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Netanyahu y Livni negocian formar un Gobierno de unidad en Israel

La ministra de exteriores no quiere a la extrema derecha en el Ejecutivo. El líder del Likud le ofrece tres ministerios a cambio

EUGENIO GARCÍA GASCÓN

Los líderes de los dos principales partidos israelíes han empezado a negociar una fórmula para dirimir sus diferencias y facilitar un Gobierno de consenso. El primer encuentro para facilitar el camino se celebró anoche cuando Benjamin Netanyahu del Likud y Tzipi Livni de Kadima se encerraron a solas durante dos horas. Al final del encuentro ambos se comprometieron a volver a la mesa en los próximos días, aunque Livni admitió que no hubo avances.

La todavía ministra de Exteriores ha dejado claro que no entraría en una coalición que incluye también partidos de la derecha más radical que ya han ofrecido su apoyoal Likud.

Una de las condiciones clave que presentó la líder de Kadima ayer a su rival del Likud es la llamada solución de dos estados para el conflicto palestino, algo difícil de tragar para muchos socios de Netanyahu.

Para persuadir a Livni, Netanyahu le ha prometido que ambos compartirán plenamente las decisiones que adopte un futuro Gobierno de unidad. Según esta oferta, Kadima se quedaría con dos de los tres ministerios más importantes (Exteriores, Defensa y Hacienda) y que los dos partidos tendrán el mismo número de carteras en el Gabinete.

Asimismo, el encargado de formar Gobierno en Israel, se ha entrevistado con Ehud Barak para ofrecer la continuidad al frente del ministerio de Defensa.El líder del laborismo israelí ha contestado pasará a ser una 'oposición seri, resposable y constructiva'. 'La decisión del electorado es que nos vayamos a la oposición y la respetamos', añadió.

La líder de Kadima, por su parte, acudió a la reunión de ayer con tres cuestiones previas que deben aclararse para desarrollar las negociaciones propiamente dichas. Si Netanyahu responde afirmativamente, Livni tendrá más libertad para acallar las voces que desde dentro de Kadima le exigen que no pierda el tiempo y se vaya a la oposición sin mayores dilaciones.

Las cuestiones son un compromiso de Netanyahu de que el diálogo con los palestinos no se suspenderá, la promesa de que durante la legislatura se aprobarán ciertas iniciativas legales, como el matrimonio civil, y la ruptura de cualquier acuerdo que Netanyahu haya firmado en secreto con los ultraortodoxos de Shas.

Por la mañana, cuando apenas faltaban unas horas para el encuentro, Netanyahu realizó unas declaraciones que van más allá de lo que dijo durante la campaña electoral. 'Quiero y preveo cooperar con la administración de [Barack] Obama y voy a intentar avanzar en los objetivos comunes de la paz, la seguridad y la prosperidad para nosotros y nuestros vecinos', manifestó.

Estos días Netanyahu cuenta con satisfacción una anécdota del último viaje de Obama, entonces aún candidato, a Israel que en su opinión muestra que los dos políticos se entenderán bien. El entonces candidato demócrata le dijo que ambos tienen mucho en común puesto que son de 'centro'. Obama le confesó que antes era de izquierdas y ahora es de centro, mientras que Netanyahu había sido de derechas y ahora es de centro.

Pero una cosa es decir que se está a favor de la paz y otra obrar en esa línea y el currículo de Netanyahu no es muy prometedor. Hasta ahora Tel Aviv ha apostado por un 'diálogo' sin compromiso visible con los palestinos.

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