La marca España está de capa caída. Después de lustros abrillantándola para intentar que los grandes grupos empresariales del país se identifiquen y hagan reconocible el tejido económico español, las empresas intentan disimular su tono castizo ibérico al salir de gira por Europa. Ni rastro de orgullo mundialista.

Contracorriente ayer se celebró en Madrid el primer Spain Investors Day, esto es, una suerte de miniferia para que las empresas españolas desplieguen sus encantos frente al capital extranjero y muestren que siguen siendo fuertes pese a la que está cayendo. Las grandes empresas suelen hacer este tipo de encuentros como gancho para atraer la inversión y ayer decidieron unirse para capear el temporal juntas.

'¿Cómo no han hecho esto antes?', se preguntaba un asistente del sector financiero. 'Porque hasta ahora trataban de camuflar su origen español', respondía otra potencial inversora también del mundo de las finanzas.

Entre el público, algunos españoles (aunque los inversores institucionales sean extranjeros, su enlace con la península suele ser español), y muchos europeos, sobre todo franceses, que se acercaron a tomar una dosis de valeriana bursátil de la mano de las explicaciones de los directores financieros de estas grandes compañías españolas. Acciona, FCC, BBVA, Bankinter, Catalana Occidente, Banco Popular o Amadeus se estrenaron en la jornada de ayer en el emblemático hotel Ritz. Hoy les toca el turno a Telefónica, Iberia, OHL y Ferrovial, entre otras.

El formato, que parece inspirado en el speed dating, es una sucesión de presentaciones de media hora que no dejan espacio más que para una o dos preguntas. Para saciar el apetito de información, los inversores conciertan citas con anticipación con algunas de las empresas en lo que llaman encuentros one-to-one (uno a uno).

La exposición de la patronal de las Cajas de Ahorros fue una de las que suscitó más interés entre los extranjeros, y también de las que causó mejor impresión.