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Un colectivo de Jaén pide proteger dos campos de concentración

En estos lugares fueron hacinados, entre abril y septiembre de 1939, unos 15.000 presos

JUAN ARMENTEROS

El Colectivo para el Estudio y la Historia Social de Jaén ha solicitado la inscripción en el Catálogo de Lugares de la Memoria Histórica de Andalucía de dos campos de concentración del franquismo, de los que la ciudadanía apenas tiene conocimiento. En estos lugares de represión se hacinaron de abril a septiembre de 1939 unos 15.000 presos, muchos de los cuales murieron de hambre.

Entre las provincias de Jaén y Córdoba hubo enfrentamientos y fuego de trincheras durante toda la guerra. Córdoba estuvo controlada por el Ejército sublevado y Jaén por el de la República. Acabada la contienda, miles de soldados del Ejército republicano, que huían del frente, fueron detenidos y hacinados, en condiciones inhumanas, en dos campos campo de concentración de municipios que distan diez kilómetros: Higuera de Calatrava, que albergó 10.075 presos, y Santiago de Calatrava, con 4.800 detenidos.

El Colectivo para el Estudio y la Historia Social de Jaén pide que, una vez declarados Lugares de Memoria, se señalicen adecuadamente y se incluyan leyendas que expliquen las características y significado de estos lugares de reclusión; estos lugares también vendrían a simbolizar el resto de campos de concentración, de menor tamaño, de otros municipios de Jaén, de los que hay constancia en documentos y libros, pero son prácticamente desconocidos hasta por los propios jienenses.

Hubo campos de concentración en Cazorla, que albergó 865 presos; Quesada, donde se retuvo a 200 presos; en Jódar, donde se alcanzó una cifra similar; en Santo Tomé, que concentró a 300 presos; en Hinojares, con 74; además de los detenidos en la Comandancia Militar de Jaén, que alcanzaban la cifra de 1.829 personas. Según la presidenta del colectivo, Matilde Peinado, con esta solicitud al Comisario de la Memoria Histórica de Andalucía, Juan Gallo, pretenden “que los ciudadanos sean conscientes de cuál fue la función de estos campamentos y en qué condiciones vivieron los presos durante los años que estuvieron en ellos”.

Condiciones infrahumanas

Entre las entrevistas realizadas por algunos miembros de este colectivo, destaca la de Juan José Contreras: “Los presos nos ofrecíamos voluntarios a los soldados que nos vigilaban para fregarle los cacharros de la comida, con la única intención de poder comernos los restos de arroz que se quedaban pegados”.

Los presos de los campos de Santiago e Higuera de Calatrava eran investigados y clasificados militar y políticamente. Cuando al detenido se le encontraba culpable de un delito contra la España Nacional se enviaba a alguna cárcel de la provincia, a la espera de juicio, de donde podía salir hacia un largo periodo de reclusión o directamente para ser fusilado. Otros presos, los menos, tras obtener los avales necesarios eran puestos en libertad. Fue el caso del reconocido pintor del municipio jienense de Quesada, Rafael Zabaleta.

El Colectivo para el Estudio y la Historia Social también propone que la escuela pública Martínez sea Lugar de la Memoria, como exponente de los trabajos que realizaron en la provincia de Jaén los represaliados del franquismo.

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