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El Gobierno del Reino Unido recurre a la nacionalización para rescatar Northern Rock

EFE

El Gobierno del Reino Unido dispuso hoy la nacionalización temporal del banco Northern Rock, principal víctima británica de la crisis crediticia mundial, tras no prosperar las dos ofertas de reflote de la institución.

Con esta medida, el banco se convierte en la primera institución que es nacionalizada en el Reino Unido desde la década de 1970.

"Ante las actuales condiciones del mercado, no creemos que las dos ofertas aporten un suficiente valor para los contribuyentes", señaló hoy el ministro de Economía, Alistair Darling.

Pero indicó que esta decisión tiene la intención de ser sólo temporal y puntualizó que "la propiedad de la institución debe estar a largo plazo en el sector privado".

"Es mejor para el Gobierno retener el Northern Rock por un periodo temporal y, cuando las condiciones del mercado mejoren, el valor del Northern Rock crecerá y, por lo tanto, el contribuyente ganará", resaltó el ministro en rueda de prensa.

Según explicó, ninguna de las dos ofertas - la del Grupo Virgin y la de la actual dirección del banco- reunían las condiciones suficientes para el rescate y el objetivo del Gobierno era proteger en todo momento los intereses de los contribuyentes.

El Gobierno presentará la correspondiente legislación de urgencia en el Parlamento para concretar la medida y mañana mismo Darling hará una declaración en la Cámara de los Comunes.

Además, las acciones del Northern Rock permanecerán suspendidas el lunes en la Bolsa de Londres, pero el banco seguirá funcionando como siempre y las sucursales abrirán mañana.

Darling puntualizó que la Autoridad de Servicios Financieros (FSA), regulador del sector, le informó que el banco es solvente y que los libros contables están en orden.

El ex director ejecutivo de la aseguradora Lloyd's of London Ron Sandler será el encargado de administrar el banco, cuya sede está en la ciudad de Newcastle, noreste de Inglaterra.

El anuncio de hoy fue recibido con gran sorpresa por los expertos, que esperaban que cualquier decisión se diera a conocer través de un comunicado mañana en la Bolsa de Valores de Londres o ante la Cámara de los Comunes del Parlamento.

El portavoz de Economía del Partido Conservador (primero de la oposición), George Osborne, calificó la decisión del Gobierno de "catastrófica" y de "desastrosa".

Según destacaron hoy los comentaristas, la medida del Gobierno laborista supone un regreso al pasado porque la palabra nacionalización es vista en este país como sinónimo de fracaso.

El Gobierno negociaba con el Grupo Virgin, del empresario Richard Branson, para alcanzar un acuerdo sobre el Northern Rock, que adeuda al Banco de Inglaterra unos 24.000 millones de libras (más de 32.000 millones de euros) prestados el año pasado para evitar su quiebra.

Tanto la oferta de Virgin, que era la favorita, como la del actual equipo de dirección del Northern Rock, que también pujaba, no eran vistas como suficientes por el Gobierno para sacarlo adelante.

En un comunicado divulgado hoy, Richard Branson admitió que hizo todo lo posible para rescatar el banco y salvaguardar los empleos.

"Todo el equipo de la dirección de Virgin se volcó a esto durante cinco meses y creemos que teníamos una propuesta fuerte, un equipo con experiencia y una de las mejoras marcas del Reino Unido", dijo.

"Creemos que la nacionalización no es la respuesta correcta y que una solución comercial hubiera sido la mejor opción", agregó el empresario a cargo del Grupo Virgin.

El pasado 21 de enero, el Gobierno anunció un plan financiero, elaborado por Goldman Sachs, consistente en convertir el préstamo del Banco de Inglaterra en bonos garantizados por la Administración británica para estimular la venta del banco y el pago de la deuda.

El pasado 4 de febrero, el Grupo Virgin y el consorcio liderado por la dirección del Northern Rock presentaron sus respectivas propuestas, mientras que otro comprador potencial, Olivant, se retiró del concurso en el último momento.

Según los medios británicos, ninguna de las ofertas que estaban sobre la mesa cumplían las expectativas del Gobierno, que al parecer buscaba una proporción mayor del beneficio de la venta de los bonos como compensación a la garantía que concedía.

La oferta del Grupo Virgin, según los medios, consistía en dar una inyección de capital al banco de 1.300 millones de libras, de los cuales 500 se recaudarían mediante una oferta a los actuales accionistas para que compraran nuevas acciones.

En tanto, el consorcio encabezado por la directiva quería transformar el negocio con la venta y reorganización de sus activos.

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