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Se encierra en una oficina bancaria para evitar ser desahuciado

El banco exige a Moya 40.000 euros por su vivienda que salió a subasta en 2011. Él perdió su trabajo dos años antes y su mujer, en 2006. Tienen dos hijas de 5 y 9 años.

REUTERS

El drama de los desahucios vuelve a tener nombres propios. Esta vez, los de Sergio Moya y su esposa, Rocío Cortes, dos vecinos de San Martín de la Vega, en Madrid, que han decidido llevar su protesta hasta dentro mismo de la oficina desde donde hace ya dos años empezó su particular calvario. 

Moya y su esposa compraron una casa en marzo de 2006, y poco después, Cortés fue despedida de su trabajo como asistente en una tienda. Tres años después, a principios de 2009 el joven perdió su empleo como obrero de la construcción. Ahí comenzaron realmente los cuatro años largos de lucha de esta pareja que trata de no perder su casa pero que tampoco puede hacer frente al pago de su hipoteca.

La casa fue subastada en noviembre de 2011 y en enero de 2013 se recibió un primer aviso de desalojo, que finalmente fue detenido. Cortes y Moya, que tienen dos hijas de 5 y 9 años de edad, hicieron entonces una petición a su banco, el BBVA, para que les perdonara la deuda entregando la vivienda. La entidad no accedió y les exigió un pago de 40.000 euros. Al no llegar a ningún acuerdo, la pareja ha decidido llevar su protesta a las puertas de la sucursal del banco en el municipio madrileño y acampar con una pancarta dice 'No es una crisis, es una estafa, detener los desalojos'.

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