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Un error científico que se pasa de la raya

La clasificación equivocada de dos especies de raya marina como una sola casi ha provocado la extinción de una de ellas

 

ANDRÉS PÉREZ

Cuando los científicos nombran una especie animal, pueden contribuir a protegerla. Pero si cometen un error en su clasificación, pueden favorecer su extinción completa. Eso es lo que ha descubierto un equipo de investigadores franceses: la confusión entre dos tipos distintos de rayas a punto está de costarle la extinción total a la raya gigante europea.

El problema descubierto por Samuel Iglesias y Daniel Sellos, codirectores del Museo Nacional de Historia Natural de Francia, se remonta a la década de 1920. Entonces, los zoólogos decidieron que una vasta familia de rayas europeas pertenecía a una sola especie, Dipturus batis.

Un bebé de la especie gigante es idéntico a un adulto de la otra

A partir de los años sesenta, las estadísticas de pesca empezaron a dejar claro que el volumen de captura de esa raya bajaba. A partir de 2000, se constató además que la talla de los D. batis capturados disminuía peligrosamente, signo de que la pesca intensiva va dejando pocas posibilidades de que los adultos se desarrollen.

Así las cosas, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) disparó la alarma: decidió en 2006 poner a D. batis en la lista roja de especies en 'peligro crítico de extinción'. Y con esa prohibición casi total de pesca, sobre todo a partir de 2008, los científicos se quedaron tranquilos y pensaron estar protegiendo el renacimiento de la especie.

Desdoblamiento de especies

La raya gigante se ha extinguido ya en varios mares del norte de Europa

El descubrimiento ahora anunciado, publicado en la revista Aquatic Conservation: Marine and Freshwater Ecosystems, prueba que D. batis reúne, en realidad, a dos clases completamente diferentes de rayas. Una, bautizada D. flossada, de talla mediana, se está reconstituyendo y quizá se salve. Otra, D. intermedia, raya europea gigante que alcanza 2,2 metros de envergadura y excepcionalmente hasta 2,8 metros está más en peligro que nunca. Es más, el Consejo Internacional de Exploración del Mar ha indicado que no queda ya ningún ejemplar de raya gigante europea en el mar Céltico (entre Irlanda y Bretaña), el mar del Norte, el canal de La Mancha y el estrecho escandinavo de Skagerrak.

La raya gigante tiene una particularidad que la convierte en carne de extinción fácil en el contexto europeo. Alcanza la madurez sexual a los 20 años, por lo que no puede reproducirse en ese período larguísimo. Durante esos años, pueden ser capturadas jóvenes y confundidas en los registros oficiales de pesca entregados a las autoridades de regulación pesquera con ejemplares adultos de flossada, cuya pesca sí está autorizada.

En la presentación de los resultados en París, los científicos demostraron esta confusión entre las especies. Una foto es la mejor prueba de ello: un bebé de raya intermedia se parece como una gota de agua a un ejemplar adulto de flossada y nadie sabrá distinguirlos una vez en el mostrador de la pescadería.

Según el anuario estadístico de pesca de la FAO, Francia, cuya ciencia culinaria inventó la raya con alcaparras además de la célebre raie au beurre noir de Chez Michel, capturó en 2005 el 60,2% de las 502 toneladas de rayas europeas, del tipo entonces considerado D. batis.

'La amenaza de desaparición de la raya gigante europea causada por los errores de etiquetado subrayan la necesidad de reevaluación de las poblaciones de las especies en las aguas europeas', explicó Samuel Iglesias.

'Sin revisión y sin reconocimiento de ese estatuto diferente, pronto será una especie extinguida', recalcó.

 

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