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Los parlamentarios se resisten a que Monti les baje el sueldo

El premier' italiano trató de desconvocar la huelga contra las reformas

DANIEL DEL PINO

Se habían visto cosas muy raras con Silvio Berlusconi, pero, tras el nombramiento de Mario Monti como primer ministro, el surrealismo sigue vigente en el Parlamento italiano. Sobre todo cuando se trata de reducir los costes de la clase política. En el plan de ajustes de 30.000 millones de euros aprobado hace una semana, el economista incluyó un artículo por el que se reservaba el derecho a bajar el sueldo de los parlamentarios a partir del 1 de enero. Sin embargo, los mismos diputados y senadores que aceptaron en masa la formación de un Gobierno de tecnócratas sin pasar por las urnas se niegan ahora a que esos ministros, a los que han dado el mayor apoyo de la historia de la República, decidan por ellos y les impongan cuándo bajarse el salario.

Es solamente un intento casi patético por reclamar la soberanía e independencia de las cámaras, ya que Il Cavaliere y su exministro de Economía Giulio Tremonti encargaron en septiembre a una comisión dirigida por el presidente del Instituto de Estadística, Enrico Giovaninni, un estudio para adaptar el sueldo de los parlamentarios a la media europea.

A partir del 1 de enero, el primer ministro puede recortar sus salarios

La rebaja iba a llegar de todos modos. La novedad es que Monti, sabedor de que los políticos italianos tienen una tendencia a actuar más tarde que pronto, especificaba en los recortes que si Giovaninni no presentaba su estudio antes del 31 de diciembre sería el Gobierno el que decidiría.

Ayer, los presidentes del Senado y la Cámara Baja, Renato Schifani y Gianfranco Fini, prometieron en un comunicado conjunto trabajar para que dicha comisión 'acabe su trabajo lo antes posible' y aseguraron que 'el Parlamento es consciente de la exigencia de efectuar actos ejemplares y, por tanto, de adecuar los salarios de sus miembros a los estándares europeos'.

El problema, según dijo Fini el sábado, está en que 'la norma está mal escrita' y que 'el Gobierno no puede intervenir en cuestiones que son competencia de las cámaras'. Las sospechas son comprensibles porque la semana pasada surgió una corriente de parlamentarios dispuestos a dimitir antes del día 31 para no perder la pensión vitalicia, que también será abolida el próximo año.

Hay diputados dispuestos a dimitir para no perder la pensión vitalicia

Monti se reunió anoche con los sindicatos para convencerlos de que desconvocaran la huelga de tres horas prevista para hoy contra la reforma de las pensiones. No lo logró, lo que no es extraño porque, si los políticos no se recortan el sueldo de inmediato, ¿cómo puede el jefe del Gobierno convencer a los representantes de los trabajadores de que los tijeretazos afectan a todos?.

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