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La Iglesia denuncia un primer abuso en España

Los carmelitas descalzos de Castellón presentan a la Justicia un posible caso de pederastia de un sacerdote de la congregación a un chico de 16 años que le servía de ayudante en Burriana

JESÚS BASTANTE

Las cosas parecen estar cambiando en la actitud de la Iglesia católica frente a los escándalos de pederastia. Los carmelitas descalzos de Castellón se convirtieron el lunes en la primera congregación que denuncia en España un posible caso de abusos sexuales, cometido por uno de sus miembros contra un chico de 16 años, que ejercía como ayudante del sacerdote en una parroquia de la localidad castellonense de Burriana.

Los carmelitas, a través de su provincial, Pascual Gil, pusieron el caso en conocimiento de la Fiscalía de la Comunitat Valenciana, aportando sendos escritos en los que la víctima (que ahora cuenta con 19 años y reside en Perú) y su padre explican lo sucedido. Según sus relatos, los hechos acontecieron en 2007, cuando el religioso animó al joven (con vocación sacerdotal y que había participado en una peregrinación) y a sus padres, feligreses suyos, a que el chico le ayudara. A cambio, recibía cien euros mensuales.

El menor y su padre expusieron los hechos a la orden en sendos escritos

En su escrito, el joven da detalles de la 'auténtica pesadilla' que asegura haber vivido. El episodio más grave, según su versión, lo vivió el día en que el religioso lo llevó a una habitación en el monasterio, lo invitó a tumbarse en un colchón y le realizó diversos tocamientos. El cura, dice el texto, instó al chico a practicar el acto sexual. Al negarse, el religioso acabó 'sollozando e implorando perdón de rodillas'.

Los carmelitas conocieron los hechos el pasado 26 de abril, cuando los padres de la víctima informaron a la congregación de los presuntos abusos. El 1 de mayo, el superior de la orden llamó a capítulo al acusado, quien en un principio negó los hechos, aunque finalmente valoró la posibilidad de autoinculparse para evitar el escándalo.

Tras escuchar las dos versiones, los carmelitas decidieron poner el caso en conocimiento de la Justicia, en una medida sin precedentes en la Iglesia española. Al parecer se ha prohibido al sacerdote mantener cualquier tipo de contacto con menores, celebrar misa en público o confesar. El religioso podría haber sido trasladado a un convento de Castilla y León, según algunas fuentes.

Los presuntos tocamientos y la oferta de sexo se produjeron en 2007

El relato de la víctima resulta estremecedor. 'Comencé el servicio [en la parroquia] como una experiencia puramente espiritual. Con el tiempo, el padre comenzó a cogerme de la mano, un gesto que me desagradaba pero que yo consentía al pensar que buscaba apoyo de carácter moral'.

'Recuerdo un sofá, sobre el que el padre (...) me invitó a tumbarme, pero me extrañó que él se tumbó junto a mí', admite el joven, y precisa que era entonces cuando el cura se le 'acercaba por detrás'.

Cuenta que los abusos concluyeron una tarde, cuando estaba estudiando para un examen de inglés: 'Me invitó a descansar. Presentí algo malo, y rechacé la oferta'. Pero al parecer el cura 'volvió a insistir', y una vez llegaron al monasterio, sucedieron los tocamientos, la oferta de sexo y la negativa del joven. 'De vuelta, en el coche, me pedía perdón por haber sucumbido a la tentación', finaliza el escrito.

'Creo que es el modo correcto de actuar. Cuando uno tiene conocimiento de un delito, ponerlo en manos de las personas que lo pueden investigar y llevar a cabo las acciones pertinentes', afirmó ayer en Radio Nacional el procurador provincial de los carmelitas en Valencia, el padre Chano. 'El problema es cuando las cosas no se saben o se descubren con años de diferencia, como ha pasado en otras congregaciones', agregó. En declaraciones a la Ser desde América, la presunta víctima no quiso dar más detalles: 'Yo lo voy a dejar todo para la Justicia, y que ella se encargue de todo. Lo que tenga que comentar, ya lo comentaré entonces', añadió.

La congregación de los carmelitas descalzos reconoció ayer en un comunicado la veracidad de los hechos y la denuncia interpuesta siguiendo la normativa vaticana, que no cuenta con ningún precedente en los casos anteriores de abusos conocidos en España.

En su nota, los religiosos afirman que este hecho 'no supone prejuzgar conducta alguna, y se hace con pleno respeto a la presunción de inocencia de las personas y, al mismo tiempo, con pleno respeto a quien se considera víctima de un ilícito penal'. Tras formular la denuncia, los carmelitas abogan 'para que las partes puedan resolver sus conflictos con tranquilidad y respeto a su intimidad, así como con plena confianza en la Justicia'.

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