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El danés Leth rescata en su película la humanidad de las calles violentas de Puerto Príncipe

EFE

El director danés Asger Leth afirmó hoy que ha intentado rescatar algo de "humanidad" en la historia "universal" de la violencia que narra el documental "Ghosts of Cité Soleil" sobre las bandas juveniles de la capital de Haití.

El largometraje, que participa en la sesión oficial a concurso del Festival Internacional de Gijón, es el resultado de un "diálogo intimista" entre el objetivo de la cámara y la realidad siempre dramática de los marginados y de un trabajo intenso de convivencia con los miembros de las bandas callejeras.

Leth dijo hoy en una rueda de prensa que la historia, esencialmente, es la misma en todo el mundo, porque el trasfondo es la utilización política de la violencia con la finalidad de mantenerse o de ocupar el poder.

El cineasta aseguró que podría haber filmado la misma historia en cualquier otro país con el mismo resultado y con los mismos personales, aunque con otros nombres, porque siempre el poder utiliza la marginación y la violencia para perpetuarse.

"Ghosts of Cité Soleil" muestra a una banda de asesinos que es liderada por dos hermanos y que en un momento uno de ellos decide convertirla en un ejército secreto que opera en apoyo del presidente Jean Bertrand Aristide y el otro a la oposición que intenta derrocarle.

El barrio Cité Soleil, base de operaciones de la banda, es un infierno donde muy pocos llegan a vivir más de cincuenta años y la mayoría muere en la calle baleado, desangrándose en una acera porque allí no llegan los servicios sanitarios de urgencias.

Leth dijo que le ha dado a la película un "ritmo alto" tanto en la forma de rodar como en el montaje, porque la historia "lo pedía" y porque intencionadamente buscaba hacer "un documental al estilo de Holliwood".

La opera prima del director nacido en Dinamarca en 1970, ha impresionado a los espectadores que la vieron esta mañana en el pase especial para invitados, prensa y jurado, que se ha preguntado cómo es posible filmar esas escenas y salir vivo.

Leth ha respondido que el equipo de rodaje se había ganado la confianza de los líderes de la banda y que de esa forma estaban un poco protegidos, aunque el riesgo siempre existió porque estaban en un "ghetto" donde no se respeta la vida.

La película logra poner por encima de las escenas de asesinatos y tiroteos una historia de sentimientos en la que los "lazos de sangre" se terminan imponiendo a los condicionamientos y fidelidades impuestas por la realidad.

"Era inevitable y previsible, que uno de los dos hermanos va a morir pero antes de que eso ocurriera me había dicho que si eso ocurría el barrio y toda la capital iba a estallar en una violencia extrema y así ocurrió", dijo el realizador.

Explicó que tras la muerte de uno de los dos líderes en un tiroteo en una calle del barrio, hubo días de extrema violencia en el que las bandas asesinaron a nueve policías y crearon una situación incontrolable.

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