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Los errores y la imprudencia de sus mensajes sexuales fuerzan la dimisión de Weiner

EFE

El congresista demócrata por Nueva York Anthony Weiner puso hoy fin a su carrera política y renunció a su escaño en el Congreso de EEUU tras admitir los errores que cometió al enviar fotos y mensajes sexuales a varias mujeres a través de la red social Twitter.

"Hoy anuncio mi dimisión como representante", dijo Weiner, que ante la prensa y en el mismo centro de Brooklyn donde empezó su carrera leyó un breve comunicado durante el cual fue interrumpido varias veces por algunos ciudadanos con expresiones como "bien, bien" o llamándole "pervertido".

Weiner, de 46 años, se suma así a la larga lista de políticos estadounidenses que han visto empañadas e interrumpidas sus carreras al tener que dimitir por escándalos sexuales, como el exgobernador de Nueva York Elliot Spitzer, el exsenador John Edwards o hace unas semanas Arnold Schwarzenegger, que ya había dejado de ser gobernador de California cuando reconoció que tuvo un hijo con una empleada.

"Primero quiero pedir perdón por todos los errores personales que he cometido y por la vergüenza que he hecho pasar a mis vecinos y a mis votantes, pero en especial a mi esposa, Huma", dijo Weiner, que no respondió preguntas a la prensa.

En los poco más de cinco minutos que tardó en leer su declaración, Weiner puso fin a tres semanas de polémica y a una prometedora carrera política que comenzó hace casi veinte años cuando fue elegido para el concejo municipal de Nueva York (1992-1998), aunque desde 1985 había trabajado en el gabinete del entonces representante y actual senador Chuck Schumer.

El político neoyorquino fue electo por primera vez para la cámara baja estadounidense en los comicios de noviembre de 1998 y ahora se perfilaba como el candidato demócrata a la alcaldía de Nueva York en 2013, un puesto al que ya aspiró sin éxito en 2005.

Weiner admitió que, "por desgracia, la distracción que he causado hace imposible" continuar ocupando su escaño en la Cámara de Representantes, donde muchos de sus compañeros le presionaron los últimos días para que abandonara la política y donde el mismo comité de ética le iba a abrir una investigación.

Ahora el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, deberá convocar una elección especial para que se decida quién ocupa ese puesto, al que podría aspirar un hispano ya que representa un distrito con buena parte de votantes de origen latino.

Esta misma semana, presionado desde todos los ámbitos, Weiner recibió el consejo de dimitir desde la misma Casa Blanca cuando el presidente Barack Obama dijo que si él estuviera en su lugar, renunciaría.

La líder de la minoría demócrata en la Cámara, Nancy Pelosi, expresó en un comunicado que Weiner había dado muestra de "un juicio pobre con sus acciones y en su reacción ante las revelaciones. Ahora hace lo adecuado dimitiendo".

Weiner, judío y casado desde hace un año con Huma Abedin, musulmana y ayudante de la secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, tenía fama de ser un político popular, ambicioso, agresivo y muy activo en el Congreso de EEUU, aunque ninguno de los 191 proyectos que patrocinó se convirtiera en ley.

Su esposa, Huma Abedin, de quien se dice que puede estar embarazada, no le acompañó en la presentación de su dimisión, como ha ocurrido con las mujeres de otros políticos en otras escenificaciones públicas de políticos estadounidenses obligados a renunciar tras conocerse sus aventuras amorosas.

El escándalo comenzó hace casi tres semanas cuando en su cuenta de Twitter apareció un enlace a la foto de un hombre en calzoncillos, y que fue enviada a una estudiante universitaria de 21 años en el estado de Washington.

Aunque primero negó ser él, luego dijo que había sufrido un ataque informático para desprestigiarlo y más tarde reconoció que sí la había enviado y que tuvo conversaciones "inapropiadas" con seis mujeres.

En días posteriores salieron a la luz nuevas fotos que, aparentemente, fueron tomadas en el gimnasio de la Cámara de Representantes, y muestran a Weiner sin camisa, con una toalla en la cintura y la mano derecha en sus genitales, y que hasta dieron lugar a que una empresa comercializara un muñeco con sus rasgos y con ese atuendo.

El escándalo se acentuó más cuando la exactriz de cine porno Ginger Lee dijo el miércoles en Nueva York que tuvo contactos en la red con él y que a principios de junio le pidió que mintiera sobre su relación.

Elena Moreno

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