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La camiseta del FC Barcelona de David Villa causó la mayor discusión entre los mineros

EFE

La mayor discusión que mantuvieron los mineros atrapados durante 70 días en un yacimiento al norte de Chile fue por el reparto de las dos camisetas del FC Barcelona firmadas por el delantero español David Villa.

Los familiares de los mineros comenzaron a relatar hoy detalles de la odisea que han vivido los 33 mineros rescatados finalmente con éxito.

Cuando los mineros supieron de la existencia de las dos camisetas de David Villa, en principio una para el ex futbolista Franklin Lobos y otra para el grupo, llegó el debate. Todavía no se sabe quien se la quedará.

El fútbol se convirtió en asunto de conversación durante este período de angustia. Hubo polémicas, las más habituales versaron sobre fútbol, como no podía ser de otra manera al haberse juntado once hinchas del equipo Universidad de Chile y veinte de Colo Colo, además del ex futbolista Franklin Lobos.

Quién se quedaba con los regalos de los equipos de fútbol que les llegaban a través de las "palomas", unos envases cilíndricos por los que a diario se suministra a los atrapados comida, medicamentos y otros elementos, también era motivo de disputa.

Entretanto, David Villa mostró su alegría en Barcelona por el feliz desenlace. El delantero asturiano manifestó hoy su felicidad y orgullo por los 33 mineros chilenos rescatados ayer, después de permanecer aislados a casi 700 metros de profundidad.

Villa, hijo de minero, ha seguido con especial atención el operativo de rescate. "En general he seguido el rescate como todos, pero de alguna manera cuando has vivido este mundo lo ves de una manera más sensible porque sabes todo lo que conlleva y te vienen a la cabeza recuerdos de épocas anteriores", destacó hoy el delantero azulgrana.

"Lo he vivido con incertidumbre, esperando que todo saliera bien. Parecía que el dispositivo de rescate era perfecto, pero en estas situaciones siempre puede haber complicaciones. Soy feliz de que todo haya salido bien y que todos estén ya en la superficie", dijo Villa en los medios oficiales del FC Barcelona.

"Todos los que formamos el Barça y el fútbol español estamos orgullosos y felices de que hayan resistido y estén en la superficie. Quiero desearos una vida muy feliz y agradable. Que esta experiencia os sirva para haceros fuertes", dijo hoy Villa.

Los mineros confiesan en Chile que temieron morir bajo tierra al pensar que no los estaban buscando.

Los familiares de los "33 de Atacama" revivieron los primeros momentos de la historia que 70 días después del derrumbe volvieron a pisar la superficie, y las cosas que les pasaron por la cabeza en esos difíciles momentos a sus allegados.

"Pensaban que se iban a morir de hambre y sed, de a poco", señaló Doris Contreras, la madre de Pedro Cortez, el antepenúltimo minero en ser rescatado, al recordar los sentimientos que le transmitió su hijo cuando por fin pudieron comunicarse a través de la sonda que el pasado 22 de agosto alcanzó el refugio donde se guarecieron tras el derrumbe.

"No sabían si los estaban buscando porque no escuchaban nada", explicó a los periodistas el padre de Ariel Ticona, que salió de la mina a las 21.28 horas de este miércoles (00:28 GMT del jueves) antes de que lo hiciera, en último lugar, el jefe de turno, Luis Urzúa.

Los familiares contaron que los primeros cinco días fueron los más angustiosos para los trabajadores, hasta que el sexto "empezaron a sentir ruido y supieron que había posibilidad de que los rescataran".

Lo relataba anoche en primera persona el propio Urzúa, nada más salir de la profundidad de la mina y tras poner fin a una operación de salvamento ejecutada de forma impecable.

"El momento más difícil fue cuando se despejó todo y vimos la piedra que estaba puesta. No era como cualquier accidente", relató al presidente chileno Sebastián Piñera, que se convirtió momentáneamente en periodista en una inesperada entrevista que se produjo cuando el último minero salió a la superficie.

Urzúa, que confesó que con su experiencia siempre fue consciente de lo "difícil" que sería el rescate, recordaba anoche la llegada de la primera sonda al refugio el pasado agosto.

"Todos querían abrazar el martillo, colocarle papeles que decía 'sácame papá', 'tengo hambre' o 'cuida a la familia'", explicó.

Finalmente el mensaje elegido fue el ya famoso "Estamos bien en el refugio los 33", que dio la vuelta al mundo con la noticia de que los mineros estaban vivos.

El jefe "de un turno largo", como bromeó ayer Urzúa, recordó como, durante los 17 días que permanecieron incomunicados, racionaron la comida, consistente en atún, melocotón en conserva, galletas y leche, y como hicieron una excavación para extraer agua.

El resto de los mineros de momento evitan hablar de sus experiencias en el fondo del yacimiento.

"Hablan de la familia, de la vida que se les abre, de los agradecimientos, pero no están en el ánimo de decantar lo pasado", dijo hoy el ministro de Salud, Jaime Mañalich, desde el Hospital de Copiapó, donde se encuentran ingresados los trabajadores.

Tampoco se han enfrentado todavía a las preguntas de los centenares de periodistas que han venido hasta Chile desde todos los rincones del mundo, pero poco a poco se va conociendo cómo fue su vida bajo tierra, lo que sintieron y fueron registrando física o mentalmente en su cuaderno de bitácora.

Entre los recuerdos están las largas noches que pasaron bajo tierra, cuando más sentían la soledad, tras haber hablado por videoconferencia con sus familiares, y cuando, según relató la hermana de Cortez, Rossana, "muchos de ellos se ponían a llorar".

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