocida como “La Perla del Danubio” es un lugar cargado de historia que a fines del siglo XIX unió a las ciudades de Buda -antigua sede real-y Pest -centro económico y comercial-, separadas por el río pero unidas por enormes puentes. Y aunque no hubieran sido declarados Patrimonio de la Humanidad, no deberías dejar de conocer el barrio del Castillo de Buda, la avenida Andrássy, la Plaza de los Héroes y el Metropolitano del Milenio, el segundo más antiguo del mundo.
Washington
Cruzamos el Atlántico para llegar hasta la capital de EE.UU. Y es que el hecho de ser un centro estratégico desde lo político y económico -o competir con grandes urbes como Nueva York o Los Angeles a la hora de armar un recorrido por América del Norte- no tendría que eclipsar las muchas virtudes de esta hermosa ciudad ubicada a orillas del río Potomac. Además de sus edificios y monumentos históricos, Washington cuenta con el complejo de museos más grande del mundo -el Instituto Smithsoniano-, y con una inmensa oferta de galerías de arte, universidades, catedrales, etc.
Sao Paulo
Nos adentramos ahora en el principal centro comercial y de negocios de América Latina. A priori, esta superpoblada, inmensa y cosmopolita ciudad no llama la atención, en el plano cultural, como otros lugares más conocidos de Brasil. Pero como toda gran urbe, está llena de contrastes que la hacen atractiva. Desde lo arquitectónico, cuenta con estilos de todas las épocas que se funden con rascacielos, puentes y viaductos. Su centro, por ejemplo, se remonta a 1554. Por otra parte, recibió inmigrantes de todo el mundo. Este auténtico crisol de culturas, religiones y tradiciones culinarias -que le merecieron el título de capital mundial de la gastronomía- está muy bien representado, por ejemplo, en el Mercado Municipal. Además, la oferta cultural y de espectáculos impresiona por su número y calidad en todo momento del año.
Carmen de Patagones
La ciudad más austral de la provincia de Buenos Aires, Argentina, es una verdadera caja de sorpresas para cualquier viajero desprevenido. Es que su caso histórico, emplazado en la barranca del río Negro, es una delicia de arquitectura colonial condensada en poco espacio: museos, bares, casonas… Pero también quedan allí, y en los alrededores, vestigios de las cuevas, que la inmigración maragata utilizó como viviendas. No deberías dejar de contemplar la ciudad desde el río o, mejor aún, desde Viedma, la capital de la provincia de Río Negro, ubicada del otro lado del curso de agua. Será una postal que no se borrará fácilmente de tus ojos.
Ciudad del Cabo
Volvemos a cruzar el Atlántico para acercarnos a la considera capital cultural de Sudáfrica. Seamos sinceros, quizá lo que nos atraiga de Ciudad del Cabo es encontrarnos con una urbe europea en pleno continente africano. Y eso es lo que sorprende, aunque el lugar también presente los contrastes de una gran metrópoli atravesada, encima, por el recuerdo constante del Apartheid. Rodeada de un fascinante entorno natural, la población presenta una hermosa zona portuaria, un casco histórico con importantes edificaciones y se erige, además, como un centro comercial y gastronómico de primera línea.
Bendigo
¿Conocías esta importante ciudad australiana situada a unos 150 kilómetros de Melbourne? Si la respuesta es no, sería conveniente que repares el error. Bendigo fue uno de las lugares más destacados de la era victoriana en Australia, desde que en sus cercanía se descubrió oro en 1851. Así fue que llegaron inmigrantes de todo el mundo, especialmente chinos, y pasó de ser una sencilla estación de tren a un gran centro económico. Hoy en día las magníficas edificaciones, la herencia china y la historia minera alumbran un recorrido impresionante por esta interesante ciudad de amplios bulevares y calles arboladas.
Dubai
Muchas cosas habrás escuchado sobre esta ciudad: ostentosa, excéntrica, moderna, contradictoria. Pero es seguro que bella no. Sin embargo, no queremos cerrar este recorrido por las ciudades que no esperabas que fueran tan bonitas sin mencionarla. Es que para conocer a la verdadera Dubai tienes que adentrarte a través del arroyo Dubai Creek hasta llegar a su casco antiguo. Internándote por las calles estrechas del barrio Bastakiya, por ejemplo, que es de finales del siglo XIX, te encontrarás con casas con sombreados patios interiores que han sido transformadas en tiendas, galerías de arte y cafés. Muy cerca está el Museo de Dubai, que funciona en la Fortaleza Al Fahidi, la edificación más antigua de la ciudad (1787). Mención aparte para los zocos. No te pierdas, sobre todo, el de las Especias.