A los socialistas les escuece cada vez más el silencio. No entienden que el alcalde se resguarde en el secreto del sumario dictado por el juez Santiago Torres y que no se levantará, probablemente, hasta bien entrado enero. Quieren una respuesta ya. Sin más dilación.

El 10 de diciembre reclamó la dimisión de las delegadas de Urbanismo, Pilar Martínez, y de Obras Públicas, Paz González, responsable de Medio Ambiente en el pasado mandato. Lo hizo después de que El País revelase que altos cargos del Gobierno de Alberto Ruiz-Gallardón podrían haber instado a sus técnicos a agilizar la tramitación de las licencias urbanísticas. 10 de diciembre, pues. Desde entonces hasta hoy.

El PSOE se aferra a su petición con fiereza, más aún cuando ayer vio que el magistrado emprendía la segunda fase de la Guateque, que por el momento, eso sí, no ha alcanzado a los ediles de Gallardón. Y mantiene su petición de expulsión de las dos concejalas, porque bajo sus mandatos “se ha producido esta trama de corrupción, debido a su ineficacia, su ineptitud y su falta de control de lo que pasaba en sus concejalías”, denunció David Lucas, portavoz municipal del PSOE. Ayer compareció ante la prensa sin el soporte de sus compañeros de Ferraz. Pero hubo respaldo expreso: el ministro Jesús Caldera aseguró que “a todos conviene que las malas hierbas, si existen, sean extirpadas”, informa Efe.

“Madrid no tiene alcalde”

Lucas pintó un horizonte sombrío. Primero, por la envergadura del caso. “El alcalde tampoco quiere hoy [por ayer] dar explicaciones de lo que es ya la mayor trama de corrupción, no sólo de nuestra ciudad, sino del país”. Después, por la “pérdida de confianza” de los madrileños en su Gobierno y el consiguiente descrédito de las instituciones. “Madrid no tiene alcalde. Gallardón está en otro sitio, persiguiendo otros objetivos. La ciudad está sumida en el desgobierno”, afirmó el portavoz.

Los socialistas repudian la palabra que sí asumió el regidor: “Deficiencias”. La usó para definir, hace 14 días, el descontrol existente en el Ayuntamiento. El PSOE busca la expresión rotunda: “Hay un caos urbanístico impresionante. Muchos ciudadanos no tienen licencias en orden por el caos organizativo que se ha propiciado hasta hoy”.

Lucas y sus compañeros se mantendrán en los próximos días “expectantes”, ya que dan por seguro que la segunda fase de la Guateque no se parará tras la detención, ayer, de cinco funcionarios (y tres más sobre los que pesa orden de arresto). Están a la caza de “responsabilidades políticas”. Y están convencidos de que acabarán cayendo.

Izquierda Unida siempre ha dado muestras de estar en la guerra de la Guateque de otra forma. Ya digirió mal el carajal de las licencias de Ferraz y Génova en el que se enzarzaron desaforadamente PSOE y PP hace 15 días. Ayer, ninguno de los cinco ediles de IU hizo declaraciones. Un portavoz de la federación explicó por qué: “Hacemos extensivo lo que dijimos hace mes y medio. Dejemos actuar a la justicia y, una vez que se levante el secreto, será el momento de la comisión de investigación”.

IU no pide ceses, pero no exculpa al alcalde: “No es de recibo que se haga la foto de la M-30 y luego mire a otro lado. Que esté a las duras y a las maduras. Ha mantenido un sistema que es un caos absoluto. ¿Por qué rechaza la ventanilla única, como le reclamamos en IU?”.