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Bolonia supera su primer examen

La reforma que adapta la universidad a Europa es ya una realidad para 16.000 estudiantes

DIEGO BARCALA

'Para mí es como el euro, ya no me imagino una marcha atrás'. La vicerrectora de grado de la Universidad de Vigo, Carmen García Mateo, tiene claro que la incorporación de sus títulos a Europa ha traído más beneficios que inconvenientes. El límite para adaptar los títulos es 2010, pero ya hay 16.000 alumnos adelantados en el futuro sistema. Los responsables de las cuatro universidades públicas que han adaptado sus carreras al plan Bolonia desde el presente curso observan con extrañeza el debate abierto por los estudiantes y algunos profesores.

'Nosotros tenemos mozos y mozas en un encierro y para rebatirles les digo que hablen con los alumnos que están en alguno de los 12 nuevos planes', reflexiona el vicerrector académico de la Universidad de Zaragoza, Miguel Ángel Carnicer. La aceptación del alumnado a las reformas ha sido total. En la Universidad Carlos III, donde se han reformado 22 títulos, lo han comprobado con los alumnos repetidores. Un 90% de ellos ha optado por el nuevo plan antes de volver al antiguo.

Las universidades de Vigo, Zaragoza, Carlos III y Pompeu Fabra han sido las instituciones públicas pioneras. Y sus arcas lo han notado. La atención personalizada al alumno que requiere el Espacio Europeo de Educación Superior (EEES) ha modificado las facultades hasta en el aspecto físico. Los pupitres fijos han sido sustituidos por mesas de grupo y las clásicas aulas de anfiteatro han sido fraccionadas. 'La reforma no es barata', dictamina la vicerrectora de Vigo.

En la facultad gallega han hecho un banco de pruebas con 130 alumnos de los tres primeros cursos del grado de Bellas Artes, mucho más experimental que el resto de las titulaciones. Los responsables del cambio creen que la experiencia ha derribado muchos mitos sobre Bolonia: 'No ha sido un cambio radical para los profesores, las metodologías de enseñanza cambian constantemente'.

Los malos augurios que la revuelta anti-Bolonia ha colgado en pancartas por cada facultad no se han cumplido. 'Fuera la empresa de la universidad', reza una proclama en la facultad de Empresariales de la Universidad de Zaragoza. 'Cuando vi la pancarta no lo podía creer, si la empresa no está en una facultad de empresariales, ¿dónde tiene que estar?', se pregunta el vicerrector del centro. Los estudiantes mantienen que la implicación del sector privado en el campus acabará con la función generadora de conocimiento que tradicionalmente se ha atribuido a la educación superior.

'No creo que Repsol o el Santander estén muy interesados en financiar la facultad de Filosofía o de Historia', protesta Tohil Delgado, presidente del Sindicato de Estudiantes. Su organización ha convocado una huelga el próximo 4 de marzo contra la 'mercantilización' de los títulos universitarios y el supuesto encarecimiento de las matrículas. Los vicerrectores coinciden en el rechazo a esta crítica. 'Es un rechazo conservador, de miedo al cambio. La mitad de los máster que hemos creado son del área de humanidades', responde el responsable del campus aragonés.

Otro argumento de las protestas que no se ha cumplido en estos centros pioneros es el del encarecimiento de las matrículas. 'Hemos mantenido el coste de los cursos incluso para los que han llegado desde el plan de estudios anterior', asegura la vicerrectora de grado de la Universidad Carlos III, Isabel Gutiérrez.

La conclusión más preocupante que han sacado en Vigo, Zaragoza, Barcelona y Madrid es que la reforma ha llegado en un momento muy inoportuno. 'La crisis viene muy mal', señala la representante gallega.

El presidente de los rectores, Ángel Gabilondo, consciente de esa realidad, señala que en momentos económicos como el actual, 'denominados de supervivencia', es cuando más necesaria es la inversión en educación superior.

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