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Japón vislumbra una nueva era

Los sondeos vaticinan que el partido en el poder durante casi 55 años perderá hoy las elecciones

ANDREA RODÉS

Basta de precariedad laboral, de no poder costear la educación de los hijos, de ver cómo las zonas rurales se mueren por falta de oportunidades. Los japoneses quieren un cambio. Y este cambio lo representa el opositor Partido Democrático de Japón (PDJ), encabezado por Yukio Hatoyama, según apuntan todos los sondeos que lo sitúan en cabeza. Si los vaticinios se confirman y la oposición gana las elecciones parlamentarias que se celebran hoy, se pondría fin a casi 55 años de poder ininterrumpido del Partido Liberal Demócrata (PLD), liderado por el actual primer ministro, Taro Aso.

'Se necesita ser valiente para cambiar la historia. Dejad que lo hagamos juntos, con vosotros, la gente corriente', arengaba ayer en su cierre de campaña en Tokio un entusiasta Hatoyama ante centenares de personas.

El PDJ ha convertido en eslogan de su campaña la necesidad de un cambio 'histórico' de gobierno para mantener un auténtico sistema democrático, y promete inversiones millo-narias en seguridad social y subvenciones a las familias como base de 'una nueva política fundada en las personas'.

A la misma hora, en la salida opuesta de la estación, rodeado de luces de neón de los centros comerciales y con seis helicópteros de seguridad volando en círculos por encima de su cabeza, Taro Aso daba también su último discurso electoral frente a un público más reducido, que podía llegar a confundirse con la masa de transeúntes a no ser por el ondear de sus banderas japonesas.

'Las medidas económicas que empezamos el año pasado son correctas. Queremos acabar de aplicarlas', dijo Aso, en referencia al plan de estímulo introducido por su Gobierno en abril, que ha llevado al primer repunte de la economía en 15 meses. Pero la subida del paro, que alcanzó en julio la cifra récord del 5,7%, el auge de la precariedad laboral y la caída progresiva de los ingresos hacen pensar que miles de personas votarán hoy al PJD en señal de frustración por lo que consideran la mala gestión del actual Gobierno.

'No voy a votar a Aso, pero quería ver si a última hora decía algo interesante', dice Shibata, de 31 años.

'El PLD no se ha dado cuenta de que está ignorando a las personas', explica a Público Hideaki Yamakawa, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Gakuin.

Yamakawa hace hincapié en que entre el PLD y el PDJ al que pertenecen muchos antiguos miembros del PLD 'apenas existen diferencias ideológicas', y lo que ha llevado a la caída progresiva de la popularidad del PLD ha sido 'la falta de atención a los principales problemas del país: el envejecimiento de la sociedad, que hace peligrar el sistema de pensiones, la despoblación de las zonas rurales y las diferencias cada vez mayores de ingresos entre el campo y las grandes metrópolis.

Aso aprovechó el discurso de ayer para jugar la carta del miedo y alertó de que la falta de experiencia de gobierno del PDJ que gobernó unos meses en 1993 puede llevar a grandes errores en política exterior y de seguridad.

Los analistas no esperan grandes cambios en este ámbito, aunque Hatoyama ha resaltado que buscará 'una relación más equitativa con Estados Unidos' y una mayor integración con el resto de países asiáticos como China, principal socio comercial de Japón. Hatoyama también ha anunciado su intención de retirar su ayuda militar a Estados Unidos en Afganistán a finales de este año.

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