Manuel Chaves (Ceuta, 1945) se vio obligado a hacer las maletas a toda prisa cuando en marzo pasado el presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, le pidió que se incorporara al Ejecutivo. Su primer encargo fue pacificar las aguas autonómicas, que bajaban especialmente turbulentas debido a la enrevesada negociación del sistema de financiación.

¿Temió alguna vez que se truncaran las negociaciones?

Quizá la última semana fue la que estuvo más llena de dificultades, debido a las posiciones firmes de Andalucía y Catalunya, que fueron, sin olvidarnos de las otras autonomías, los dos polos en torno a los cuales pivotaba la financiación.

¿Este modelo mejora al anterior?

Sí, porque garantiza la igualdad per cápita en servicios públicos fudamentales y establece un ajuste anual de la evolución de la población.

El PP ha llegado a decir desde Madrid que, con este sistema, un catalán vale lo que dos madrileños.

Yo lo que creo es que con esta negociación ha habido demasiadas exaltaciones nacionalistas. Tanto el nacionalismo periférico exacerbado como el hipernacionalismo centralista hacen un mal servicio a España. Cuando se dice que un madrileño vale la mitad que un catalán no sólo se está mintiendo, sino provocando un enfrentamiento entre territorios y entre ciudadanos. Y lo mismo ocurre cuando políticos catalanes dicen que el sistema es bueno para Catalunya, pero no se atreven a añadir que también es bueno para el resto de España.

¿Cuál ha sido su papel en la negociación de la financiación autonómica? Hay quien sostiene que se ha visto algo desdibujado.

Mi papel ha estado en relación con la función del Ministerio que ocupo. Es un ministerio con rango de Vicepresidencia pensado para que el Estado autonómico funcione mejor, para potenciar la coherencia de las políticas de los distintos ministerios relacionadas con las autonomías. En este caso es claro que las cantidades las maneja el Ministerio de Hacienda. ¿Qué me ha correspondido a mí? Negociar el modelo, ver las variables que había que introducir.

¿Hay sintonía entre el Ministerio de la vicepresidenta Elena Salgado y el suyo?

Total, sintonía total. Tengo una relación magnífica con todos los miembros del Gobierno, incluida la vicepresidenta segunda.

Al haber sido el Gobierno tan generoso con las autonomías, ¿no irá ello en detrimento de la financiación municipal?

No: 2010 será el año de la negociación del nuevo modelo de financiación local, que se tiene que reflejar en la nueva Ley de Haciendas Locales. No olvidemos que la negociación autonómica ha durado más de un año. Yo calculo que no habrá modelo nuevo antes de 2011.

Pero los alcaldes tienen prisa.

Somos muy sensibles ante su situación. En 2009, la transferencia a los ayuntamientos por su participación en los ingresos del Estado es de 15.000 millones de euros, y el Gobierno ha establecido además un fondo de 8.000 millones de euros más para inversiones municipales. Y para el año 2010 tenemos previsto un fondo de 5.000 millones para proyectos de economía sostenible.

¿Y qué hay de las competencias que son autonómicas, pero que gestionan y pagan los municipios?

También queremos determinar una iniciativa financiera sobre lo que ellos llaman las competencias impropias. Arbitraremos medidas para el año 2010 para dar una respuesta a los ayuntamientos.

Para eso tendrá usted que llamar a la puerta de las autonomías, ¿cree que le abrirán?

Evidentemente las comunidades autónomas tienen que dar una respuesta.

No se las ve muy proclives a ello.

Bueno, eso dependerá de los casos. Pero es verdad que las comunidades autónomas, con sus ingresos propios, tienen que colaborar en la financiación de los ayuntamientos.

¿Se puede llegar a un acuerdo efectivo con una Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) donde no está sentado el PP?

Eso es un déficit que dificulta enormemente el papel de la FEMP. Tendremos que buscar fórmulas para solucionar el problema sin que haya vencedores ni vencidos.

¿Cuáles deben ser las líneas maestras de la financiación local?

Primero, hay que mejorarla. Y luego hay que implantar medidas de rigor y control de gasto.

¿Cree que la CEOE ha roto el Diálogo Social en connivencia con el PP?

Hay un hecho objetivo: en las últimas horas de la negociación la dirección de CEOE presenta un documento que en la práctica recoge su programa máximo, y lo presenta como enmienda a la totalidad del documento que se llevaba negociando más de dos meses entre los interlocutores sociales y el Gobierno. Eso o es una frivolidad o refleja una voluntad manifiesta de CEOE de romper la negociación e impedir el acuerdo social.

¿Los líderes empresariales no han estado a la altura?

No. Han hecho un daño importante a la confianza, que es clave para salir de la crisis económica, y así lo piensan la mayor parte de empresarios, sobre todo pequeños y medianos.

Alguna culpa tendrá también el Gobierno en ese fracaso.

Lo que el Gobierno no puede aceptar bajo ningún concepto es una reforma laboral que conducía a mayores facilidades para el despido; y en segundo lugar no podía consentir que se pusiera en peligro la propia estabilidad del sistema de Seguridad Social.

La última encuesta del CIS pone al PP por delante del PSOE. ¿Qué están haciendo ustedes mal?

Con el valor relativo que siempre doy a las encuestas, la del CIS indica tres cosas. Una, que de haber ahora elecciones estarían abiertas, porque prácticamente hay un empate técnico. Dos, que en momentos de crisis hay un sensación negativa en la ciudadanía, y eso se ve en la valoración baja de los políticos; y en tercer lugar, que en lo cualitativo hay más confianza en el Gobierno que en la oposición.

En la valoración de miembros del Gobierno a usted la encuesta lo deja hacia la mitad de la tabla, ¿qué tal le sienta?

No suelo darle mucha importancia, pero trataré de hacerlo un poquito mejor y que mi valoración suba.

Ya, pero usted no estaba acostumbrando a los suspensos, porque en Andalucía siempre salía campeón en las encuestas.

Será porque en Andalucía me quieren más [risas].

¿En la capital del Reino está la cosa más cruda para triunfar?

Mi experiencia me ayuda a adaptarme a las nuevas situaciones.

Con el cambio de Gobierno se le ha dado más peso político al Ejecutivo, con su entrada y la de José Blanco. ¿No se habrá desvestido un santo para vestir otro, dejando al partido un poco desguarnecido?

Bueno, se da una situación que no es nueva. Esas interpretaciones surgen siempre que el partido está en el Gobierno; ocurrió con Felipe y ocurre ahora. El protagonismo político y mediático lo tiene el Gobierno.

¿Lo esta haciendo Blanco mejor que su antecesora Magdalena Álvarez?

¡Vaya preguntita! Creo que Magdalena ha tenido una virtud, que fue el diseño del Plan de Infraestructuras de este país, y esto yo creo que ha sido un elemento muy importante que Blanco está utilizando con mucha mano izquierda y con mucha eficacia y habilidad política en sus relaciones con las comunidades autónomas.

Es casi seguro que la mano izquierda no es el fuerte de Magdalena Álvarez.

Bueno.

¿Ahora manda usted más, menos o igual que cuando era presidente de la Junta?

Pues no lo sé Yo nunca me he planteado mi relación en el partido en función de mando o niveles de mando.

Pero algo ha cambiado.

¿Que la situación ha cambiado en Andalucía? Pues claro. Ahora en la Junta, por utilizar ese término que no me gusta, manda José Antonio Griñán, y ejerce con todo el margen que yo tuve, y sigue también mandando entre comillas la Ejecutiva Regional, de la que soy secretario general. No es cuestión de si mando más o menos; unos creen que mi venida es un ascenso y otros creen que ha sido descenso.

¿Y usted cómo lo percibe?

Yo he venido al sitio donde me ha dicho el partido que tenía que venir, no lo considero ni un ascenso ni lo contrario. Estoy satisfecho. Todo el mundo sabía que yo no iba a ser el candidato a las autonómicas andaluzas en 2012.

Lo de que todo el mundo lo sabía será una metáfora, porque bien callado que se lo tenían ustedes.

Bueno, también es verdad, quizás ha sido un exceso por mi parte. Es cierto que el único que lo sabía era yo y unos cuantos más. Dejémoslo así.

¿Aspira a renovar como secretario general andaluz?

Cada vez que hablo de esto provoco en mi partido un cierto lío, así que vamos a esperar al año 2012, que es cuando toca.

Caso Gürtel. ¿Sabría decir cuánto cuesta el traje que lleva puesto? ¿Más o menos de 900 euros, que es el precio de los que gasta el presidente valenciano Camps?

Menos, menos, pero no le voy a decir el sitio donde lo compré.

¿Por qué no?

No, no es el sitio que está usted pensando, no sea malpensado. Le enseñaré la etiqueta, si quiere. Creo que lo compré en rebajas y me parece que me costó unos 200 euros.

Dice el PP que a todos los altos cargos les regalan cosas. ¿Ha devuelto alguna vez algún regalo?

Yo he rechazado y devuelto muchos regalos porque consideraba que no estaban de acuerdo con el decoro de la institución. Y por supuesto nunca he recibido regalos de ninguna trama corrupta ni para pagar ningún tipo de favores.

Desalienta a mucha gente ver que el PP no paga precio alguno por la corrupción.

El PP sabe que tiene en su seno un verdadero problema que está afectando a la columna vertebral del partido desde abajo hasta arriba, a toda la cúpula del PP, eso es evidente.

¿Cómo interpreta la reacción del PP ante este caso?

Es muy grave. Consiste en la inhibición. El PP está jugando con fuego. Creo que el caso Gürtel posiblemente se lleve por delante a toda una generación política de dirigentes del PP.

Caso Matsa. Esta semana la Fiscalía del Tribunal Supremo ha archivado la querella de Manos Limpias. ¿Lo esperaba?

Se ha puesto en evidencia que todo ha sido un montaje, una pura basura política, derivada del rencor político y para tapar las vergüenzas del PP, cuyos dirigentes han actuado sin escrúpulos, de una forma amoral. Ellos han pedido mi dimisión, pero, con el daño que han hecho, algunos dirigentes del PP se tendrían que plantear la dimisión por haber mentido y manipulado.

¿Ha sido este caso, por su vertiente familiar, el que más le ha dolido en su carrera política?

Me ha dolido no por mí, porque uno ya tiene la piel dura, sino sobre todo por mi familia y por mi hija.

¿Habría actuado exactamente igual de haber sabido lo que pasaría?

Como ha dicho la Fiscalía, no hay absolutamente nada; seguramente habría actuado de la misma manera.

¿No había más opciones?

La otra manera era haberle dicho a mi hija: mira, vete de Andalucía y busca trabajo fuera porque aquí no puedes trabajar, y claro, eso no es posible; no sería ni ético, ni digno ni sería lógico.

¿Qué opina del presidente del PP andaluz, Javier Arenas?

Me ha sorprendido su actuación en este caso.

¿Qué en concreto?

No esperaba que llegara tan lejos.

¿Ha pensado en ir dejando la política?

Yo nunca me iré de la política, me queda mucho, nací con ella, en los sitios donde esté no lo sé, pero seguiré estando, aunque sólo sea leyendo periódicos.