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El Gobierno quiere la reforma para Semana Santa

CCOO rechaza el contrato a tiempo parcial, una de las medidas estrellas del plan

BELÉN CARREÑO

La nocturnidad con la que se realizó el viernes la presentación a los agentes sociales de la reforma laboral, impidió una evaluación del calendario de encuentros por parte de Gobierno, patronal y sindicatos. Sin embargo, una vez superada la resaca de buenas intenciones, han comenzado a aflorar las primeras concreciones de la negociación que, según el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, arrancará de forma inminente.

Inicialmente el Gobierno rehusó poner fechas al Diálogo Social -el propio Corbacho aseguró que, 'en esta negociación no nos vamos a mover por una cuestión de días o de semanas'-, el titular de Trabajo adelantó este sábado que esperaba cerrar la reforma laboral en el plazo de 'dos ó tres meses'. Es decir, espera tenerlo sobre la mesa antes de la próxima Semana Santa.

Con todo, ya surgieron las primeras discrepancias con las iniciativas recogidas en el texto que aunque genéricas, sí recogen medidas que suponen un enfrentamiento con las posiciones de los agentes sociales. CCOO advierte de que su principal 'discrepancia' va a llegar con la propuesta de fomentar el contrato a tiempo parcial, una de las medidas estrella del Gobierno (y una de las pocas concretas), ante la que los sindicatos ya habían manifestado poca predisposición.

El Ejecutivo plantea regular dos tipos de contrato a tiempo parcial: uno de horario fijo para conciliación de la vida familiar, y otro flexible para atender a las demandas organizativas de los empresarios (como picos de trabajo). CCOO rechaza esta segunda modalidad por entender que el empresario la terminará utilizando de forma prioritaria sin atender a las garantías de los trabajadores.

A CCOO pide apostar por mejorar la intermediación pública

En cuanto a la posibilidad de un contrato parcial de horario predeterminado, el sindicato se muestra más abierto sobre todo porque el Gobierno dice que lo acompañará de una mejor protección social, esto es, que tendrá mayor cobertura en las contingencias de desempleo o incapacidad temporal. El propio Gobierno parece más proclive a este tipo de contrato, porque adelanta en el texto que es el único que piensa incentivar.

La posibilidad de que las Empresas de Trabajo Temporal entren en los Servicios Públicos de Empleo tampoco es del agrado de Comisiones. El sindicato pide que primero mejore la intermediación pública antes de plantearse introducir la iniciativa privada. En cuanto al fomento del empleo joven, el sindicato ve la propuesta demasiado restringida a colectivo específicos (de 16 a 24 años sin formación) y aboga por negociar que se amplíe a más colectivos.

Otro de los puntos de desencuentro con los sindicatos será la petición del Gobierno de que reformen la negociación colectiva. Los agentes sociales ya habían advertido de que el cambio de los convenios entre empresa y trabajadores pertenece al ámbito bipartito, pero las continuas peticiones de los organismos internacionales, en especial del FMI, a flexibilizar el mecanismo de negociación, han llevado al Gobierno a incluir este punto.

CCOO se ha encargado de recordar al ejecutivo que no es de su incumbencia y lo circunscribe a la negociación bilateral. Según adelantó el secretario general de UGT, Cándido Méndez, el acuerdo de convenios se cerrará en los próximos días. En el pacto se ha incluido una cláusula para trabajar en la flexibilización interna. Aunque el acuerdo marco que regirá las relaciones laborales de los próximos años ya está casi cerrado, aún queda por acordar la subida definitiva de los salarios en los próximos años. Las primeras impresiones apuntan a que la subida se moverá en la banda del 1% al 1,5%, dando libertad a los negociadores en cada empresa para cerrar la cifra.

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