El Ministerio del Interior activó el martes el nivel 2 de alerta antiterrorista, un día después de que el titular del ramo, Alfredo Pérez Rubalcaba, realizara unas inusuales declaraciones respecto a una posible acción de ETA que ha generado numerosas críticas políticas y policiales por "alarmismo injustificado".

Interior explicó mediante un comunicado que ha decidido elevar el nivel por existir un "riesgo probable de atentado" debido a la significación especial de las fiestas de Navidad, la próxima presidencia de España de la UE y tras la "evaluación de riesgos de la amenaza terrorista interior" que han hecho las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

El ministerio citó también "la persistencia de la amenaza terrorista internacional", tras el incidente aéreo ocurrido en un vuelo entre Ámsterdam y Estados Unidos, en el que un hombre nigeriano trató de activar un dispositivo explosivo.

"(Los hechos) aconsejan reforzar la seguridad en todo el territorio nacional, con la adopción de medidas de prevención y de control para evitar todo tipo de actos que puedan perturbar el normal y pacífico desarrollo de estos acontecimientos y la seguridad de los ciudadanos", explicó el comunicado, que detalló que existen cuatro niveles de alerta.

Rubalcaba dijo el martes que había pensado "bien" el aviso a la población dado el día anterior respecto a que ETA podría estar preparando un secuestro o un atentado espectacular coincidiendo con la presidencia española de la Unión Europea, que empieza el 1 de enero.

"Es evidente que lo hemos pensado bien, no se trata de una ocurrencia de una tarde, sino de una evaluación seria, y nos ha parecido oportuno hacer en este momento este aviso", dijo Rubalcaba a Radio Euskadi.

Sin embargo, diversas voces desde sectores políticos y policiales se alzaron en contra de la advertencia del ministro del Interior.

"Que ETA puede cometer un atentado es algo tan obvio como que el sol sale por la mañana y se pone por la tarde", dijo el secretario de comunicación del Sindicato Unificado de Policía, José María Benito, en declaraciones recogidas en diversos medios.

"Nos parece que es darle una publicidad a ETA que no tenía en estos momentos y colocarla en la primera plana de los informativos cuando ya nadie hablaba de la banda y, si lo hacía, era por alguna detención", añadió.

En su defensa salió la portavoz del Gobierno vasco, Idoia Mendia, que aseguró que el ministro "tiene la obligación (..) de poner en conocimiento de la ciudadanía ese riesgo".

"UNA BOLA DE CRISTAL"

La Unión de Oficiales de la Guardia Civil (UOGC) dijo que el ministro volvía a "sacar brillo a su bola de cristal", como ya hizo, aseguran, cuando en verano anunció el riesgo de acciones de la banda antes de los atentados de Burgos y Palma de Mallorca contra dos casas cuartel del instituto armado.

El sindicato de la Guardia Civil culpó a Rubalcaba de poner a la sociedad en alerta sin hacer nada para mejorar la seguridad.

"La Unión de Oficiales de la Guardia Civil (UO) espera y desea que aquellos sectores sociales especialmente golpeados por la banda terrorista, adopten cuantas medidas de prevención y seguridad estén en su mano, ya que nuestra experiencia nos ha demostrado que el eufemístico discurso del ministro se traduce en una absoluta desidia por la seguridad, al menos, de los guardias civiles que ni estamos ni nos sentimos seguros", dijo un comunicado publicado en su web.

Las mismas acusaciones de alarmismo llegaron desde el ámbito político, donde el Partido Nacionalista Vasco hizo un llamamiento a la cautela de los altos cargos.

"No están para provocar la alarma en la población y menos aún para jugar con datos reales o ficticios que puedan permitir poner en marcha operaciones propagandísticas", dijo el portavoz parlamentario del PNV, Josu Erkoreka.

Desde el PP, su secretario de Comunicación, Esteban González Pons, dijo que "lo que hizo ayer (Rubalcaba) no lo ha hecho nunca antes un ministro".

"Los terroristas viven de la inquietud", añadió.

Según el ministro, ETA intentaría con una acción así acaparar un protagonismo que estaría perdiendo por su debilidad ante el acoso policial, judicial, social y por su propia crisis interna.