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Argentina, Brasil y Venezuela surgen como el eje de la integración suramericana

EFE

Argentina, Brasil y Venezuela, por sus potenciales alimentarios, energéticos y económicos, han surgido como ejes de la integración suramericana, al concluir hoy la la Cumbre del Mercosur en la ciudad argentina de Tucumán.

Observadores y diplomáticos coincidieron en que los mandatarios de los tres países fueron los protagonistas de una cita signada por la indignación hacia la política migratoria de la Unión Europea (UE) y la preocupación por el alza de los precios del crudo y los alimentos en los mercados internacionales.

En este sentido, resultó significativo que el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, volviera a ratificar su liderazgo y destacara la necesidad de reuniones "más frecuentes" que los encuentros semestrales que mantiene con sus colegas de Argentina, Cristina Fernández, y de Venezuela, Hugo Chávez.

Tampoco pasó inadvertido que Lula anunciara que se entrevistará con Fernández y Chávez para analizar juntos la marcha de la Ronda de Doha antes de la cita ministerial que la Organización Mundial de Comercio (OMC) tiene previsto celebrar en Ginebra a más tardar a fin de mes.

Durante el cónclave de Tucumán, Fernández recibió cierto respaldo regional en su firme empeño de impedir alzas de precios de los alimentos en Argentina, por más que haya recurrido a una fuerte presión del fisco sobre la exportación de granos que desató un grave conflicto con el sector agrario y afectó a Brasil y otros vecinos.

En tanto, Hugo Chávez mostró que su habitual beligerancia contra EE.UU. y "el imperialismo", en general, contrasta cada vez más con su moderación en la relación con el resto de los países suramericanos.

La economía de Brasil representa cerca del 80 por ciento del total del Mercosur, el mayor bloque latinoamericano que integran, además, Argentina, Paraguay y Uruguay, con Venezuela en proceso de adhesión.

Brasil y Argentina están entre los mayores exportadores de alimentos del mundo, mientras que Venezuela posee una de las grandes reservas de hidrocarburos y la más grande de Suramérica.

Lula destacó en una rueda de prensa la necesidad de crear mecanismos de sociedad para que cada uno de los países pueda resolver problemas de otro, como los energéticos que sufre Argentina o los alimentarios que padece Venezuela.

Pero también abogó por avanzar de una vez por todas en la integración energética regional, de modo que los excedentes de una nación puedan ser aprovechados por el que los necesita, como es el caso de la provisión de electricidad de Brasil a Argentina y Uruguay.

Asimismo, remarcó que la región tiene "un potencial hidroeléctrico de 64.000 megavatios de electricidad y esto está sin explotar".

Además de la "mini-cumbre" que celebraron hoy Lula, Fernández y Chávez, los tres países con mayor peso específico en Suramérica, la cita de Tucumán permitió a la chilena Michelle Bachelet hablar sobre la necesidad de impulsar la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y conversar con el boliviano Evo Morales y su colega argentina.

Más allá de las apretadas agendas bilaterales de los jefes de Estado, la Cumbre concluyó con tímidos avances hacia la integración económica, declaraciones de intenciones para impulsar la estancada negociación con la UE y nuevos acuerdos comerciales con África, Turquía y Jordania.

Pero el reciente conflicto diplomático entre Perú y Bolivia salpicó la reunión, pese a los gestos de buena voluntad de todos los presidentes.

Morales calificó a su colega de Perú, Alan García, de "antidemocrático" por haberlo "mandado a callar" tras sus denuncias sobre el traslado de bases militares de Estados Unidos a territorio peruano.

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