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El Athletic vuelve a jugar una final de Copa 25 años después

En un San Mamés que vistió sus mejores galas, el Athletic arrolló a un Sevilla muy inferior para reencontrarse con su historia.

ALBERTO CABELLO

El Athletic Club de Bilbao logró un histórico triunfo (3-0) frente al Sevilla en el encuentro de vuelta de las semifinales de la Copa del Rey, volviendo a la final de 'su' torneo un cuarto de siglo después, tras apabullar al cuadro hispalense en un San Mamés vestido de gala para la ocasión.

San Mamés es un recinto sagrado. Sus muros de hormigón resguardan un templo sacrosanto para un equipo que conserva lo mejor de su historia en páginas que ya comenzaban a amarillear. Harta de viejas batallitas, una nueva generación de rojiblancos aparcó por un día los recuerdos y se aferró a la alegría enfebrecida de revivir una noche de esas que no se olvidan en la competición que mejores recuerdos les trae.

Toda la mística de la Copa del Rey, de San Mamés y del Athletic inundó durante media hora el estadio para llevar en procesión al equipo hasta una nueva final un cuarto de siglo después. Hasta la lluvia hizo todavía más épica la gesta.

Para avivar la llama, no ha podido parar en mejor lugar Joaquín Caparrós. Un motivador nato. Un predicador para equipos tristes, inmersos en mala racha y con la necesidad de recuperar todo su amor propio. Nadie como Caparrós maneja la psique del futbolista para incendiar su motivación en citas tan importantes como la de ayer.

Le grita en la oreja, le agarra del pecho, le convierte en un cruzado que sale con toda su fuerza a defender su tierra sagrada del invasor infiel. Sin el más mínimo reparo, transformó el partido del pasado sábado en un simulacro, una pantomima a la espera de que la tragedia diera comienzo cuatro días después. Sus mejores gladiadores estaban en la reserva. Caparrós y San Mamés crearon ayer una atmósfera asfixiante para un Sevilla que naufragó en 30 minutos desastrosos, un equipo impotente e incapaz.

A las aficiones bravas y ardientes las llaman en América Latina fanaticada. Así se comportó la grada de San Mamés, una legión de fanáticos entregados a la causa. Con esta misma excitación se plantó el Athletic en el campo. Arrasó con todo lo que tuvo por delante. Navegó en una ola gigante que se tragó al Sevilla. La eliminatoria quedó sentenciada con un 3-0 tan exagerado como justo por la demostración de entrega de los locales. Media hora en la que lo menos importante fue el fútbol. Se impuso el equipo que más garra le puso.

El Sevilla tuvo que mandar a la papelera todo su planteamiento a la primera. El primer salto que emparejó a Fazio y Llorente acuchilló la portería de Palop. El delantero centro internacional rebañó con la cabeza un saque de banda y dejó franca la portería para su compañero Javi Martínez. El cortafuegos de Manolo Jiménez quedó colorado. Ni planes, ni ensayos. Todo, al garete.

Más allá de la marea del Athletic, nadie en el Sevilla tuvo los arrestos para dar un paso adelante y parapetar al equipo. Llorente atemorizó cada vez que tocó el balón. A su lado, Toquero se convirtió en un galgo que persiguió a cada defensor rival en cuanto le tocaba jugar la pelota.

El gol enardeció aún más el ánimo del Athletic. El cuarteto defensivo del Sevilla se derritió ante la acometida incesante de un rival que no reservó ni un soplo de aire. La bofetada fue todavía más dolorosa en el segundo balón aéreo. Otra vez Llorente se encontró con otra pelota en un gran centro de Yeste, mientras que la defensa del Sevilla se derrumbaba por los suelos.

Jiménez no tuvo más remedio que sacar a Luis Fabiano. Una pelota de rutina para Prieto fue una trampa que Llorente dejó a pies de Toquero para marcar el tercero.Ahí se acabó el partido. El Sevilla tuvo una hora para remediar el desastre, pero se mostró incapaz. Kanouté no tuvo el tino del fin de semana.

Caparrós puso en práctica toda su metodología y jugó a no jugar, a provocar interrupciones, a dar el amén al encuentro. La grada saltó al césped a celebrar una heroicidad de un equipo que ha rejuvenecido 25 años de tacada en una sola noche.

RESULTADO: ATHLETIC, 3 - SEVILLA, 0 (3-0 al descanso).

ATHLETIC DE BILBAO: Iraizoz; Iraola, Ocio, Amorebieta, Koikili; Javi Martínez (Gurpegui, min.78), Orbaiz, David López (Gabilondo, min.87), Yeste; Toquero (Ión Vélez, min.68) y Llorente.

SEVILLA: Palop; Mosquera, Squillaci, David Prieto, Fernando Navarro; Fazio (Luis Fabiano, min.36), Romaric (Duscher, min.76), Jesús Navas, Adriano (Diego Capel, min.46), Renato; y Kanouté.

GOLES: 1 - 0, Min. 3: Javi Martínez. 2 - 0, Min. 34: Llorente.3 - 0, min. 36: Toquero.

ARBITRO: Mejuto González. Amonestó a Orbáiz (min.25), Iraizoz (min.26), Amorebieta (min.53) y Ocio (min.90) por parte del Athletic; y a Jesús Navas (min.22), Fazio (min.26) y Fernando Navarro (min.67) por parte del Sevilla.

ESTADIO: San Mamés. 40.000 espectadores.

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