Los brasileños acudieron hoy a las urnas, en una jornada que transcurrió en calma, para definir el futuro del país tras ocho años de Presidencia de Luiz Inácio Lula da Silva, quien señaló al votar que no volverá a postular para el cargo que entregará el próximo 1 de enero con una popularidad récord.

Además de escoger al heredero de la era Lula y a los 27 gobernadores regionales, los brasileños eligieron hoy la tercera parte del Senado, los 513 miembros de la Cámara de Diputados y los 1.059 legisladores regionales, y, según los escrutinios parciales, varios de los candidatos apoyados por el jefe de Estado garantizaban mayoría.

Según el Tribunal Superior Electoral (TSE), la jornada transcurrió sin incidentes, salvo la detención temporal de algunos centenares de personas por diversos motivos, como proselitismo frente a los colegios, transporte ilegal de votantes o "compra de votos".

También indicó que, de las 400.001 urnas electrónicas instaladas en todo el país, solamente 2.180 registraron problemas y fueron sustituidas por aparatos similares.

Al votar, Lula dijo que no volverá a ser candidato y que a partir de 2011 se refugiará en Sao Bernardo do Campo, la ciudad del cinturón industrial de Sao Paulo en donde inició su carrera como líder sindical y político.

El presidente que tiene una popularidad récord cercana al 80%, estaba impedido de intentar una nueva reelección por restricciones constitucionales.

Esta fue, por lo mismo, la primera vez desde el fin de la dictadura (1964-1985) que los brasileños acudieron a una elección presidencial en la que Lula no figuró como candidato.

"Solo lamento que es la primera vez que voto y mi cara no está en la pantalla (de la urna electrónica)", dijo poco después de votar el gobernante, que disputó las últimas cinco elecciones presidenciales, de las cuales perdió tres (1989, 1994 y 1998) y ganó dos (2002 y 2006).

"A partir del día 1 de enero (de 2011) estaré en Sao Bernardo do Campo, viviendo, residiendo y haciendo política", agregó el mandatario tras indicar que no pretende volver a disputar la Presidencia nuevamente, lo que podría hacer a partir de 2014.

Pero el carismático líder socialista, por los resultados electorales y a falta de la segunda vuelta, tiene amplias posibilidades de garantizar la continuidad de su gestión.

Lula reconoció recientemente que se empeñó más en la campaña electoral de su indicada para la Presidencia, Dilma Rousseff, que en la suya propia hace cuatro años, cuando fue reelegido para poder darle una continuidad a sus obras.

"Estoy convencido de que la mayoría del pueblo quiere la continuidad del Gobierno, que tiene una aprobación del 80%", dijo en el último acto de campaña de la candidata que escogió a dedo para sucederle.

El ex presidente brasileño Fernando Henrique Cardoso (1985-2002), también en declaraciones que concedió después de votar, dijo que su correligionario Serra irá a la segunda vuelta fortalecido precisamente por haber demostrado que fue capaz de superar la "apisonadora" con que Lula quiso imponer a su candidata.

"Nunca hubo una apisonadora del Gobierno como la actual. Nunca antes en la historia de este país, como le gusta decir a Lula, hubo un presidente que hiciera tanta presión para ganar una elección", afirmó.

El ex mandatario reconoció que Lula, con su elevada popularidad, consiguió transferirle votos a su candidata, pero agregó que no todos los electores que aprueban al actual gobernante confían en una candidata sin mucha experiencia política.

"Si hubiese transferencia (directa de votos), ella (Rousseff) tendría hoy cerca del 80% (de los votos)", dijo Cardoso, que calificó a la oficialista como un "fantoche" en las manos de Lula.

Rouseeff se perfilaba esta noche como la candidata más votada, con el 43,62%, cuando se había escrutado el 51,03% de los votos.

De mantenerse esa tendencia, la apadrinada de Lula posiblemente tendrá que ir a una segunda vuelta con su principal rival, el líder opositor José Serra (34,90%), el 31 de este mes.