El Barcelona anda bastante espeso en los últimos partidos, pero la pregunta es si acabará diluyéndose.

Parece poco probable, puesto que el equipo de Guardiola tiene un amplio margen de mejora, pero sí es cierto que, aunque lo negara el técnico blaugrana, la derrota de ayer es un claro toque de atención.

Un evidente toque después de los últimos partidos en los que han conseguido sacar buenos resultados pero con un juego más bien irregular, ni mucho menos parecido al deplegado el año pasado ni en el arranque de esta temporada.

El primer partido de esta mala racha de juego culé fue contra el Almería en el Camp Nou. El equipo de Hugo Sánchez se cerró bien y con el ya famoso marcaje a Xavi consiguió taponar el juego blaugrana. El Barça sólo pudo marcar un gol con ciertas rachas de buen juego.

Después llegó el Dinamo de Kiev al Camp Nou. Y de nuevo sustos. Si la defensa del año pasado era criticada por defender mal los córners, este año las actuaciones de mediocampo para atrás dejan mucho que desear.

Sólo Piqué y Touré se salvan. Sólo hay que ver los numerosos pases arriesgados entre ambas líneas en los últimos partidos y la dificultad para sacar el balón para darse cuenta de que últimamente el Barça está atascado.

El Valencia supo bloquear perfectamente al Barça y lo dejó a cero

Dos goles a los ucranianos y partido ganado. Pero el partido del Valencia fue clave. Los de Emery supieron bloquear perfectamente la salida del balón. Taparon a Xavi, Iniesta y Messi y consiguieron hacer una primera parte perfecta en la que sólo les faltó el gol. El Barça se quedó sin marcar por primera vez en la temporada y rompía la racha de seis partidos seguidos ganados en Liga.

Y llegó el partido de ayer. El Rubin Kazan fue capaz de hacer la machada y llevarse la victoria. El Barça consiguió hacer su juego pero volvió a encontrarse, una vez más en esta temporada, con una muralla.

Guardiola dijo tras el partido contra el Almería que tenía soluciones para rivales de este tipo, pero ayer no supo encontrala. El próximo rival, el Zaragoza en el Camps Nou, parece propicio para volver a la senda del buen juego.