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Arenas se alinea con las "pitas, pitas, pitas" de Aguirre

El líder del PP andaluz arropa a Aguirre tras sus declaraciones del subsidio agrario

OLIVIA CARBALLAR

Cuando hay que elegir entre el partido o los andaluces, Arenas se queda con lo primero. Es lo que demostró ayer el líder del PP andaluz cuando, preguntado por los comentarios despectivos de Esperanza Aguirre sobre la rebaja de peonadas para poder cobrar el subsidio agrario por los daños del temporal, fue incapaz de desautorizarla. 'Son críticas al presidente del Gobierno; sus declaraciones no perjudican [al PP andaluz]', se limitó a decir.

Sobre si esas manifestaciones ofenden o perjudican a los andaluces no dijo nada. El dirigente conservador obvió que la expresión utilizada por Aguirre 'dar pitas, pitas, pitas' está vinculada al tópico de la Andalucía subsidiada alimentado por la derecha más recalcitrante de Despeñaperros para arriba.

Ayer, Aguirre, preguntada sobre si iba a pedir disculpas al presidente andaluz, José Antonio Griñán, insistió en que no tenía 'nada que decir', informa Yolanda González. 'Aguirre representa a la derecha carca y reaccionaria que nunca creyó en las posibilidades de nuestra tierra y Arenas nunca se ha opuesto a ello', denunció el consejero de Gobernación y Justicia, Luis Pizarro.

No es la primera vez que Javier Arenas sacrifica a los andaluces por su partido. Siempre ha mantenido silencio cada que vez un dirigente del PP los ha llamado analfabetos, como hizo Ana Mato, o de indolentes, en palabras del ex ministro Juan Carlos Aparicio. Arenas tampoco salió en defensa de los andaluces cuando Vidal-Cuadras se refirió a Blas Infante como 'cretino integral' o cuando Jaime Mayor Oreja afirmó que el Estatuto afianzaría el islamismo. Tampoco abrió la boca cuando María San Gil calificó la 'realidad nacional' andaluza recogida en el texto como una 'chirigota'. Ni cuando el mismo Rajoy aseguró que le sonaba a 'cachondeo'.

Siempre ha arropado a los suyos, salvo cuando Montserrat Nebrera hoy fuera del PP se mofó del acento de la otrora ministra de Fomento Magdalena Álvarez. Fue la única vez que Arenas dio un puñetazo encima de la mesa y exigió a la catalana que se fuera del partido. ¿Lo hizo entonces por Andalucía o porque Nebrera se atrevió a disputar la candidatura impuesta por Génova?

Ayer mismo, mientras defendía a Aguirre, Arenas volvió a retratarse junto a su preferencia partidista: presentó un recurso en el Constitucional por considerar que el pago en solares de la llamada deuda histórica es una ofensa y un fraude para los andaluces. Pero no movió un dedo en los ocho años que gobernó su partido en España.

Cuando hay que elegir entre el partido o los andaluces, Javier Arenas se queda con lo primero. Es lo que demostró ayer el líder del PP andaluz cuando, preguntado por los comentarios despectivos de Esperanza Aguirre sobre la rebaja de peonadas para poder cobrar el subsidio agrario por los daños del temporal, fue incapaz de desautorizarla. 'Son críticas al presidente del Gobierno; sus declaraciones no perjudican [al PP andaluz]', se limitó a decir.

Sobre si esas manifestaciones ofenden o perjudican a los andaluces no dijo nada. El dirigente conservador obvió que la expresión utilizada por Esperanza Aguirre 'Dar pitas, pitas, pitas' está vinculada al tópico de la Andalucía subsidiada alimentado por la derecha.

Ayer, Aguirre, preguntada sobre si iba a pedir disculpas al presidente andaluz, José Antonio Griñán, insistió en que no tenía 'nada que decir', informa Yolanda González. 'Aguirre representa a la derecha carca y reaccionaria que nunca creyó en las posibilidades de nuestra tierra y Arenas nunca se ha opuesto a ello', denunció el consejero de Gobernación y Justicia, Luis Pizarro.

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