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El director de cine, Taylan Barman, presenta su mirada sobre el lado oscuro de la sociedad del bienestar

EFE

Gijón, 24 nov (EFE) - El director turco Taylan Barman ha admitido hoy que ha filmado la película franco-belga "9 mm", que participa en la sección oficial del Festival Internacional de Cine de Gijón, como "una mirada crítica a la sociedad del bienestar que reflexiona sobre el sufrimiento de la gente".

Preocupado por el alto índice de suicidios en los países francófonos de Europa y por las depresiones vinculadas al empleo, Taylor ha rodado "9mm", su segundo largometraje, en 60 planos secuencia con un lenguaje visual muy estructurado que le permitió completar una historia que se desarrolla en apenas unas pocas horas.

El director ha admitido hoy en rueda de prensa que su obra "es una bofetada a la sociedad actual" en la que "hay gente que sufre ante la posibilidad de perder su estabilidad y el eje de su vida es evitar perder su trabajo", aunque inicialmente la había pensado como una historia "más intima y menos social".

Un disparo que se escucha detrás de una puerta en la casa de una familia tipo compuesta por un padre con depresión, una madre policía y un hijo adolescente algo rebelde es el punto de partida de una trama de suspense en la que cualquiera de los tres tiene motivos suficientes para suicidarse.

Barman ha dicho que intentó crear una narración que pusiera en tensión al espectador desde el primer momento sin caer en el esquema del género policial contando una única situación desde los distintos puntos de vista de cada uno de los miembros de la familia.

Para ello ha tenido que recurrir a una sucesión de "flashback" con fundidos en negro condicionados por una cuidadosa fotografía que ha tenido en cuenta las distintas condiciones de luz a lo largo de un día para darle concordancia visual a una película que ha sorprendido al público y a la crítica del festival.

En última instancia, la película muestra un estado de "incomunicación" de una familia que "en algún momento fue feliz" como sugieren algunos guiños de la cámara que se posa sobre fotografías reveladoras de un tiempo distinto del periodo oscuro y triste en el que se desarrolla la historia.

El actor Serge Riaboukine, que encarna a un padre absolutamente deprimido y que ha acompañado a Barman en la rueda de prensa, ha dicho que "jamás" tuvo que interpretar a un personaje "tan triste", que es incapaz de esbozar una sonrisa en toda la película.

La única vez que Roger, el personaje encarnado por Riaboukine, sonríe es cuando le pregunta a su hijo Laurent (Morgan Marinne) si se siente avergonzado de su padre, en una escena en la que se advierte que el gesto es de un auténtico malestar.

Finalmente es Laurent, el joven introvertido que expresa rebeldía a través del grafiti, quien se pega un tiro pero "podría haber sido cualquiera de los tres, porque todos tenían motivos para hacerlo", ha dicho un director que asegura haber llegado al cine "por casualidad".

Barman ha recordado que su vinculación con el séptimo arte comenzó siendo adolescente con un grupo de amigos con los que filmaban escenas en la calle con una cámara de vídeo aficionado, pero con el tiempo esa actividad fue profesionalizándose.

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