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Karzai busca alianzas para evitar una segunda vuelta

El presidente afgano no las tiene todas consigo después del inesperado regreso de Abdulá Abdulá, ex ministro de Exteriores

PÚBLICO.ES/EFE

Hamid Karzai y su principal rival Abdulá Abdulá entraron el lunes en el último día de campaña electoral para la presidencia de Afganistán con el resultado dependiendo de la amenaza de violencia y de la fuerza de antiguos señores de la guerra. Uno de ellos, el uzbeko Abdul Rashid Dostum, volvió al país durante la noche procedente de su exilio en Turquía, y podría reunir suficiente apoyo entre sus seguidores para volcar el resultado hacia Karzai en una primera ronda.

Según los sondeos, Karzai es el favorito con un gran diferencia, pero el 45 por ciento que se le atribuye no sería suficiente para evitar una segunda vuelta, probablemente contra Abdulá, un antiguo ministro de Asuntos Exteriores con apoyo en el norte del país.

La perspectiva de atentados podría perjudicar las posibilidades de Karzai de cerrar los comicios el jueves. Los talibanes han prometido sabotear las elecciones, especialmente en la zona sur del país, de mayoría pastún, un grupo étnico que en el pasado apoyó abrumadoramente a Karzai.

Los talibanes se han atribuido la autoría de un atentado con coche bomba el sábado pasado en el exterior de la sede de la misión de la OTAN en Afganistán (ISAF) en el centro de Kabul, en el que murieron siete afganos y decenas más resultaron heridos. La mayoría de las amenazas de los integristas contra los comicios han sido genéricas, prometiendo represalias, sin dejar claro si atacarán infraestructuras, colegios electorales o a votantes.

Abdulá, que de manera inesperada ha ganado fuerza durante la campaña con mítines populares, se dirigirá a sus seguidores el lunes en Kabul y en la provincia de Paktia, en el sur del país. Karzai, por su parte, ha obtenido el apoyo de líderes tribales y antiguos dirigentes de milicias, pero esta táctica ha despertado la alarma entre los donantes occidentales, temerosos del retorno al poder de los señores de la guerra cuyos enfrentamientos destrozaron al país en los 90.

Uno de los que más temores despierta es Dostum, un antiguo general comunista aficionado al whisky cuya milicia cambió de bando en repetidas ocasiones durante la guerra civil. Dostum obtuvo el 10 por ciento de los votos en las últimas elecciones, en 2004 - las primeras tras la caída del régimen talibán - y su apoyo podría inclinar la balanza en favor de Karzai.

Tanto la ONU como Estados Unidos han mostrado su preocupación porque pudiera volver al Gobierno. 'El representante especial ha dicho en el pasado que para que este país progrese necesita más políticos competentes y menos señores de la guerra', dijo Aleem Siddique, portavoz de la misión de la ONU en Kabul.

Un responsable estadounidense dijo que la reputación de Dostum 'despierta dudas sobre su culpabilidad en violaciones masivas de los derechos humanos'.

Karzai también se garantizó la semana pasada el apoyo de Ismail Jan, un dirigente regional con fuerte apoyo en la ciudad de Herat, en el oeste del país, y de varios grupos pastunes. Además, sus dos candidatos a vicepresidente son antiguos guerrilleros de las minorías tayika y hazara.

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