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La situación penal de Matas se agrava con más pruebas

Una grabación muestra a su cuñado expresando temor a que un testaferro los deje 'con el culo al aire' en plena investigación judicial

ALICIA GUTIÉRREZ

Sin un solo compañero de partido que recorriese con él el camino hacia la entrada de los juzgados de Palma mientras un centenar de personas le increpaba al grito de 'chorizo', Jaume Matas, president de Balears y del PP de las islas hasta 2007, inició ayer la que podría ser la etapa final de su viaje hacia el banquillo.

Y lo hizo en peores condiciones que hace cinco meses, cuando el juez que lo investiga por presunto enriquecimiento ilícito anunció su citación como imputado para ayer 23 de marzo: sobre la mesa hay nuevas escuchas, que ayer forzaron a aplazar la comparecencia judicial de Matas, aunque se ignora si, en esta nueva situación, se acogerá ahora al derecho a no declarar. Su cuñado, que sí declaró, confesó que pagó en negro más de 30.000 euros para la reforma del palacete palmesano que el matrimonio Matas adquirió en 2004, según informaron a Efe fuentes jurídicas. A Matas se le imputan nueve delitos penados con hasta 30 años.

El cuñado de Matas admite el pago en negro de obras en el palacete de Palma

Tras pasar la noche en el palacete, ya convertido en icono de la sospecha, Matas inició a las nueve de la mañana esa nueva etapa procesal afrontando un panorama aún más negro que el que ya tenía ante sí en el marco del caso Palma Arena: el juez que investiga si el también ex ministro de Aznar recibió sobornos y desvió dinero público esgrimió unas nuevas escuchas desconocidas hasta ahora y muy comprometedoras para los encausados, según fuentes jurídicas.

Ocurrió mientras interrogaba al cuñado de Matas, Fernando Areal, ex gerente del PP balear y el primero del cuarteto que debía desfilar ayer ante el el juez. Fue el único que finalmente lo hizo, aunque su interrogatorio quedó a medias. Los otros tres imputados citados ayer el propio Matas; su mujer, Maite Areal, y su presunto testaferro, Bartomeu Reus se verán hoy las caras con el juez.

A Jaume Matas se le imputan nueve delitos penados con hasta 30 años

Cuando el instructor leyó parte de la transcripción de esos nuevos pinchazos policiales, donde el cuñado de Matas expresa su esperanza en que el supuesto testaferro Bartomeu Reus no los deje 'con el culo al aire', su abogado pidió de inmediato la suspensión de la comparecencia para estudiar las nuevas pruebas. Una fuente consultada por este diario asegura que el juez sólo leyó la parte de la transcripción relativa a Areal, pero que había más: las escuchas indicó afectan a los cuatro imputados citados ayer. Antes de que el fiscal y la acusación privada, ejercida aquí por el Gobierno balear, pudieran interrogar a Areal, el juez accedió a aplazar a hoy las declaraciones.

Aunque algunas fuentes sostienen que ese pinchazo telefónico se remonta a 2009, otras indican que se trata de una escucha muy reciente ordenada por el juez Castro. Eso explicaría por qué los abogados de los imputados desconocían su existencia.

Con fama de concienzudo, el magistrado Castro continúa investigando a marchas forzadas. Tiene razones objetivas. Y un precedente, el del túnel de Sóller, donde el tiempo jugó en contra de la Justicia: quien en esa época, 1997, acababa de cesar como presidente del Govern balear, el conservador Gabriel Cañellas, fue declarado reo de cohecho. Pero el delito ya había prescrito.

Bartomeu Reus, ex presidente de la filial de Endesa para Baleares y antes consejero del PP, es oficialmente el propietario de un piso de lujo en Madrid que, según la policía, pertenece realmente a Matas. En ese contexto, dejar a Matas, a su mujer y a su cuñado con el culo al aire habría equivalido a cambiar la versión oficial. Esa versión sostiene, y en ella abundó ayer Areal, que el lujoso piso de la madrileña calle Don Ramón de la Cruz, en el barrio de Salamanca, está ocupado por los hijos de Matas sólo en régimen de alquiler. La policía descubrió que Areal había entregado a la constructora una señal de 100.000 euros. Areal lo reconoció ayer. Escriturado en 2003, el piso, vino a decir, iba a ser para su cuñado, pero a última hora temió que la compra de una vivienda de lujo perjudicase su carrera electoral y desistió en favor de Reus. La ex mujer del supuesto testaferro testificó ante el juez que se había enterado por la prensa de que su marido tenía alquilado un piso a los Matas.

Acorralado por las pruebas y los testimonios previos, Areal sí reconoció haber pagado en dinero en efectivo más de 30.000 euros a profesionales que participaron en la reforma del palacete de los Matas. Fuentes conocedoras del caso aseguran que Areal mencionó como destinatario del dinero al contratista encargado de la reforma del inmueble, que a su vez había restaurado previamente la sede del PP en Palma.

El porqué reconoció Areal esos pagos en dinero negro constituye una de las claves del caso. 'Quieren centrar todo lo ocurrido en el delito fiscal y desviar la atención del cohecho', aventura una fuente que ha seguido muy de cerca el caso desde sus orígenes.

Las pesquisas practicadas por la Fiscalía Anticorrupción apuntan a que Matas y su esposa pagaron hasta 300.000 euros en negro, según la prensa balear. Y hay un dato que, de confirmarse en el proceso judicial, avalaría el uso constante de dinero B por parte del matrimonio Matas Areal: en tres años, de 2006 a 2008, y según los movimientos bancarios, Matas sólo sacó de sus cuentas 450 euros.

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