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Obama pide a siete líderes árabes gestos hacia Israel

La misiva del presidente de EEUU no convence a los dirigentes musulmanes, que consideran que es el Estado judío el que debe dar el primer paso. Las colonias judías son el gran escollo

EUGENIO GARCÍA GASCÓN

La diferencia entre el actual proceso de paz para Oriente Próximo y los anteriores radica en que en esta ocasión los Estados Unidos están tratando de recabar el apoyo de los distintos agentes en la región para convencer a Israel de la necesidad de congelar la construcción para colonos judíos en los territorios ocupados.

El propio presidente Barack Obama ha escrito recientemente una carta a varios líderes árabes entre los que no sólo se encuentran los de Egipto y Jordania, los dos países que han normalizado las relaciones con Israel, sino también los de Arabia Saudí, Qatar, Bahrain, los Emiratos Árabes Unidos y Marruecos.

El enviado especial de Obama, George Mitchell, se desplazó el lunes a El Cairo con el propósito de intentar persuadir al rais Hosni Mubarak de que juegue un papel central a la hora de convencer a otros líderes de la región.

Sin embargo, la desconfianza y las suspicacias son enormes y quedaron de manifiesto tras la reunión que Mitchell mantuvo con el hombre fuerte de la Liga Árabe, Amr Musa, quien públicamente indicó que a Israel le corresponde dar el primer paso.

Los árabes aún tienen clavada la espina con la que Israel respondió a la iniciativa saudí de Beirut en 2002, cuando se comprometieron a reconocer a Israel a cambio de una retirada de los territorios ocupados en la guerra de 1967.

Los israelíes eludieron responder a la oferta en un primer momento y desde entonces periódicamente dicen que está bien o que está mal alternativamente, mientras no paran de construir a destajo en las colonias de Cisjordania.

Los Estados Unidos buscan algún gesto árabe como podría ser por ejemplo la apertura del espacio aéreo a los vuelos de la compañía israelí El Al que se dirigen al Extremo Oriente, lo que acortaría en varias horas este trayecto.

Los árabes responden que lo que se necesita es una mayor presión de Washington para que Israel cumpla con sus obligaciones, especialmente en lo tocante a la Hoja de Ruta, una iniciativa que lanzó el controvertido presidente George Bush en junio de 2002, y que los israelíes han congelado para seguir construyendo asentamientos en Cisjordania.

El presidente palestino Mahmud Abás ha cumplido con todo lo que le exige la Hoja de Ruta y las milicias que operaban en Cisjordania están desarmadas. Incluso Hamás ha dejado de atacar a Israel y sus milicianos y policía impiden que lo hagan las demás milicias. No obstante, Israel no ha cumplido con sus compromisos en ningún frente.

Éste es el panorama con que se encuentra Obama, quien esta semana ha enviado hasta cuatro emisarios a Israel, el auténtico hueso de la región. Además de Mitchell, que ayer se reunió con el primer ministro Binyamin Netanyahu, visitan el país el secretario de Defensa, Robert Gates, el consejero para la Seguridad Nacional, James Jones, y el enviado para los países del Golfo Pérsico, entre los que está Irán, Dennis Ross.

Tras la reunión con Netanyahu, Mitchell indicó que, en las dos horas y media que duró el encuentro a solas, lograron un 'buen progreso' y volverán a reunirse. Mitchell no especificó los detalles del diálogo y no se refirió a la repetida petición de que Israel deje de construir en las colonias.

Netanyahu, por su parte, no fue mucho más explícito y dijo que se está progresando 'para lograr un entendimiento que nos permita continuar y completar el proceso de paz entre nosotros y nuestros vecinos palestinos y con los países de toda la región'. Mientras estas palabras no se traduzcan en hechos no se podrá hablar de progreso.

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