Todo en los premios Ig Nobel es serio. La ceremonia de entrega se celebra en la prestigiosa Universidad de Harvard (EEUU). Se distingue a investigadores de una decena de disciplinas científicas. Además, la entrega corre a cargo de científicos reconocidos con el premio Nobel. Sin embargo, los asistentes suelen acoger los nombres de los ganadores con carcajadas.

Las razones de la hilaridad están en las investigaciones. Mientras unos científicos británicos demuestran que las vacas con nombre dan más leche, otro equipo de investigadores suizos estudia qué es peor, si recibir un golpe en la cabeza con una botella de cerveza vacía o llena. Este año también se ha reconocido el duro trabajo de algunos bancos y gobiernos para acentuar las crisis económica.

Los galardones los entregan científicos que han ganado el auténtico Nobel

Los nombres de los diez premiados se conocieron el jueves pasado, y esta noche tiene lugar la ceremonia de entrega de esta parodia de los verdaderos Nobel. El lema de Improbable Research, los organizadores, es: 'Investigaciones que provocan primero la risa y después invitan a pensar'.

Los investigadores de la Universidad de Newcastle (Reino Unido) Catherine Douglas y Peter Rowlinson visitaron 516 granjas lecheras británicas y, tras entrevistar a los vaqueros, calcularon que aquellos que ponían nombre a las vacas, y las llamaban por su nombre, obtenían 258 litros de leche extra por año y animal. El trabajo, publicado en la revista especializada Anthrozoos, ha recibido el premio de Veterinaria.

«Son trabajos que provocan la risa pero luego invitan a pensar»

A los que gustan de acabar una disputa a botellazos, la ciencia no sabe si recomendarles que se la beban antes o no. El Ig Nobel de la Paz ha recaído este año en un equipo de cinco investigadores de la Universidad de Berna (Suiza) por desincentivar el uso de botellas de cerveza en las riñas de bar. Han demostrado que romper una botella vacía en la cabeza de alguien exige 10 julios (unidad de energía) más. Pero, al mismo tiempo, la llena rinde un 70% más de fuerza de impacto. Por último, comprobaron (en cadáveres afortunadamente) que una botella de cerveza de medio litro (da igual si llena o vacía) tiene la suficiente resistencia como para romper el cráneo.

El galardón en la disciplina de Física de este año es un buen ejemplo del espíritu de los premios Ig Nobel. Tres expertos en evolución humana (Katherine Whitcome, Daniel Lieberman y Liza Shapiro) de otras tantas prestigiosas universidades de EEUU publicaron en la revista Nature su investigación La carga fetal y la evolución de la curvatura lumbar en los homininos bípedos. En otras palabras, los autores querían mostrar cómo las hembras humanas han desarrollado un mecanismo particular para balancear la carga que soportan sus vértebras lumbares cuando se quedan encinta. Su columna vertebral se ha arqueado de diferente manera a los hombres desde que dejaron de andar a cuatro patas para equilibrar el peso extra y evitar volcar.

Esta parodia de los verdaderos premios Nobel, que se celebran la próxima semana, tiene la ventaja de estar más pegados a la actualidad. Por eso, el Ig Nobel de Salud Pública ha sido para tres inventores de EEUU que han patentado un sujetador que, en segundos, se convierte en dos mascarillas: una copa para la dueña y la otra para el primero que pase por allí. La ocurrencia puede tener su utilidad ante un ataque repentino de los terroristas o un aviso de llegada de una epidemia como la de la gripe H1N1 actual.

La crítica se concentró en el premio de Economía. Los agraciados fueron los bancos islandeses, con el Banco Central a la cabeza. El país vive una gran crisis bancaria derivada de inversiones aventuradas. Como dice el anuncio oficial: 'Por demostrar que también los pequeños pueden convertirse en grandes bancos y... viceversa; enseñando además cómo se puede hacer lo mismo con toda una economía nacional'.